Una crisis de innovación

El reloj marcaba 7:45 am y Adán seguía sentado en el escritorio, esperaba que las ideas le llegasen como un acto de magia, de esos que se presentan en el Central Park y logran captar tu atención. Las ocho horas que llevaba frente al monitor le comenzaban a causar delirios de imágenes que él deseaba ocurrieran para salvarlo de la reunión que tendría con el Sr. Padierna.

Le preocupaba que su ocupada agenda de este señor lo pusiera en una situación difícil en dónde le tendría que decir, que su avance sobre el nuevo proyecto seguía igual que el mes pasado. Mientras él seguía pensando estas imágenes el reloj seguía corriendo.

-Deberías solicitar información a Marks Inc, quizá sus bases de datos te permitan obtener más ideas. Dijo Sofi su compañera y gran amiga desde hace años desde que ingresó en la compañía, era la única que confío en él cuando diseñó el cambio tecnológico de la Sponic, una máquina que permitía procesar alimento para bebés en cuestión de segundos, una maravilla para las madres de hoy en día que no podían realizar alimentos para sus bebés.

Sin embargo, Adán modificó el procesador con gran creatividad  de tal manera que el Sponic permitió colocar las verduras y alimentos sin necesidad de ser lavadas, lo hacía por sí mismo y aunado a eso, él logro que se procesara la ración exacta para cada etapa del bebé colocando únicamente edad y peso del niño en la máquina y sí te sobraba alimento, Sponic podía almacenarlo sin ningún problema conservando sus propiedades y realmente fresco para la siguiente comida del bebé. Fue una maravilla, tanto que su ascenso a Director de Nuevos Productos tardó solo unas semanas.

-No creo que el Sr. Padierna autoricé una Transferencia de Tecnología a esta hora, además recuerda que, solicitaron recortar gastos innecesarios y eso costara eliminar el nuevo software para los chicos de Ventas.

Y una nueva adquisición de Tecnología es necesaria para subir las ventas. Refutó Adán mientras se entrelazaba los dedos en el cabello.

-Eso es cierto pero, recuerda que, la asimilación de Tecnología es tardada. Así sucedió con la nueva impresora. Quizá tengas una oportunidad. Dijo Sofi mientras lo observaba realmente preocupado.

Bueno, te dejo, cualquier cosa, sabes mi extensión.

Sofi se marchó preocupada ya que, el último producto que presentó Adán fue un fracaso y el Sr. Padierna ya no tardaba en llegar para solicitar un avance de cómo modificarlo. Todo el capital estaba ahí, y al principio avanzaba bien.

Sofi se preguntaba una y otra vez qué habría sucedido, ¿qué salió mal? Se preguntó ella mientras cruzaba el umbral, le apenaba dejar a su gran amigo en esa situación pero, tenía que entregar un Reporte de un producto que había llegado.

Ella era la encargada de aceptar nuevos productos a la empresa y verificar qué Tipo de Innovación era, disfrutaba mucho su trabajo, pero, disfrutaba más colocar los sellos que ella mismo adquirió para colocar al producto “Invención” ó “Innovación espuria” según fuese el caso.

Sofi llegó a  su escritorio y tomó el archivo del producto. Su creador aseguraba que, era un producto innovador, una magnífica idea para el mercado, pero. ¿Cómo va a ser una gran idea crear pasta de dientes con sabor a Tacos al Pastor?, Sofí comenzó a reír y empezó a redactar su reporte.

Además de rechazar el producto y decir un gran “No”, Sofi se daba a la tarea de proponer lecturas a los participantes para dejar más en claro su rechazo, proponía lecturas de Schmookler y Vergara, le hubiera encantado ser ella misma quién diera esa explicación pero, la empresa le demandaba demasiado trabajo.

Pues después de todo InveMex, la empresa Número Uno de Innovaciones en México, requería compromiso y entrega.

Así que, Sofi comenzó a redactar su reporte, sin olvidar que, el reloj seguía corriendo y el Sr. Padierna no tardaba en llegar.

La hora exacta

-Es hora señor Adán, lo esperan en la Sala Multiusos. La asistente del Sr. Padierna cerró la puerta, Adán estaba decidido a pedir una prórroga no sólo para conservar su trabajo, sino que, ya estaba en juego la impecabilidad de su palabra de no hacer perder dinero a la empresa  con esa nueva Innovación.

Adán logró ver al Sr. Padierna sentado al frente de la sala con su teléfono en mano asintió con una sonrisa hacía Adán y le indicó tomar asiento con la mano, se tenía que reconocer que, el Sr. Padierna era un gran líder, apoyaba al trabajador ante todo además era reconocido por inyectar motivación a su equipo de trabajo.

-Lo lamento joven, estos inversionistas están empezando a ser un dolor de cabeza, pero comencemos a lo importante, dígame, ¿cómo vamos con el avance? Recuerde que hoy debe entregar el avance y qué más que avance me debe entregar una solución.

-Lo sé, al día tengo que entregar una solución, pero, he desarmado la máquina y la he vuelto a armar y sigue igual, pero, interrumpió el Sr. Padierna con cara de molestia.

-¿Quiere más tiempo? Hace un momento le comenté que los inversionistas desean respuesta ya, su proyecto se ha llevado el 80% de capital y con un 20% no haremos nada a fin de mes. El Sr. Padierna comenzó a caminar por la sala.

Adán no sabía qué decir, le temblaban las manos y a la vez le sudaban, empezó a jugar con los dedos de los pies mientras buscaba las palabras ideales para calmar al Sr. Padierna, su gran ejemplo, él deseaba ser como él algún día.

-Lo lamento señor, deme un mes y haré todo lo posible para entregarle algo.

El silencio se hizo notable en la sala.

El Sr. Padierna apagó su teléfono y miró a Adán por el rabillo del hombro.

-Escucha, tienes una semana, joven, no más. Una semana para entregar lo que tengas si no esta compañía se va a quiebra, no sé qué debas hacer, y si no la última opción será vender el prototipo a la competencia y si ellos cuentan con alguien capaz podrá mejorarlo o adaptarlo, ¿entendido?

O presenta una nueva innovación, pero te sugiero sea Innovación disruptiva y que esta vez sirva. No esperes a crear la competencia del Gran Colisionador de Hadrones, gruñó el Sr. Padierna, era evidente que su comentario de manera cómica era a consecuencia de su molestia.

-Y si no cumplo lo establecido ¿Mi puesto está en juego?

-Que renuncies o te corra no es la opción.

El Sr. Padierna se alejó de la sala con las manos en los bolsillos, era la primera vez que se retiraba sin un fuerte apretón de manos.

Adán sacó el celular del bolsillo mientras escuchaba la puerta cerrarse, tenía cuatro mensajes de su madre, era día siete de mes y tocaba ir a visitarla. Adán trataba de no dejar pasar ese día así que se levantó de la silla sintiendo que el piso se hundía hasta la planta baja a sabiendas que él se encontraba en el noveno piso.

Mientras bajaba por el ascensor subió Guzmán, un compañero hostil que pareciera que se alegraba del fracaso de Adán. No esperó a tener un pie dentro del ascensor cuando se percató que Adán estaba ahí.

-Hey Adán el gran visionario, ¿cómo estás, cómo va el proyecto?, decía de manera grotesca.

-Va amigo y ¿tú qué tal? Contestó Adán de manera natural, pues conocía su forma de ser y no le admiraba su actitud. Con permiso, nos vemos luego, dijo Adán mientras bajaba.

No tardó unos pasos cuando escuchó a Guzmán persuadir con los demás compañeros. –Ahí va el hombre que nos llevó a la ruina, seremos desempleados.

Adán sólo avanzó por el lobby deseaba salir de ahí y llegar a casa de mamá, después de todo, ella le hacía ver las cosas de manera positiva.

Llegando a casa

Mamá siempre tenía café en la Florería así que, Adán pasaba a comprar galletas. Ella estaba arreglando un gran ramo de rosas rojas con lilís para una entrega por la tarde. –Amor a la antigua era su eslogan y tenía gran éxito, pues ya contaba con 25 trabajadores entre ellos repartidores, contadores, mercado logos, etcétera.

-Aquí viene mi muchacho, llegas temprano. Decía mamá sin parar de hablar mientras se acomodaba los lentes y se quitaba el mandil.

-Hey Lucy, niña, termina esto, comeré con mi hijo.

Las horas pasaban en el local de mamá, ella hablaba de colocar otra sucursal, pues ya no se daba abasto, las opciones  divagaban en la mente de Adán, por un momento se imaginó coordinando la nueva sucursal, pues ya tenía una Maestría en Gestión Administrativa y tenía los conocimientos necesarios para llevarlos a cabo.

Mamá interrumpió la alucinación de Adán.

-¿Pasa algo mi niño?- dijo mamá preocupada mientras dejaba la tasa de café sobre la mesa.

-Nada mamá es cansancio, pero, dime, ¿cuál es tu secreto para que todo esto funcione?, dijo Adán simulando prestar atención.

-La tecnología está acabando con nosotros, no está mal recurrir a los métodos antiguos de vez en cuando, por ejemplo, el amor, la comunicación, ya nada se hace como antes, ya todo es efímero…

-Eso es, pensó Adán en su mente mientras mamá seguía hablando, había puesto de ejemplo la serie que veía ella cuando Adán era un niño, Black Mirror era una crítica del uso de tecnología.

Por su mente pasó una serie de recopilación de datos, su nuevo invento había empezado a mostrar fallas desde el día que se terminó el cable para conectar un circuito y solicitó uno al Ing. Chávez, él cuál no tenía del mismo que Adán había utilizado, así que le ofreció uno nuevo que sustituía el uso del cobre y sus demás componentes, sin embargo cuando Adán hizo la conexión el nuevo cable le requería cambiar otras partes que fueran del mismo material.

-Gracias mamá. Se despidió Adán con un beso en la frente.

-¿De qué hablas Adán, te vas? Ay algún día quisiera que existiera una tecnología  para leer las mentes. No te entiendo nada.

Adán se dirigió a Invemex. En la puerta estaba Sofi.

-Pensé que no regresarías, dijo ella mientras iba atrás de él de manera rápida pero los tacones le impidieron correr al ritmo de Adán.

-¿Podrías esperarme? Dijo ella molesta.

-Ayúdame creo saber la falla del Ahorrador de energía.

Y sólo tenemos una semana no dejemos que pase el tiempo.

La Feria de La Gran Invención

Adán estaba sentado en el lobby, Sofi le había llevado un café ella aseguraba que a todos los grandes les había ocurrido alguna vez, que no pasaba nada.

-¿Listos equipo? Dijo el Sr. Padierna desde lejos.

-Vamos, es de valientes afrontar la situación lo alentó Sofi. El discurso es lo de menos dijo ella mientras se arreglaba su vestido.

Adán el Innovador

Las luces destellaban sus ojos y los aplausos le hicieron perder el equilibrio. Adán cruzaba el podium.

-Es para mí un gran gusto presentar al ganador de este año, el ganador al gran Innovador por su producto, un panel solar que abastece agua caliente al hogar y a su vez abastece energía eléctrica y además su infraestructura sirve para poder sembrar semillas y aprovechar el agua de lluvia, sus celdas solares nivelan la luz solar para que estas semillas crezcan de  manera óptima. Dijo la maestra de ceremonias mientras miraba a Adán con una gran sonrisa.

Ese premio sólo se daba a aquellos que han realizado una gran Innovación en todo el mundo y esta vez se la llevó Adán, un mexicano para una empresa mexicana.

-Gracias, en realidad no sé qué decir se me ha olvidado el discurso, hablaba Adán en el podium mientras por su cabeza pasaban aquellos recuerdos que le hicieron llegar ahí.

Su amiga Sofi, que no durmió una noche entera para ayudarle a cambiar todas las piezas, y no obstante a eso, se quedó toda una semana a su lado asegurándose de que la máquina no se apagara después de dos horas como el anterior.

El Sr. Padierna que después de todo le dio otra oportunidad sin despedirlo.

Y la confianza de toda su familia.

Adán sonreía y no se creía el estar ahí. La noche terminó y él debía estar en Nueva York al siguiente día. la propuesta de comercializar su máquina estaba en acuerdos, así que se despidió de su gran amiga Sofi agradeciéndole por su apoyo, del Sr. Padierna por confiar en él.

Sin embargo, la noche trajo amargos momentos al llegar al lobby Guzmán brindaba con una señorita, ya que el Sr. Padierna invitó a toda la empresa. Adán al verlo no dudó en acercarse.

-Hasta luego Guzmán, después de todo no estás en quiebra, mejor dicho la empresa, dijo Adán dando unas palmadas en el hombro de Guzmán mientras él daba un gran sorbo a su copa.

Y se retiró con una gran sonrisa. Después de todo, la actitud de Guzmán le hizo dudar de sí mismo.

-Me voy mi niño, dijo mamá.

Adán solicitó un servicio de autos a mamá para que la llevará a casa, le dio un beso en la frente y se despidió.

La Innovación

Adán bajó del taxi dando las gracias, iba tarde a la cita, así que apresuró el paso.

-Buen día señorita, tengo cita con Mr. James.

-Of course, dijo una señorita amablemente.

-¿A quién anuncio?

-A Adán. El silencio se hizo por un minuto, el nervio le recorría el cuerpo y parecía que le helaba la lengua. Siempre había dudado de él mismo, a pesar de ser un gran innovador, recordó lo que una vez le dijo su profesora de Innovación –La primera impresión es la que cuenta y sólo tenemos una con cada persona. Adán se enderezó echó sus hombros hacía atrás, se acomodó la corbata y mirando fijamente a la asistente Mr. James dijo- Dígale que soy Adán–Adán el innovador, por favor.