Fuente: redes sociales

La semana pasada fuimos testigos de la visita de Tijuana No a la ciudad de Guadalajara, se presentaron en un festival musical patrocinado por una afamada pizzería. Quiero pensar que el festival trató de emular los hoy legendarios festivales que hacía el sub-sello “Culebra”. Además de los tijuanenses, se presentarían otras agrupaciones que vieron su mejor época en el segundo lustro de los noventas: La Castañeda, La Lupita y Las Víctimas del Doctor Cerebro.

Tijuana No es uno de mis grupos favoritos, marcaron mi adolescencia. En mi imaginario ellos se encuentran debajo de los Fabulosos Cadillacs o Maldita Vecindad, y allá por los noventas le tosían de frente a grupos Todos Tus Muertos. Hijos directos de Mano Negra y Negu Gorriak, eso es algo que no se puede negar, también son padres de una generación de bandas de ska (punk, core o mestizaje) que les hacen covers, versiones y tributos cada vez que pueden, agrupaciones tan importantes como Panteón Rococo, El Gran Silencio, Nana Pancha, Sekta Core o la Royal Club han hecho evidente dicha influencia.

Cargan una gran loza, son creadores de lo que se podría decir es el más grande one hit wonder del ska mexicano: Pobre de ti. Emblemática canción que hasta tu abuela podría bailar en navidad después de escuchar a Caballo Dorado o a Mijares. La locura que genera esta canción es algo que pocas veces puede verse. Y aunque en ese primer disco hay otras canciones memorables, como La Migra o La Vaca, es de lejos la canción más conocida del grupo.

Aunado a ello, el NO de Tijuana, como originalmente se llamaba la agrupación, tiene un disco que roza la perfección y se pone, por lo menos para mí, en la cúpula de lo mejor del rock mexicano: Transgresores de la Ley. Este disco fue una producción nada más y nada menos que de Fermín Muguruza, contó con la participación de Fidel Nadal, Pablo Molina, Manu Chao y lo poco que quedaba de Mano Negra. Disco duro, con unas letras políticamente directas, con unos teclados de Cecilia Bastida que siguen influyendo hasta la fecha a media escena ska, con una mezcla de sonidos prehispánicos que contraponían poderos riff y palm mutes punks. Un disco que debes de escuchar sí o sí, es más deja de leer esto para que vayas a escucharlo.

La historia del ska en México le debe mucho a Tijuana No. Lamentablemente el combo que lideraba Luis de Guereña nunca pudo trascender como sí lo hicieron bandas como Panteón Rococó, aunque gran parte de su carrera la hicieron en el extranjero (como lo deja ver su disco “Live in Bilbo”), sobre todo en Estados Unidos y en Europa, en México otras agrupaciones como Ska-p les ganaron el cariño del público mexicano.

Algunas malas decisiones los llevaron a grabar un gran disco que es prácticamente desconocido en nuestro país: Contrarevolución Avenue. El grupo continuamente paraba, llegaban a presentarse en vivo de manera ocasional, pero muy pocas veces lo hacían con todos sus integrantes originales; la posterior muerte de Luis de Guereña, la salida de Cecilia Bastida y posteriormente la de Teca García, dejó al grupo sin ninguno de sus vocalistas originales.

Parece que hoy Tijuana No está más activa que nunca, los he visto más en los últimos años que hace 20 años; aunque suenan bien y en materia ahora sí cuentan con metales, una vocalista que deja todo en el escenario y con la presencia de Chapo (vocalista de Sekta Core), ya no es lo mismo, desde hace 10 años Tijuana No se ha convertido en una banda que toca versiones de Tijuana No.

En fin, la nostalgia es poderosa y continuamente nos nubla la mente, sin embargo, sostengo ante cualquier persona que Tijuana No es la banda más influyente del ska mexicano, incluso por encima de La Maldita Vecindad, y su disco Transgresores de la Ley es un material que puede sentarse en la mesa con titanes como “Dale Aborigen” o “Casa Babylon”. Creo que hasta duele un poco pensar en todo lo que pudieron haber sido.

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