La multipremiada película Selva Trágica – Tragic Jungle de la cineasta mexicana Yulene Olaizola, llega a los cines mexicanos este 3 de junio, previo a su llegada a Netflix el 9 de junio.

Sinopsis: La película está ambientada en 1920, en la frontera entre México y Belice. En la profundidad de la selva Maya, donde no hay ley y los mitos prevalecen, un grupo de mexicanos trabajadores del chicle cruza su camino con Agnes, una misteriosa joven beliceña. Su presencia provoca tensión entre los hombres, avivando sus fantasías y deseos. Con vigor renovado enfrentan su destino, sin darse cuenta que han despertado a la Xtabay, una antigua leyenda que acecha desde el corazón de la selva.

Tras ver Selva Trágica, podemos decir que es un trabajo excepcional, tanto a nivel técnico y actoral, como de la trama misma.

Reúne suspenso, misticismo, fuerza, tragedia, trasfondo histórico y escenas que hacen de la selva y la atracción hacia una fuerza femenina primigenia, personajes poderosos y demiúrgicos.

Esta película es interpretada por Indira Andrewin, Gilberto Barraraza, Mariano Tun Xool, Lázaro Gabino Rodríguez, Eligio Meléndez, Dale Carley. Es una producción mexicana de Malacosa (Olaizola e Imaz) y Pablo Zimbrón de Varios Lobos, en coproducción con Manny Films (Francia) y Contravía Films (Colombia).

Fue filmada en Quintana Roo, México, y escrita por Yulene y Rubén Imaz (Epitafio), quienes, junto a gran parte del equipo, estuvieron ayer tras la presentación de la cinta, muy contentos de su estreno en México, pese a la pandemia.

Yulene Olaizola tiene una carrera prolífica como realizadora. «Su ópera prima, el documental Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo fue premiado en más de 30 festivales internacionales, y que también recibió el premio Ariel a mejor Ópera Prima en el 2008. Su primer largometraje de ficción Paraísos Artificiales fue apoyado por el Hubert Bals Fund y por el Tribeca Film Institute. En 2012 estrenó Fogo en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes. En 2015 realizó Epitafio, en co-dirección con Rubén Imaz» (FICG).

Por su parte, Rubén Imaz tuvo «su ópera prima con Familia tortuga, estrenada en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, que obtuvo varios reconocimientos como el Coup de Coeur en el Festival de Cine Latino de Toulouse y el premio a mejor director latinoamericano en el SANFIC. En 2012 produjo Fogo de Yulene Olaizola estrenada en la Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes» (FICUMAN). Co-dirigió Epitafio y es guionista y productor de Selva Trágica.

Charla tras la presentación de la película en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara 

En la pasada edición del FICG (2020), donde el Premio Mezcal a Mejor Fotografía, que fue otorgado a la colombiana Sofía Oggioni, Yulene y el equipo estuvieron presentes para conversar un poco con el público. La cineasta comenzó mencionando el gran trabajo técnico y de seguridad que debe existir en una cita como Selva Trágica, filmada en locaciones naturales donde es todo un reto adaptar escenas o incorporar otras, atendiendo a los cambios de clima de un lugar como la selva.

Esto mismo hace que el rodaje sea, a la vez que demandante, muy dinámico. Como realizadores nos exige que juguemos con lo que nos ofrece la naturaleza, donde la selva se convierte en un personaje más, que justamente era uno de los propósitos que buscaba con la película, señala Yulene. 

Sobre la construcción del guion, comenta que es una mezcla tres ideas principales:

  • El punto geográfico donde se desarrolla: Río Hondo, frontera entre México y Belice. Un país del que muchos sabemos poco, como por ejemplo, que el inglés es su idioma oficial, por lo que la protagonista Indira Andrewin solo habla este idioma.
  • La leyenda de Xtabay, que es muy común en la zona, y fue lo que le atrajo como eje para desarrollar el guion, que deseaba tejiera una trama multicultural.
  • El tercer elemento es el chicle, el proceso con el que se extraía hace cien años, el impacto social y económico que tuvo desde los años 20 hasta la década de los 60 del siglo XX; pues, por ejemplo, buena parte del chicle que se llevó a la Segunda Guerra estuvo producido allí, incluso chicles que algunos comieron cuando eran pequeños, ya que hasta la década de los 60 se llevaba a cabo de manera similar a lo que muestra la cinta. También quería reflejar los riesgo de la producción de chicle, los conflictos que existían, no solo por la selva en sí, sino por los conflictos de intereses, así como explotación a la que estaban sometidos los trabajadores.

Cuenta también que el proceso de casting, que duró alrededor de año y medio, se hizo investigando una zona muy amplia entre comunidades del sur de Quintana Roo que trabajan con una empresa chiclera. Allí encontró en un poblado de Felipe Carrillo Puerto a dos hermanos chicleros, a quienes terminó por incorporar como dos personajes de la historia. Uno de ellos es Antonio Tun Xool, quien es la ‘voz en off’, en maya, de la película.

Esta ‘voz en off’ se inspira en poemas sobre la leyenda de Ixtabay, narrada por el poeta yucateco Antonio Mediz Bolio y traducido y recitado en maya yucateco por Mariano Tun Xool, uno de los dos hermanos protagonistas de la película.

 

Mariano Tun Xool. Foto: Vagabunda Mx.

En este mismo proceso de casting, fue seleccionada Indira Andrewin, quien encarna el personaje de Agnes, símbolo precisamente de Xtabay. Indira es de Belice, donde no hay una industria audiovisual como tal, de modo que ella nunca había actuado antes. El hacer posible que quien da ida al personaje de Agnes fuera del propio Belice fue también un reto y una buena oportunidad para crear proyectar otras voces.

Al centro, Indira Andrewin, acompañada de Yulene Olaizola y Gilberto Barraraza. Foto: Vagabunda Mx

La mezcla actoral es muy interesante, pues es una combinación de actores con larga trayectoria como Gilberto Barraraza, Lázaro Gabino Rodríguez, Eligio Meléndez o Dale Carley, que trabajaron al lado de actores que no habían actuado previamente, como Indira Andrewin, o que incluso fueron personas que realmente trabajan en la elaboración de chicle y fueron incorporados como personajes sobre la marcha, tal es el caso de Mariano Tun Xool.

La directora también habló de Chicza, una cooperativa que todavía produce chicle de manera artesanal, orgánica. Es el mismo proceso que se llevaba a cabo hace veinte años, parte del cual la cinta refleja. Y de cómo, gracias a la cooperativa pudieron conocer a varios de los actores de la cinta.

A la pregunta de cuál es su escena preferida, el corazón del film, Yulene responde que es la última, porque es sumamente simbólica, retrata la esencia de la leyenda de Xtabay, están realmente en Río Hondo, y además, fue muy complicada de realizar a nivel técnico.

Sobre la ruta de distribución, esperan que el próximo año pueda llegar a los cines, así como a plataformas digitales.

Compartimos algunas fotografías de la presentación en el Festival internacional de Cine en Guadalajara.

Fotografías: Vagabunda Mx.

Al centro, Yulene Olaizola, directora de Selva Trágica. Foto: Vagabunda Mx.