La Carga

El pasado viernes 13 de octubre, se estrenó en las salas del país la película La Carga, dirigida por el sinaloense Alan Johnsson Cavica, tan solo un día después del aniversario de aquel 12 de octubre en que Cristóbal Colón llegó-descubrió-encontró el territorio de lo que a la postre conocemos como América. Cada 12 de octubre se reavivan las discusiones y los debates de si fue descubrimiento, conquista o exterminio.

Sin ahondar en esa temática, la película nos remonta de una manera sencilla a la época colonial en el territorio de la Nueva España, centrándose en la figura de Painalli, un fuerte tameme, vocablo náhuatl que significa cargador, el cual tiene la misión de llevar a sus espaldas una importante carga al puerto de la Vera Cruz.

Paralelamente, el largometraje nos presenta algunos de los pasajes finales de la vida del histórico Francisco Tenamaztle, principal líder indígena durante la Guerra del Mixtón, conflicto desarrollado a mediados del siglo XVI en lo que ahora es el territorio de Nochistlán, Zacatecas, donde los indios caxcanes se rebelaron contra las huestes españolas comandadas por Cristóbal de Oñate y Miguel de Ibarra, episodio importante en la conquista del reino de la Nueva Galicia, por lo que Tenamztle ha sido considerado una figura importante de la resistencia indígena y, a quien el historiador Miguel León Portilla, nombró como uno de los precursores de los derechos humanos.

La película, que tuvo un presupuesto de 40 millones de pesos y tardó cerca de 3 años en ser estrenada de manera comercial en México, fue rodada en escenarios naturales en los Estados de Durango, Zacatecas y Veracruz y contó con la participación de actores tanto mexicanos como españoles.

Personificando el papel de los indígenas se tiene la participación de los actores capitalinos Horacio García Rojas, Gerardo Taracena y, en el papel de Tenamaztle, Tenoch Huerta. Por parte de los actores españoles están Eusebio Lázaro, Eric Francés y la joven actriz María Valverde.

La cinta ofrece una entretenida trama de corte histórico, y que sin un trasfondo maniqueista donde los españoles son los malos y los indígenas los buenos, logra escenificar algunos pasajes de la vida cotidiana de la colonia y de la relación de servidumbre de los indígenas hacia los españoles.

También hay que resaltar los diálogos en náhuatl que presenta el film, un hecho que abona al aliento original de la cinta, donde se da un ir y venir entre el náhuatl y el castellano. Asimismo, se mencionan importantes mecanismos económicos y socioculturales de la época, como las encomiendas, la vida en los conventos y el importante papel que tuvieron los frailes franciscanos en la evangelización de los indígenas.

Sin ser una superproducción y sin meterse en líos de veracidad histórica, lo que puede lesionar intereses de la historiografía mexicana, la cinta logra aprovechar todos los recursos a su alcance, plasmando bellos escenarios áridos y semidesérticos, característicos del centro y norte de nuestro país, a través de una historia de persecución donde se entrelaza la vida de una joven doncella española, que se rebela ante el yugo de su padre, empecinado en prolongar el poder económico de su encomienda; y un indígena, fuerte y de una musculatura atlética, quien está al servicio de los frailes. 

La Carga llega a ser una interesante y recomendable película que rompe el esquema de las últimas entregas del cine mexicano, el cual se ha ensañado y esforzado en encasillarse en la comedia romántica, simplona y de corte urbano chilango.