Imagen obtenida de La Red 21.

El conflicto israelí-palestino se desarrolla en Próximo Oriente, «una zona del mundo que muchos consideran la cuna de la civilización. Hoy en día, esta antigua tierra soporta el enorme peso de la historia y pide a gritos comprensión. La lucha por Tierra Santa, o la zona que distintos pueblos llaman Israel y Palestina, está en el centro del actual conflicto del Próximo Oriente. Muchas guerras y acontecimientos mundiales han tenido impacto en Tierra Santa en los últimos siglos y han generado la situación actual.

Entre ellos, destacan: la Primera Guerra Mundial, cuya consecuencia fue la colonización europea en el Próximo Oriente; la Segunda Guerra mundial, el Holocausto y la necesidad urgente de los judíos por encontrar un hogar; la creación del Estado de Israel en un territorio habitado en su mayoría por árabes palestinos; las guerras de 1948 y 1967, que enfrentaron a varios países árabes e Israel.

El resultado de la guerra de 1948 fue el establecimiento del Estado de Israel en lo que antes fue Palestina; Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén oriental quedaron bajo dominación árabe. En junio de 1967, al terminar la Guerra de los Seis Días, Israel ocuparía y asumiría el control de estas regiones.» Nos dice la escritora palestina Ibtisam Barakat.

Regresando a 1948, el mandato administrativo que ejercía Gran Bretaña sobre los territorios de Palestina desde final de la Primera Guerra Guerra Mundial, expiró el 15 de mayo de 1948. Pocas horas antes, Ben-Gurión, presidente de la Agencia Judía, proclamaba la independencia del Estado sionista de Israel.

A continuación, fuerzas sionistas del Irgún y la Hagana ingresaron en las aldeas árabes. Es el 15 de mayo de 1948 cuando da comienzo la Catástrofe o Nakba para el pueblo palestino –conmemoración que actualmente produjo la muerte de más de 50 palestinos–.

Comunidades palestinas completas fueron arrasadas. Más de 800 mil palestinos fueron obligados a salir de sus ancestrales tierras para dar cabida a inmigrantes judíos, venidos de todo el mundo, principalmente de Europa o Rusia quienes, escapando de las persecuciones nazis, vieron en Palestina una solución a sus problemas.[1]

Éxodo palestino (1948)
Éxodo palestino (1948)
Éxodo palestino (1948)

Palestina fue, hasta 1948, una región netamente árabe. No obstante, cohabitaban pacíficamente con comunidades minoritarias, como la comunidad judía, entre otras más. Para la creación de un «Estado Judío» era inevitable la expulsión de la mayoría árabe, es decir, forzar, mediante el uso de la fuerza, el exilio colectivo de la población nativa: los palestinos.[2]

Así, continúa explicando Ibtisam Barakat, «el conflicto entre israelíes y palestinos es uno de los más difíciles de nuestra época porque los dos pueblos, en sus respectivos contextos, tienen un apego fuerte y justificable a Tierra Santa. Esencialmente, este conflicto enfrenta a dos pueblos que han sufrido una historia difícil. Un gran obstáculo para resolver este conflicto parece ser la incapacidad para encontrar un terreno común que permita a ambas partes entenderse y aceptar la historia de cada uno, convirtiéndose así en compañeros. Así conseguirían alcanzar sus objetivos de paz y libertad.

Sin embargo, no se trata sólo del enfrentamiento entre dos pueblos: es además un conflicto internacional, avivado por rivalidades religiosas y étnicas así como por diversos intereses económicos y militares. Muchos países están muy implicados con israelíes y palestinos. Pero el enfoque de alinearse con uno u otro bando, preocupándose por uno en vez de por los dos, parece empeorar el conflicto. Para resolver este conflicto, hará falta la participación constructiva de muchos pueblos del mundo.

Una auténtica solución no sólo debería garantizar la libertad y la seguridad de israelíes y palestinos, sino que debería ofrecer un espacio a ambos pueblos para recuperarse de haber sido perseguidos y perseguidores. Cuando se consiga, seguramente esta solución dará enorme esperanza a toda la humanidad, ya que, hoy en día, este conflicto se ha convertido en uno de los grandes obstáculos para la paz mundial.

Para saber más sobre el Próximo Oriente y profundizar en nuestro conocimiento sobre palestinos e israelíes, debemos compartir historias. La mía es una de tantas. Juntas, estas historias pueden enseñarnos hasta qué punto la gente es interdependiente y tiene las mismas necesidades básicas. Juntas, estas historias pueden inspirarnos para unir nuestros corazones y nuestras mentes: la sabiduría colectiva puede ayudarnos a solucionar este conflicto y cualquier otro.»

Parte del texto anterior pertenece a la nota histórica que introduce a la novela Saboreando el cielo, una infancia Palestina (2009), escrita por Ibtisam Barakat. Esta es la historia que ella no ofrece para acercarnos a la realidad palestina. Es una novela dedicada a público joven y a todos aquellos –no sólo adolescentes– que deseen sensibilizarse a través de la literatura de resistencia. Saboreando el cielo es una obra acerca de la infancia de la autora en el contexto de la Guerra de los Seis Días con la huida de su casa y la separación de la familia.

 

Notas al pie

[1] «15 de Mayo de 1948: Al-Nakba, la catástrofe palestina». Texto disponible en digital: http://www.rebelion.org/docs/31539.pdf

[2] Ídem.

 

Bibliografía

«15 de Mayo de 1948: Al-Nakba, la catástrofe palestina». Texto disponible en digital: http://www.rebelion.org/docs/31539.pdf

Barakat, Ibtisam, Saboreando el cielo, una infancia Palestina, Bambú, Barcelona, 2009.