La Feria Internacional del Libro de Guadalajara vivió una de sus jornadas musicales más esperadas con la presentación de Tarta Relena y María Arnal en el Foro FIL. Ambas propuestas, originarias de Barcelona —ciudad invitada de honor en esta edición—, se unieron para mostrar cómo la música de raíz mediterránea puede reinventarse desde sensibilidades distintas pero profundamente conectadas.
El dúo desplegó su característico estilo basado en voces polifónicas y cantos tradicionales, transitando entre lo ancestral y lo electrónico. La interpretación de Tarta Relena evocó paisajes sonoros íntimos y minimalistas, capaces de transformar melodías antiguas en experiencias contemporáneas cargadas de emotividad mientras que María Arnal con una línea más cercana al pop experimental y la electrónica, la cantante ofreció un repertorio que privilegia la voz como espejo de distorsiones, jugando con texturas que oscilaron entre lo melódico y lo atmosférico. Su propuesta se sintió como un puente entre lo popular y lo vanguardista, invitando al público a una experiencia sensorial expansiva.

Lo más notable de la noche fue la complementariedad entre ambas propuestas: mientras Tarta Relena se sumergía en lo ritual y lo coral, María Arnal expandía el horizonte hacia lo experimental y lo pop. El público mexicano, reunido en el Foro FIL, respondió con entusiasmo, confirmando que la música catalana contemporánea tiene un eco universal.
La presentación no solo fue un espectáculo musical, sino también un gesto cultural: Barcelona, como invitada de honor, compartió con Guadalajara una muestra de su riqueza artística contemporánea. La noche del 3 de diciembre se convirtió en un espacio de diálogo entre tradición y modernidad, donde la música funcionó como puente entre territorios y sensibilidades.
En suma, la actuación de Tarta Relena y María Arnal en el Foro FIL fue una celebración de la diversidad sonora catalana, un viaje que osciló entre lo íntimo y lo expansivo, y que dejó al público con la certeza de haber presenciado una de las noches más memorables de la feria.

Como espectadora, la experiencia de escuchar a Tarta Relena y María Arnal en el Foro FIL me recordó que la música no solo es entretenimiento, sino también un espacio de memoria y de futuro. En sus voces se entrelazan lo ancestral y lo experimental, y esa tensión me hizo pensar en cómo las tradiciones sobreviven cuando se transforman, cuando se dejan atravesar por nuevas sensibilidades. Fue un concierto que no solo se escuchó, sino que se habitó: una invitación a reconocer que la identidad cultural está siempre en movimiento, y que la emoción compartida en un recinto como la FIL es también una forma de comunidad.


























