La haine (1995), de Mathieu Kassovitz, es un Ulises francés de los 90, pues la trama transcurre a lo largo de un solo día. Sus personajes: Vinz, el judío, (interpretado por un joven e impresionante Vincent Cassel), Saïdn (Saïd Taghmaoui), el árabe, y el negro Hubert (Hubert Kounde), ellos se encargarán de ser los guías en los barrios de la periferia parisina de fines del siglo XX, en este caso, el suburbio de Les Muguets, donde la noche anterior, uno de sus amigos, otro chico de origen magrebí, ha sido herido de gravedad tras estallar disturbios con la policía.

«Kassovitz se inspiró en el asesinato de un chico negro de 17 años, ejecutado de un disparo en la cabeza mientras estaba esposado en una comisaría parisina el 6 de abril de 1993». (Corominas, 2020) Este suceso real que inspiró esta ficción, hace que de inmediato recordemos el asesinato de George Floyd a manos del agente Derek Chauvin en Minneapolis y que ha generado una ola de manifestaciones contra el racismo y la violencia policial en todo el mundo. Lo que lamentablemente resalta la actualidad del largometraje pese a que han transcurrido 25 años desde su estreno.

– En la escuela me enseñaron que el odio engendra odio.
– Yo no fui a la escuela. Soy de la calle, y en la calle te enseñan que si pones la otra mejilla te dan por el culo. (Fragmentos del guion)

Los protagonistas de La haine son Los olvidados de ese siglo XX que siguen siendo los mismos de este siglo XXI, nos dice Alfredo Moreno en su reseña crítica sobre el film: «La frustración, el rencor, la imposibilidad de abrirse un camino, la lucha estéril por lograr algo que les está vedado es el criadero del odio (…) La policía y los jóvenes, ambos víctimas del mismo orden, establecen así una lucha sordomuda, latente, continua, una guerra civil en toda regla en la que las víctimas son quienes no pertenecen a los consejos de administración u obtienen dividendos en la bolsa, el odio alimentado con odio, la violencia como única forma de sacudirlo, ejercida contra quien se tiene más a mano, la frustración convertida en venganza ciega, en explosión de instintos reprimidos, en protesta contra la injusticia de la vida, la falta de ayuda, y también contra la ausencia de la propia capacidad de los jóvenes para luchar por otro futuro con otros medios, el rechazo a un orden moral impuesto por quienes comen cada día y no tienen que preocuparse por el futuro de sus hijos y que no da respuesta a la insatisfacción de quienes se quedan fuera.»

Con esta cinta, Mathieu Kassovitz ganó el Premio al Mejor Director en Cannes en 1995, seis años antes de ser la pareja de Amélie, la famosa cinta de Jean-Pierre Jeunet, donde se nos muestra un Paris céntrico, sofisticado, hermoso, lleno de brillo y postales turísticas, totalmente opuesto al de La haine.

Aquí puedes ver o recordar la película completa:

 

 

 

Bibliografía

Corominas, J. (2020). El odio ha vuelto: 25 años de «la haine», el film de la guerra entre los pobre y la policía, en El Confidencial.

Moreno, A. (2016). Sociedad en caída libre: el odio (La haine, Mathieu Kassovitz, 1994), en Cine en estado crítico.