El Tianguis Cultural. Fuente: Mural

No podemos hablar de la escena sin hablar de los espacios donde la escena ska-punk se ha llevado a cabo. Sé que en pleno 2025 existe una gran cantidad de lugares (ahora les llaman venues) en los cuáles se puede montar una producción; sin embargo, la escena ska-punk muy al principio se vio atravesada por un proceso en la cual la calle, las bodegas, las cocheras y los patios eran fundamentales.

Nosotros nacimos de la calle, en ella vivimos, moriremos en ella

Para los que llevan más de 20 años en la escena esto les le sonará lejano, pero entrañable; en cambio para mis lectores más jóvenes es probable por extrañamiento levanten las cejas y se pregunten cómo esto era posible. De hecho, previo al año 2000 son muy pocos los registros que se tienen sobre conciertos y bandas. Una deuda sin duda de la historiografía cultural de la ciudad.  Del año 2000 al año 2005, la escena se encontraba en proceso evolutivo, muchos de los conciertos que se ofertaban se daban en bodegas, cocheras, patíos de secundarias, preparatorias y centros universitarios; la calle era nuestra.

La forma de organizarse era orgánica y totalmente autogestiva; se conseguía el lugar, una banda llevaba la batería, otra los amplificadores de guitarra, otra el amplificador de bajo, lo más difícil de conseguir eran los micrófonos que se conectaban a un par de bocinas, los metales se tocaban al aire, y las pocas bandas que contaban con tecladista atravesaban un calvario. No quiero que mi nostalgia se confunda con la apología del poco esfuerzo, pero hacíamos lo que podíamos con lo que teníamos a mano.

Cortesía Oscar López

De esta manera se fue gestando una red auto-organizativa, prácticamente todas las bandas organizaban eventos en sus colonias e invitan a bandas a amigas a tocar. Si lo pensamos geográficamente eran como pequeños feudos, los integrantes de No Hay Fianza (NHF) éramos originarios de Atemajac del Valle. Rey, el bajista de N.H.F, tenía un patio enorme, a una cuadra del Mercado y de la Estación de Tren, recuerdo que llegamos a hacer conciertos en dicho lugar, una vez llegué a contar a más de 200 personas, para un evento que no tenía ningún tipo de publicidad era un éxito total. Cobrábamos 15 pesos la entrada y adentro vendíamos cervezas y tacos dorados con salsa mexicana.

Con No Hay Fianza llegamos a ir a muchas colonias de la ciudad. Recuerdo muchísimas experiencias, algunas con más alegría que otras. Una vez los Kachirules nos invitaron a tocar a un callejón en la colonia Auditorio, en dicho espacio había una Virgen María en la Pared, era difícil recitar mis loas anarquistas teniendo a la marimorena de frente; la Zonora Alkoholika organizaban eventos en la colonia Echeverría y si no mal recuerdo era justo afuera de la casa del Capitán Caguama; los compañeros de Artículo 33, junto a otras bandas, organizaban el Skacionamiento por la Av. Ocho de Julio; la Proleska rentaba un salón que le decían “el castillo del terror” allá en su natal Tesistan. Poco a poco comenzábamos a ocupar el espacio público.

Aunado a este proceso de ocupación de espacios, comenzaban a consolidarse algunos espacios en los cuáles la escena se llevaría a cabo. Si tenemos los ojos puestos en el año 2025, es probable que el primer cuadro de la ciudad no represente nada en términos de ocio y cultura juvenil, sin embargo, durante la primera década el centro de Guadalajara fue fundamental para el esparcimiento y consolidación del ska.

Hoy muchos no lo recordarán, pero el Fondo, lugar que era administrado por Fabián Atón, fue de los primeros espacios alternativos de la ciudad. El Fondo hacía honor a su nombre, dado que tenías que atravesar un bar convencional para poder llegar a él. Ahí fui como asistente y toqué muchas veces, un espacio pequeño, pero cálido, algo inviable para los tiempos que corren.

Cortesía: “Natas” Ruelas

Mientras que el Fondo acogía eventos más pequeños, los eventos un poco más masivos se llevaban a cabo en Las Biaz, una enorme bodega ubicada en las cercanías de las vías del tren, el cual por cierto no quedaba tan lejos del Tianguis Cultural; en este espacio se llegaron a presentar bandas de calado internacional como Sin Dios o Los Muertos de Cristo. En este lugar se llevó a cabo uno de los eventos más importantes de los que se tienen registro en la escena local: el primer tributo a Ska-p.

Foto: cortesía de Bockuer Veneno

Otros espacios que comenzaron a dar espacio a bandas de ska, sobre todo a las que ejecutaban fusión o cruzaban con el reggae, era el Rastafari y el Djembe, se encontraban frente a frente y luchaban por buscar la asistencia de los jóvenes de la ciudad. Sin embargo, el espacio que cambió todo lo que conocemos como escena ska-punk se encontraba a la vuelta de estos dos lugares, obviamente hablo de El Calipso.

Cortesía: Don Nico

Perdónenme el romanticismo, pero El Calipso en realidad fue muy importante para la construcción de la escena. ¿Quién no tocó ahí? ¿Quién no bailó ahí? Administrado por Don Nico, El Calipso con sus tres pisos representaba el lugar donde los sueños eran posibles. Queda claro que no era el lugar más limpio, tampoco contaba con la mejor acústica, pero era, sin duda, el mejor escenario dónde podías exponer tu música ante el público. Muchos de los mejores recuerdos que tengo de No Hay Fianza se dieron en ese lugar, el concierto en el que abrimos a Konsumo Respeto y la presentación de nuestro primer disco son tan sólo dos ejemplos de lo que hablo. Es más, me gustaría que me pusieran en los comentarios cuáles son sus mejores recuerdos de este lugar.

Tampoco puedo pasar esta columna sin hablar de otro espacio que fue fundamental para la consolidación de la escena ska-punk en Guadalajara: el Tianguis Cultural. El legendario tianguis cultural de nuestra ciudad, el segundo más importante en el país, pero paradójicamente más grande que El Chopo; era el espacio ideal para el esparcimiento del ska. Muchas bandas como La Minerva, La Mugrosa Ska o Los Gargas deben sus carreras a los masivos aglutinamientos que ahí se daban cuando el público en general se enteraba que se presentaría alguna banda de ska. Como adenda cultural, es probable que No Hay Fianza sea de las pocas bandas que nunca llegaron a tocar ahí. Si el Cultural ya no es lo que era o si ha perdido fuerza ante la irrupción del Tianguis del Rojo es algo que vamos discutir en posteriores entregas. Sólo un necio negaría la importancia del Cultural para la escena rebelde y alternativa de Guadalajara.

El ska-punk poco a poco iba ocupando los espacios. Poco a poco se iba construyendo una escena. Y eso comenzó a despertar el interés de los empresarios. Así fue como pasamos de tocar en las calles y en espacios pequeños a formar parte de festivales multitudinarios. Pero de eso vamos a hablar en la próxima columna.

Cortesía: página de Facebook del Tianguis Cultural

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí