Six jours ce printemps-là, Six days in spring, como se tradujo en inglés, fue estrenada mundialmente en la pasada edición 73 del Festival de San Sebastián, el 19 de septiembre de este agonizante 2025 y allí estuvimos. El largometraje, del director belga Joachim Lafosse, pasó con mucho éxito por el mencionado festival, ganando la Concha de Plata a Mejor Director y, a pesar de ser uno de sus puntos más flacos, el Premio a Mejor Guion.
La película cuenta la historia, basada en hechos autobiográficos del director, de una madre Sana (Eye Haïdara) que, tras frustrarse el alquiler de un piso para vacacionar con sus hijos gemelos (Léonis y Téodor Pinero Müller) y su nueva pareja, Jules (Jules Waring), decide, a propuesta de los gemelos, okupar durante 6 días en primavera, sin el conocimiento ni mucho menos consentimiento de los propietarios, que son los abuelos de los niños y ex-suegros de Sana, una casa de descanso que tienen en la lujosa zona de la Costa Azul.

El centro del conflicto planteado por el director gira alrededor de esta ocupación “ilegal” que la familia hace de la lujosa vivienda y la tensión que vive Sana, derivada de la preocupación de ser descubierta, pero al mismo tiempo de su falta de valor, o exceso de orgullo, de no pedirla o poner a uno de sus hijos a pedirla, en razón de que, como quiera que sea, siguen siendo, los niños, parientes de los abuelos. Se entiende, que el divorcio con la expareja de Sana ha sido violento y han quedado en pésimos términos, de ahí que se pueda justificar la posición de Sana.
El conflicto nunca es lo suficientemente intenso, el guion se mueve en sus periferias, pero nunca entra de lleno y con decisión en él. El interés por la película se mantiene gracias a las excelentes actuaciones de todos los involucrados, especialmente la actuación de Eye Haïdara que es magnifica; y los gemelos no se quedan atrás, de tal forma que estas se convierten en la principal fortaleza del filme. Y porque el escenario planteado permite a la audiencia, en contra de la voluntad del guion que no se esfuerza en profundizar en ningún ámbito, especular sobre diversos temas sociales que tímidamente se dejan ver a lo largo del filme como las fracturas familiares después del divorcio; las desigualdades económicas; la incertidumbre del capitalismo y la inestabilidad económica de las clases bajas: Sana (y con ella sus hijos), de un día para otro, pasa de ser integrante de la alta burguesía europea a formar parte del proletariado más precarizado y se enfrenta, con mucha dignidad, a una situación que quizás nunca imaginó; la legitimidad que puede tener la propiedad privada frente a la acumulación inmobiliaria y las desigualdades más brutales: personas que duermen hacinadas 15 en un departamento de 3 habitaciones frente a parejas que tienen dos residencias con 5 habitaciones de lujo y de las que una de ellas solo la ocupan 4 semanas al año si hace buen tiempo; el sentido de justicia que puede haber en la okupación en casos concretos; etc.

Pero, como decíamos, el guion pierde toda oportunidad de profundizar en alguno de estos temas, incluso en los más básicos como el conflicto familiar sobre el que se sostiene el argumento del largometraje. Se puede intuir que hay un divorcio, un divorcio en malos términos del que nunca se habla, que el padre no da alimentos y se ha desentendido de los menores, lo que también lleva a pensar que la madre cometió algún error que la despojo de todo derecho que en principio debería de tener o que nos encontramos en un caso de injusticia judicial, y algunas otras cosas, pero nada queda lo suficientemente claro, la película es muy ambigua, no da elementos para construir un imaginario alrededor de ella con cierta certeza, que permite sacar conclusiones que mejoren la experiencia cinematográfica y que metan al espectador en la historia. En este sentido, no entiendo cómo obtuvo el premio a Mejor Guion.
Hay otra cuestión que llama la atención y que afecta considerablemente el realismo o veracidad, coherencia con la vida real de la película, o lo que sería peor: que podría constituir un mensaje social tergiversador de la realidad con espíritu propagandístico. El elemento o la cuestión a la que me refiero surge del hecho de que Sana es negra. Dicha condición humana tan vilipendiada por los europeos a lo largo del tiempo y del espacio, particularmente por belgas y franceses, por lo que no empata con facilidad en la realidad de nuestras sociedades, incluso en la actualidad.

Pero aceptemos que es posible, hagamos de cuenta que un hombre blanco (o quizás negro, lo que sería más complicado de creer todavía) y rico se enamora y casa con una chica negra, descendiente de congoleños o ruandeses, por poner un ejemplo, pasando a formar parte, esta chica, de la alta burguesía europea, tan racista y clasista —es decir, no hace falta ser negro para ser repudiado por la alta burguesía europea, con ser pobre tienes todas las posibilidades del mundo de serlo—. Supongamos que así fue, porque con mucha imaginación existe una pequeñísima posibilidad de que suceda y aceptaría que puede suceder, un caso de 1000, como en la telenovelas mexicanas donde Francisco José, el señorito de la casa, se enamora de María Trinidad hija de la sirvienta y nada impide que ese amor que se logre.
Lo malo que yo veo —aceptando este muy peculiar caso social— al poner un personaje negro en una posición que, estadísticamente, no corresponde con la realidad, es decir, en honor a la sensatez y a la coherencia, un papel así le correspondería más bien a una chica blanca, es que de alguna manera se está vendiendo la idea de que los problemas de racismo y clasismo, la discriminación milenaria hacia los afrodescendientes, ha terminado en Europa, cuando esto no es así y está muy lejos de ser así.
Después de tantas generaciones de negros que ya nacieron en Europa, en Francia o Bélgica, ¿qué porcentajes de los mismo tienen igualdad de oportunidades y condiciones de vida como para acceder a los privilegios característicos de la burguesía más privilegiada hoy en día, aunque sea de rebote (por un casamiento)? A ojo de buen cubero yo me atrevería a decir que ni el cinco por ciento de la población burguesa más privilegiada de cualquier país de Europa es afro-descendiente.

Es en esta falsa representación social que hace la película, que aunque estoy consciente que se trata de una ficción, pero una ficción que pretende embonar con la realidad, en donde veo el mayor problema del guion y de la película en general, no sólo por razones meramente técnicas, de mal proceso de selección de actores, sino que también y principalmente por razones políticas y sociales, porque creo que la película vende la idea de que blancos y negros conviven en igualdad hoy en día, no solo de oportunidades, sino de vida en los ámbitos de la alta burguesía, que viven en los mismo lugares, compran en las misma tiendas, comen en los mismos restaurantes, se emborrachan en los mismos bares, manejan los mismos autos, en los mismos barrios, etc. De tal forma que un día se conocen y se casan. No olvidar que me refiero específicamente a las grandes burguesías, esas que se pueden comprar una casa en la Costa Azul francesa, porque, sin tener la certeza, podría conceder que por lo que hace al proletariado y clase media si se den muchos casos de convivencia interracial y de igualdad de oportunidades.
Tuve ocasión de preguntar a Joachim Lafosse respecto del motivo por el que eligió actores negros para desarrollar estos papeles en su película y lo que más me llamo la atención de lo que me respondió con motivo de esa y otra pregunta que le hice, fue que lo primero que me dijo fue que: “El mío es un trabajo de cineasta. Yo soy cineasta. Y yo creo que la sociología es importantísima. La sociología nos permite evolucionar y ver lo que sucede, lo que sucede tanto desde el punto de vista colectivo como social. Pero, a mí como cineasta lo que me importa es describir personajes de la forma más justa posible…”; y luego, la última frase que me obsequió fue: “Pero, cuidado, la sociología es una cosa y el cine es otra, aunque ambos pueden coexistir…”. Como si la calidad o categoría de cineasta excluyera de cualquier responsabilidad social.

No veo, del todo, una mala intención (consciente) en el director en la cuestión de utilizar personas negras para hacer papeles que les corresponden a blancos, si hubiésemos querido apegarnos a la cruda realidad que vivimos; pero, lo que si veo es una enorme falta de compromiso con la historiografía y con la sociedad, con las partes menos favorecidas de éstas.
Y aunque Lafosse dé a entender que no es sociólogo, como diciendo que no tiene porque poner especial atención en esos aspectos de sus películas, la realidad es que el cine siempre será, salvo, quizás, cuando se hacen película de superhéroes, pero incluso en esos casos, un espejo de la sociedad, un generador de ideas y pensamiento para el espectador, para espectadores de todos los niveles culturales y educativos, a veces de todas las edades. De tal forma, que el cine tiene un profundo impacto social y cultural del que yo creo que ningún creativo cinematográfico debería, ni puede, deslindarse, porque el cine educa y conscientiza, conscientiza a través de las realidades o ficciones que pretenden ser realidades que muestra, moldea la opinión pública y las actitudes, transmite valores y creencias y fomenta empatía o, en su caso, desprecio.

El mismo Lafosse sabe esto, por que al responderme una de las preguntas que le hice me dijo: “Antes de ser cineasta, primero soy un espectador que necesita ir a una sala de cine a ver películas. Y lo necesito, quizá a veces para volver a descubrir mis propias emociones y a veces también para sorprenderme y ver como algo me hace, bueno, pues que me revolucione por así decir, quizá descubro cosas que había quizá apartado…” por eso resulta extraño que se quiera deslindar de cualquier responsabilidad social en la creación cinematográfica.
Aquí les dejo las preguntas y respuestas que hice integras, conforme a la traducción del propio Festival, para que tengan el contexto completo y porque el director dice otras cosas interesantes respecto de su película:
Preguntas:
Felicidades por la película, yo tenía dos preguntas para el director: la primera es ¿Por qué decidiste utilizar personas negras en la historia, tiene alguna trascendencia o tiene algún mensaje particular, se puede hacer un ejercicio de interpretación respecto de eso o simplemente fue una cuestión aleatoria, digamos? Y la segunda pregunta es: ¿Hay una parte en la que la actriz dice: tenemos derecho a esto, y yo creo que todos los que vimos la película estaríamos de acuerdo, la cosa es que cómo se le explica esto a los defensores de la propiedad privada a ultranza que difícilmente lo podrían entender?
Respuestas: (Empezó por la segunda pregunta)
El mío es un trabajo de cineasta. Yo soy cineasta. Y yo creo que la sociología es importantísima. La sociología nos permite evolucionar y ver lo que sucede, lo que sucede tanto desde el punto de vista colectivo como social, pero, a mí como cineasta lo que me importa es describir personajes de la forma más justa posible. Esta es una película que yo quería hacer desde hacía 30 años. Simplemente porque hace 40 años, un poquito más de 40 años, mi madre nos llevó de vacaciones en un momento en el que acababa de divorciarse. El divorcio fue difícil. No tenía medios económicos, pero a pesar de las dificultades decidió llevarnos de vacaciones, y el lugar a donde quería llevarnos, la solución que tenía en mente, al final no funcionó. Entonces recuerdo muy bien que mi hermano y yo le dijimos, ahí en mitad de la noche le dijimos, pero mamá, ¿y por qué no vamos a casa de los abuelos? (A casa de mis abuelos paternos, los padres de mi padre). Y es cierto que era una solución, pero ella ya no podía ir a aquella casa. Nosotros insistimos y mi madre terminó por aceptar, pero nos pidió que lo hiciésemos en secreto, que nos tendríamos que esconder. Esa semana de vacaciones, no lo olvidaré jamás. Fue algo sorprendente.

Y para responder a la primera pregunta. Para hacer una película, hace falta una gran actriz y grandes actores. Hay qué observar y hay que hacer muchas pruebas con actores y actrices para poder verificar si son los idóneos para ese personaje. Y algo que para mí es importante es que me gusta hablar, compartir ideas con los actores y actrices con quienes trabajo. Sí, para ver si compartimos la misma percepción respecto a la película. Y lo primero que me hizo elegir a Eye fue que a ella le emocionó esa historia que yo le estaba contando, lo que yo había vivido con mi madre, y Eye enseguida se preocupó por Sana y se ocupó de Sana durante todo el rodaje de la película para encarnarla.
Antes de ser cineasta, primero soy un espectador que necesita ir a una sala de cine a ver películas. Y lo necesito, quizá a veces para volver a descubrir mis propias emociones y a veces también para sorprenderme y ver como algo me hace, bueno, pues que me revolucione por así decir, quizá descubro cosas que había quizá apartado. Y si esta película nos hace pensar que cuando uno tiene que empezar a esconderse es que hay algo que no funciona, y que en general, claro, uno no se oculta o no se esconde porque pensamos que tenemos derecho a estar ahí. Si alguien se esconde es porque piensa que no tiene derecho a estar ahí. Y cuando empecé a escribir, me dije, no es solamente una película sobre mí historia, no, es una película que evoca el horror de las situaciones en las que nos tenemos que ocultar. Esconder. Durante toda mi vida… incluso he hablado con ella, con mi madre, pero yo me preguntaba por qué no se atrevía a preguntar a mis abuelos si podía ir a esa casa. Y ella dice que es simplemente porque tenía miedo de hablar de ello, porque pensaba que le iban a decir yo no, porque las tensiones que existían en la familia era de tal calibre y había tal violencia que no se atrevió a preguntarlo.

Al día de hoy tengo una familia, yo mismo soy padre. Y si uno se separa, si una pareja se separa. Y hay hijos, seguimos siendo padres y madres y seguimos teniendo la responsabilidad de ocuparnos, de ocuparnos de esos hijos que hemos traído al mundo juntos en pareja. ¿Cuántas situaciones hay de conflicto, no de violencia, sino de conflicto? ¿Cuántas situaciones de conflictos parentales nos llevan a situaciones en las que al final son los hijos los que sufren las consecuencias de ese conflicto? Pero, a medida que iba escribiendo el guión, me complació darme cuenta de que me sentía muy cerca de lo que, por ejemplo, traté de contar en la película Después de nosotros. Pero en este caso, con un personaje… y es el homenaje que yo rindo a mi madre, estoy deseando que mi madre vea la película. Porque mi madre nos transmitió algo, y yo creo que ese es el elemento político, claro, porque la política ya empieza desde la familia, mi madre nos transmitió algo y es que nunca hay que renunciar al deseo. Y es una mujer que no renuncia a su deseo de tener un amante, no renuncia a su deseo de seguir aprovechando, disfrutando del mar y de la playa. Y eso es lo que enseña a sus hijos a pesar de las dificultades. Al mismo tiempo no es una santa, comete errores, no debería mentir, por ejemplo. Eso es lo que alimentó la escritura del guión y ese fue el comienzo de mi conversación con Eye. Pero cuidado, la sociología es una cosa y el cine es otra, aunque ambos pueden coexistir.
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