Foto: Carlos Miguel Glz. Huerta

Amin Maalouf fue el galardonado del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2025. Durante la ceremonia de premiación no tuvo reparo en expresar la admiración que tiene ante los descubrimientos tecnológicos, que permiten que tenga «al alcance de mis dedos, en cualquier momento, todo el conocimiento del universo; que podría conversar cara a cara con mis hijos y mis nietos, al otro lado del planeta; que podría participar en una conferencia en Milán, en México»; por otro, señaló que nunca habría pensado que la violencia seguiría aumentando, que la democracia se vería debilitada, que las guerras no iban a desaparecer.

Pero Maalouf todavía tiene esperanza, a pesar de lo que ha visto a lo largo de su vida. “Nunca volveremos al mundo de antes», expresó sin amargura, «Podemos lamentarlo o celebrarlo, pero en todo caso debemos ser conscientes de ello para poder avanzar”. Reconoció la importancia del esfuerzo colectivo para superar los retos del momento, que se mueven a una velocidad vertiginosa, y es labor de la humanidad elevarse «por encima de sus codicias, de sus egoísmos, de sus prejuicios». Confió en una de las misiones de la literatura, que puede llevar por dos caminos. “O sobrevivimos juntos, o desaparecemos juntos… Porque es a ella [la literatura] —es decir, a todos nosotros— a quien le corresponde reparar el presente e imaginar el futuro”. El auditorio Juan Rulfo explotó en aplausos.

Mil jóvenes con Amin Maalouf

Detrás de la aterradora realidad que se cierne sobre nuestro mundo se hallan la codicia y el egoísmo de unos pocos que fomentan el odio y la segregación para conseguir sus verdaderos fines, por lo que las nuevas generaciones deben tener los ojos abiertos para saber distinguir cuándo pueden ser manipulados. Estas fueron algunas de las respuestas que el escritor Amin Maalouf ofreció a los numerosos cuestionamientos que se le hicieron este lunes en la sesión de Mil jóvenes con… como parte de las actividades de FIL Joven en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. 

Una de las asistentes le preguntó sobre la responsabilidad de los jóvenes en la construcción de la paz ante el incremento del odio, tras lo que Maalouf contestó que es importante percatarse de que estamos en vías de darle forma al futuro, nada es definitivo aún. “Me parece que hay que hacer las cosas de tal modo que el odio no pase por uno, sino que uno sea el camino de paso hacia la reconciliación. Y eso lo vemos con fenómenos como los prejuicios, me parece que cada uno puede identificar todos los días comportamientos que refuerzan el odio y comportamientos que lo producen, hay muchas cosas que podríamos hacer. Agregaría una cosa: el mundo nos pertenece, el futuro no está escrito, es lo que vamos escribiendo, y lo que ustedes van a escribir”. 

Alguien más planteó si existe una manera de que las naciones se reconcilien con la migración pues, tanto en Europa como en América, se le tiene como la causa de los problemas sociales. Recordó que cuando él tuvo la necesidad de abandonar Líbano para emigrar a Francia, hace 50 años, lo único que le solicitaron era una carta de su país para que le expidieran la visa, por lo que era mucho más sencillo que la cantidad de requisitos que le imponen a la gente en la actualidad para dificultad la movilidad humana. 

“Se complicaron las cosas porque tenemos sociedades en crisis que buscan la causa de las crisis, y que toman la causa que les parece más evidente; hay partidos políticos que utilizan esa causa, y muchos países europeos dicen que la causa real es el islam. Si toman la causa de América del Norte, durante las últimas campañas hubo historias contra los haitianos, contra todo el mundo, la cuestión no está ligada a una religión, en cada lugar se toma lo que es movilizador de opiniones, pero el problema en el fondo es que las poblaciones de origen fueron rebasadas por la realidad del mundo y buscan emigrar a un mejor país”. 

Él se cuenta entre las personas a las que les gusta vivir entre la diversidad, pero es importante saber que la diversidad necesita ser administrada. Si el poder político y la sociedad logran armonizarla, en ese momento la diversidad será un activo importante. En cambio, cuando se dejan las relaciones entre los distintos núcleos humanos sin la correcta administración, surgen tensiones. “Los distintos grupos pueden entenderse o detestarse, entonces no basta con poner a la gente a un lado de la otra para que se lleven bien, las autoridades deben administrar que no haya discriminación, fricción, pero no lo hacen”. 

Una participante más pidió un consejo para que los jóvenes encuentren un sentido en su vida frente a este mundo que parece distópico, tras lo que volvió a un fragmento del discurso que dio cuando recibió el Premio, al recordar que, aunque vivimos en una realidad peligrosa, no hay que olvidar que tenemos la posibilidad de resolver todos los problemas de la humanidad, como deshacernos de la pobreza y de las enfermedades gracias a las ciencias. “Cuando tenemos años y décadas de vida gracias al progreso de la ciencia, podemos esperar que las utilicemos para resolver los problemas de la humanidad, estoy convencido de que podemos hacerlo, porque finalmente los que están en favor de la vida son más poderosos que aquellos que están pensando en el bienestar de un puñado de personas. Hay que tener confianza”. 

Galería Vagabunda de Mil jóvenes con Amin Maalouf


Fotografías: Carlos Miguel Glez. H
Fuente de información: Boletín de prensa FIL

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