Cuando era joven, las series que veíamos en los canales abiertos de televisión nos recetaban dosis de acción y violencia acompañadas siempre de un mensaje de doble moral. Recuerdo con añoranza caricaturas como He-Man o los Thundercats, donde al final de cada programa concluían con una enseñanza. Estos episodios en ocasiones nos entretenían tanto, que nos dejaban casi siempre una aguda incertidumbre en espera del siguiente capítulo, el cual muchas veces no lo transmitían o nos repetían los mismos episodios, eso “en verdad apestaba”.

En cambio ahora, en esta era de automóviles, en orbitas de teléfonos “inteligentes” y plataformas digitales y de medios de comunicación masiva, como la poderosa Netflix, se nos recetan dosis de historias de un solo jalón, creando en uno mismo una depresión «post serie traumática» que solo es curada saltando a la siguiente sugerencia, a la siguiente serie, eso, en cierto punto, “también apesta”.

El pasado 18 de febrero, Netflix lanzó la primera temporada de Everything Sucks, “Todo apesta”, una más para engrosar la basta oferta de la famosa plataforma. La serie creada por Ben York Jones y Michael Mohan, cuenta con 10 maravillosos episodios, los cuales de una forma ligera y divertida nos muestran a un grupo de adolescentes pertenecientes a la década de los 90s, nos llevan a recorrer su entorno y nos narran de modo nostálgico el despertar del primer amor y el placer que da sentir el gusanito y pajaritos en la panza en la llamada hig school o secundaria, todo esto sin necesidad de internet, es decir, a la antigua, pasando recaditos en papelitos, el romanticismo de dedicar una canción a la chica que te gusta en la estación de radio preferida, etc.

En un principio la música que presenta nos lleva a recordar esos días de pubertad de la superada generación X, la generación desconectada de la red. La serie, por la misma naturaleza del formato, podría parecer en su principio sosa y aburrida, pero al pasar los minutos y con un gran cierre del grupo británico Oasis y su Don’t look back in anger, la serie nos engancha.

Así que en el gran surtido del monstruo del streaming , Everything Sucks, resalta por su sencillez y concreto formato, con un entrañable casting y con la mejor y maravillosa versión del clásico Rocket Man de Elton John , que al final solo te quedara decir: “Babosa de Banana”. Netflix vuelve a apelar a la nostalgia de quienes ahora tienen más de treinta y engrosan su auditorio, los 90 siguen de moda porque quienes vivieron su niñez o adolescencia durante esa época comienzan a entrar en la incipiente edad de la añoranza.