El aguafiestas

Al aire puro y festivo
le aportó su lluvia de verano
esa estructura narcisista no sicótica
que vengo a ser yo.

En algo hay que creer

¿En transpirar la camiseta?
¿En la insobornabilidad de mis delegados?
¿En un lecho clásico, de rosas?
¿En los ajustes de cuentas?
¿En el más acá?
¿En la supremacía de los recalcitrantes?
¿En los valores perdurables?
¿En lo que subyace, en lo que subsume?
¿En el expansionismo?
¿En lo que
viene-junto-con?

El mundo que me perdí

Despliegues que me perdí
compromisos que me perdí
aprendizajes que me perdí
equilibrios que me perdí.

Demasiado enajené

y lo que enajené
echo de menos

No lloré en su momento:
salí corriendo

tras
lo que
me perdí.

Yo sí que tengo algo grosso con la noche

La noche me encima
me compele
la noche me vigila

¿Qué atribuyo a esa vigilancia?
¿Y qué vulnera?
¿Consigue vulnerar por un reclamo ínsito?
¿Dónde se formaliza el reclamo?
¿Es firmado e impartido por quién?
¿Hay un sello?

Está sellada
mi vigilancia
del vigilante.

Del claudicar

Como todos
nació sin terminar
Creció sin terminar
de hacerse

No pudo, no aguantó
renunció al infinito hacerse

Y así siguió por siempre
cumpliendo rituales, burocracias
más o menos plagado de ademanes sociales
e impromptus antisociales
cumpliendo con sumatorias onomásticas
esas inevitabilidades propias
de alguien muy cumplido:

inevitabilidades esquivas
a los procesos de terminación.

Ninguneo

“No habrá ninguna igual, no habrá ninguna,
ninguna con tu piel ni con tu voz”
Homero Manzi

No habrá ninguneo igual, no habrá ninguneo
ninguneo con mi piel ni con mi voz

Y hasta donde se sabe
este aire tanguero me lo banca
en su indolencia

la testaferro del encono.

En un intento

En un intento
por burlarse de mí
objetaron
mi pavoneo

Mi pavoneo
objetaron
burlándose

¡Logrado!
en un solo intento.

Asumiendo

Uno
ya
se va
perdiendo

Cosas
uno
ya
se va

Perdiendo
de ellas

Perdiéndoselas.

Soporte

Inevitablemente
me mantuve cerca
cuando
inevitablemente
te dejaba sin mí
haciendo lo tuyo
compartiendo conmigo
los alcances disímiles
de tus
repercusiones

Al sórdido que complacías en mí
o al que
en sesgo tangencial
desnaturalizabas
o al que
aniquilándome
exponías
no hubieras podido sustraerte

Te dejé sin mí
con mi emputecida
compañía:
ausente, si padre
burócrata, si marido
odioso, si hermano

Apéndice
soportaste
que yo fuera tu soporte
continental.

Adiós al amigo

(23.8.2004 en “La Anguila Lánguida”)

Nos estamos despidiendo
probablemente
para siempre

Tuve el gusto de haberte conocido
y el disgusto de haberte conocido

tanto.

¿Por qué maté?

¿Por qué maté a la araña?

Yo recogía hojas
de sauce
en la terraza
y las introducía
(¿por qué maté a la araña?)
en una bolsa
plástica

¿Por qué maté a la araña
—agachado—
en esa fresca y soleada
mañana de sábado?
Maté sin pensar, sin respaldar
mi intrascendente pisotón

¿Por qué maté a la araña?
¿Por qué incluí a un caracolito
en la bolsa plástica
sin destinarle
una mirada responsable?
¿No era que yo amaba
a los
caracolitos?

¿Por qué
si esa mañana
fresca
de otoño
yo andaba optimista
chispeante
maté
a la araña?
¿Qué bicho me picó?

¿Por qué diantres maté
a la minúscula araña
que ni araña sería
ya que lucía (creo)
alillas transparentes
pero eso sí (creo)
largas patas
las que configuraron
en el fogonazo
del instante
a esa araña
que aplastó
mi aborrecible
derecha
zapatilla?

En abrirse

Tardó
la puerta en abrirse
un buen rato

Yo estaba
ante esa puerta que tardó
en abrirse
un buen rato

Cuando alguien la abrió
yo
estaba cerrado.

Angurria

De mi menú de pecados
angurria
tú eres quien mejor me humilla

(Reúnense
en este presto “humilla”
los eficientes matones Mortifica
Entristece & Liquida)

Angurria, tú, la más peor de todas para mí
desde antes todavía de tragar
de esta tarta de coco
un último bocado.

Rehuyente

¿De cuántas películas me escapé?:
incontables

Hui de la fama

Fantásticamente sé que la mía
hubiera sido una fama irritativa
desde la que no sólo me habrían desnudado
sino que, también, despellejado

Ahora soy todos mis personajes truncos:
pervivo arropado
y anónimo.

Raptus

A la suma inicua de mis estructurales
imperfecciones
añado deterioros recientes
y renuncios de cuya cronicidad
bien no sabes

Infórmote
que en mí
definitorio
un raptus ha decidido
decepcionarte

Dejo así que anegue
mi subjetividad
la mezcolanza blanduzca
de materiales abominables
en esta especie de ciénaga.