Desert Breath fue un proyecto realizado entre 1995 y 1997, creado por D.A.S.T. Arteam, equipo formado por Danae Stratou (artista de la instalación), Alexandra Stratou (diseñadora industrial y arquitecta) y Stella Konstantinidis (arquitecta). La idea fue crear una instalación en el desierto del Sahara, en su parte egipcia, en un lugar cercano al Mar Rojo llamado El Gouna.

Se trata de un laberinto elaborado con agua y arena con una extensión de 100,000 metros cuadrados. La obra presenta una forma elíptica, con dos hileras helicoidales: una de hoyos excavados en la tierra que llega hasta una piscina artificial que se encuentra en el centro y, desde ahí, una segunda fila de conos formados con la arena extraída de la anterior, quedando sus extremos separados por un ángulo de ciento ochenta grados. Se requirió desplazar 8,000 metros cúbicos de arena para crear los conos.

La inmensidad, el infinito y el paso del tiempo son los principales conceptos a los que alude Desert Breath, que tienen una representación ideal en medio del desierto, lugar que desde la antigüedad ha dado lugar a un sinfín de reflexiones.

Pese al tiempo que ha pasado desde su creación, esta obra pervive, aunque no deja de mostrar la erosión que en algún momento la hará desaparecer, lo que resaltará la metáfora principal a la que alude la propuesta.

Desert Breath en 2018: