Balthasar Klossowski de Rola (1908-2001), más conocido como Balthus, es uno de los grandes maestros del arte del siglo XX. La calle, de 1933, «Fue la obra que le dio a conocer en todo el mundo. Fascinó a los surrealistas. En ella representa una escena urbana moderna, pero flota en el lienzo una sensación onírica. ¿Sueño o realidad?», explica López-Manzanares.

La calle, (1933), de Balthus. MoMA, NUEVA YORK

Los cuadros más polémicos son los de sus lascivas Lolitas, adolescentes que parecen salidas de cándidos cuentos, donde Balthus juega con el erotismo mediado por la inocencia. Estas Lolitas aparecen en posturas que aguardan un inquietante desenfado. En algunos casos las niñas levantan sus faldas, dejando ver su ropa interior (es el caso de «Thérèse» y «Thérèse soñando», ambas del Metropolitan Museum de Nueva York), en otros posan completamente desnudas.

Drawing Room Painting by Balthasar Klossowski De Rola Balthus.

Balthus lidió con la acusaciones de pedofilia argumentando que para él estas niñas eran ángeles, que lo que buscaba retratar era la infancia y su encanto angelical.

Las manifestaciones en contra de la exposición de Balthus 

El Museo Thyssen, en España, expondrá 47 de sus obras. Y ya ha recibido manifestaciones en contra de la exposición. Thérèse soñando, sufrió en carne propia un intento de censura: más de 12.000 personas firmaron en 2017 para que se retirara de las salas del Metropolitan de Nueva York. El museo no cedió.

«Thérèse soñando» (1938), de Balthus. Detalle – METROPOLITAN MUSEUM, NUEVA YORK

Hoy, está el caso de España, la Alianza Evangélica Española emitió un comunicado en el que se afirma que «algunos cuadros de Balthus que se van a exponer en el Thyssen degradan la dignidad de la infancia» y piden su retirada. «Denunciamos –continúa el comunicado– el doble rasero moral de condenar la pedofilia y perseguirla judicialmente, pero promocionarla y normalizarla cuando es una obra de arte». El año pasado el presidente de Ifema pidió a una galerista que retirara una polémica obra de Santiago Sierra de su estand en ARCO. En el centenario de Egon Schiele, la publicidad de su exposición conmemorativa tapaba estratégicamente los órganos sexuales de sus retratados. Y Facebook censura todo desnudo, por muy rubensiano que sea. (Pulido, 2019)

Thérèse On A Bench Seat by Balthus (Balthasar Klossowski De Rola)

El museo no se ha planteado la opción de poner una cartela a la entrada de la muestra advirtiendo que «algunas imágenes pueden herir la sensibilidad del espectador». López-Manzanares explica que su obra ya se ha expuesto en España en otras ocasiones, así como en museos de todo el mundo. Las modelos que posaron para Balthus siempre hablaron bien de él; no tuvo, que se sepa, ninguna demanda por acoso o abuso sexual. Asimismo, considera que es un error intentar comprender una obra de arte de los años 30 según nuestros parámetros morales: «Los museos deben abrir cauces de debate, pero nunca prohibir». (Pulido, 2019)

«Las tres hermanas» (1955), de Balthus – COLECCIÓN PATRICIA PHELPS DE CISNEROS

Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen, cree que «cada espectador fija los límites para sí mismo; cada uno decide lo que desea o no desea ver. Yo no veo películas “gore” ni información de sucesos en televisión. Pero nadie, aparte de los jueces en la aplicación de la ley, puede erigirse en censor e imponer a otras personas adultas lo que deben o no deben ver».

«Balthus pinta después de Freud. Lo que es lo mismo: pinta desde la certeza, propia al hombre del siglo XX, de que no hay combinatoria sexual que no habite el inconsciente humano –advierte Gabriel Albiac–. Darle imagen es dejar hablar la voz que calla siempre en nosotros. En ese sentido, el artista es siempre un mago de la tribu. O, si prefieres, un curandero. ¿Es pedófila una imagen o un verso? Probablemente, para aquel que tenga imaginación y ojos heridos por la pedofilia: pero la pedofilia no se altera ni positiva ni negativamente por la obra pictórica o poética. Del mismo modo que la zoofilia no es aumentada ni disminuida por los numerosos cuadros barrocos en torno al tópico de Leda y el cisne».

«La habitación turca» (1965-66), de Balthus. Detalle – CENTRO POMPIDOU, PARÍS

Respecto a ¿cómo defender la libertad creativa en la época del #MeToo, lo políticamente correcto y un imperio como Facebook, de cuya censura no se libran los Cristos desnudos de Rubens ni la mismísima Venus de Willendorf a sus 30.000 años?, señala el artículo de Natividad Pulido, que para Bernardí Roig, «la única forma de defender la libertad creativa es hacer lo que uno piensa que debe hacer. Hacemos imágenes no para gustar ni para disgustar a nadie; las hacemos para que no nos revienten en la cabeza. Ese es el único baluarte de resistencia contra las consignas. Sólo resistiremos frente a este oleaje neopuritano, y #MeToo empieza a serlo, haciendo lo que mejor hacemos: imágenes necesarias».

 

 

 

 

Fuentes

Pulido, N. (2019). «Debe tener límites el arte». En ABC. Disponible en digital: https://www.abc.es/cultura/arte/abci-debe-tener-limites-arte-201902160023_noticia.html

Pulido. N. (2019). Balthus, el pintor que colmó de erotismo la edad de la inocencia. En ABC. Disponible en digital: https://www.abc.es/cultura/arte/abci-balthus-pintor-colmo-erotismo-edad-inocencia-201902160023_noticia.html