Zeth Arellano escribe desde lo invisible. Desde lo que habita en el alma, en la oscuridad, en los laberintos internos que se activan cuando la vida cotidiana se transforma en relato. Su literatura no parte de lo evidente, sino de lo que se oculta detrás de lo que parece simple. En esta conversación, Zeth reflexiona sobre su proceso narrativo, la importancia de las redes creativas, su experiencia en antologías, su amor por la lectura y su llegada a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara como autora publicada.
Su escritura se convierte en un ejercicio de exploración íntima, donde lo cotidiano se desdobla en universos paralelos que revelan la complejidad de lo humano. Cada cuento, cada texto, es una puerta hacia esos territorios invisibles que todos llevamos dentro: la luz que nos guía, la sombra que nos confronta, los silencios que nos habitan. En ese sentido, Zeth no solo narra historias, sino que construye espejos en los que el lector puede reconocerse y, al mismo tiempo, descubrir aquello que permanece oculto en su propia experiencia. La literatura, para ella, es un acto de revelación y de transformación.

Al mismo tiempo, su trayectoria muestra cómo la escritura se teje en comunidad. Participar en antologías y revistas le ha permitido formar redes, compartir procesos y abrir caminos hacia nuevas oportunidades editoriales. Pero más allá de los logros, Zeth insiste en que lo esencial es la lectura: ese hábito voraz que la impulsa a difundir autores contemporáneos, a acercar la ciencia y la crónica a públicos diversos, y a defender la idea de que los libros son puertas hacia mundos insospechados. Su presencia en la FIL de Guadalajara no es solo un logro personal, sino también un símbolo de cómo la literatura puede expandirse desde lo íntimo hacia lo colectivo, desde lo invisible hacia lo compartido.
Zeth es maestra en Cultura Escrita, por el Centro de Estudios y Posgrados Sor Juana, narradora mexicalense dedicada al relato breve. Obtuvo el primer lugar en narrativa del VII Certamen Literario Ricardo León, en España y ha participado en diversas antologías como la edición Lados B 2018 (Nitro/Press), en la de relato corto Vacunas contra la poesía (Editorial la Rumorosa), y en Ni una sola palabra (UANL), entre otras. Cuenta con participaciones en revistas digitales como ERRR Magazine, Penunbria, El Septentrion, Mood Magazine, Erizo Media, Pez Banana, Cinosargo y Lado Berlín Magazine. Participó con un espacio literario en radio en el 101.9 FM y escribe sobre libros para Maremoto Maristain.
La entrevista
Lo cotidiano como detonante narrativo
Zeth, ¿cómo trabajas narrativamente lo cotidiano y cómo lo transformas en tus relatos?
Zeth: A mí me gusta imaginar que la realidad no es solo lo que podemos tocar o ver. Me interesa lo que habita en nosotros: los universos paralelos que existen en la mente, en el alma. Siempre pienso que esos mundos internos —la oscuridad, la luz, los laberintos emocionales— son los que realmente nos mueven. Me gusta escribir desde ahí, desde lo que detona, desde lo que transforma. La literatura, para mí, es ese espacio donde lo cotidiano se vuelve otra cosa, donde lo que parece simple se convierte en símbolo, en pregunta, en posibilidad.
Escribir en colectivo: redes y caminos
Has participado en varias antologías y revistas. ¿Qué diferencias encuentras entre escribir en colectivo y hacerlo de manera individual?
Zeth: Escribir en colectivo te ayuda a formar redes, sobre todo en espacios como la FIL. Te permite tejer vínculos con otros autores, conocer sus procesos, aprender de sus caminos. En mi caso, aparecer en antologías me abrió puertas. Por ejemplo, en la antología Ni una sola palabra, publicada por la Universidad Autónoma de Nuevo León, incluí un cuento que llamó la atención de Toño Ramos. Me preguntó si tenía más textos, le dije que tenía un libro, y me pidió que lo enviara a dictamen. Así empezó todo. Hoy estoy aquí, en mi primera FIL como autora con libro publicado, y la verdad es que me la he pasado dando saltitos de alegría por todos lados.

De Mexicali a Guadalajara: espacios para la cultura
Eres originaria de Mexicali pero ya llevas tiempo en Guadalajara. ¿Cómo percibes las diferencias entre ambas ciudades en términos culturales?
Zeth: Mexicali es una ciudad pequeña, y eso tiene ventajas: todos se conocen, hay cercanía. Pero también significa que el espacio cultural es más limitado. Guadalajara, en cambio, tiene una infraestructura distinta. Espacios como la FIL permiten que la cultura esté más presente, más viva. Lo mismo pasa en Ciudad de México o Monterrey. Son ciudades que ofrecen plataformas más amplias para que la gente se acerque al arte. Me gusta mi ciudad, claro, pero creo que en el interior del país hace falta impulsar más estos espacios. Que la cultura no sea algo lejano, sino algo cotidiano.
Literatura, crítica y medios digitales
También colaboras en radio y medios digitales. ¿Cómo transitas entre la crítica literaria y la escritura creativa?
Zeth: Lo que más me gusta es leer. Soy una lectora voraz. Me apasiona la difusión de la ciencia, el ensayo, la crónica, la novela, el cuento. Y siempre estoy pensando cómo hacer que la gente lea. Por eso reseño libros, los comento, los comparto. Me interesa acercar a las personas a textos que quizá no leerían por el título o porque no conocen al autor. Muchas veces escuchamos los mismos nombres: Octavio Paz, García Márquez, Elena Poniatowska. Pero hay una generación de escritores contemporáneos que está diciendo cosas muy potentes, y que merece ser leída. De ahí me fui extendiendo a otros campos: la neurociencia, la terapia, lo sensorial. Hay tanto por descubrir en este universo que habitamos.
Lo que viene
¿Qué proyectos tienes para el próximo año?
Zeth: Estoy escribiendo nuevas historias, intentando con la novela. Me cuesta un poco porque estoy muy acostumbrada al cuento, que es más contenido, más breve. Pero ahí voy. Es un reto que me entusiasma. Ya les contaré si algo se concreta.”




























