Javier Cercas en FIL 2025. Foto: Carlos Miguel Glz. Huerta

Javier Cercas fue una de las figuras más destacadas en la FIL Guadalajara 2025. El escritor español presentó su nuevo libro El loco de Dios en el fin del mundo, obra nacida de su experiencia al acompañar al papa Francisco en un viaje a Mongolia, territorio que él mismo describió como “el fin del mundo”. En sus charlas, Cercas subrayó cómo la fe y el desarraigo han marcado su narrativa, afirmando que escribe porque se siente un “desarraigado”, alguien que nunca termina de pertenecer y que convierte esa incomodidad en motor creativo. Además, participó en el homenaje a Mario Vargas Llosa, compartiendo mesa con autores como Leonardo Padura y Pilar Reyes.

Al escucharlo, es posible reflexionar sobre cómo el desarraigo que él describe no es sólo una condición personal, sino también una metáfora de la literatura misma: un territorio donde nunca se está del todo en casa, pero donde se busca sentido. Esa incomodidad, que podría parecer un obstáculo, se transforma en impulso para crear mundos narrativos que dialogan con la historia y la memoria, algo que ya sabemos es un distintivo en la obra de Cercas.

Su presencia en la feria también estuvo marcada por la intensidad de su relato sobre la invitación del Vaticano y el impacto de ese viaje. Cercas confesó que al principio creyó que era una broma, pero luego entendió que se trataba de una experiencia real que lo confrontó con preguntas íntimas y culturales.

La FIL lo recibió como invitado de honor en el Pabellón de Barcelona, donde compartió reflexiones sobre la fe como territorio narrativo y sobre la necesidad de tender puentes entre culturas. Su intervención no se limitó a la presentación de su libro, sino que se convirtió en un espacio de diálogo sobre la manera en que la literatura puede ser un puente entre experiencias aparentemente distantes. Cercas habló de cómo la fe, entendida no sólo en su dimensión religiosa sino también como confianza en la palabra y en la memoria, se convierte en un terreno fértil para la narración.

Su paso por Guadalajara confirma que la FIL no es sólo un espacio de promoción editorial, sino un lugar donde los escritores se exponen en su dimensión más humana. Javier Cercas mostró que detrás de cada libro hay un viaje interior, y que la literatura, más que respuestas, nos ofrece preguntas que nos acompañan mucho más allá de la feria.

Galería Vagabunda

Fotos: Carlos Miguel Glz. Huerta

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