El Día de Muertos es una peculiar celebración que une elementos de la cultura prehispánica con símbolos católicos, dando lugar a una fiesta donde el culto a los difuntos y el folclore adquieren el color, el tono y el sabor únicos de México. Este libro presenta, por primera vez, el espectro asombroso que va desde lo tradicional hasta lo contemporáneo. Con cientos de fotografías y un amplio registro estético de la herencia cultural mexicana, este tributo al día de muertos involucra todos los sentidos: arte y artesanía popular, disfraces y máscaras, comida y bebida, música y bailes, desfiles, arte urbano de vanguardia, altares, flores, calaveras, murales y objetos de colección.
Es un viaje extraordinario que celebra la vida y la muerte. Su publicación es un llamado a la reflexión, la celebración y la preservación de una de las tradiciones más representativas de México, en un momento en el que la globalización y las nuevas formas de comunicación han permitido que esta festividad sea apreciada y adoptada por personas de todas las culturas.
Juan Carlos Mena Galindo es diseñador gráfico, museógrafo y curador reconocido a nivel internacional. Cofundador de Trilce Ediciones y creador del concepto Sensacional de Diseño Mexicano. Ha diseñado más de 200 libros, entre ellos La Tacopedia, y producido exposiciones como Espectacular de Lucha Libre y Pedro Freideberg: Barroquísimo.
La Entrevista
Déborah Holtz Cimet es editora, promotora cultural y cofundadora de Trilce Ediciones, especializada en libros y exposiciones. Licenciada en Comunicación, maestra en Sociología Política por The London School of Economics y egresada del IPADE. Ha producido proyectos icónicos como Sensacional de Diseño Mexicano y como comunicadora, fue conductora del programa de radio Salsajazzeando.
Me gustaría que nos hablaras sobre la construcción y curaduría del libro «Día de Muertos». ¿Cómo surgió la idea y cómo fue el proceso?
Déborah Holtz: Muchas gracias. Mira, el libro surgió de darnos cuenta de que esta conmemoración, que inicialmente tenía un carácter íntimo y familiar, estaba adquiriendo una dimensión popular mucho mayor. Mi socio, Juan Carlos Mena, quien es el diseñador del libro, y yo nos preguntamos qué representaba realmente el Día de Muertos, especialmente al observar su creciente popularidad no solo a nivel nacional, sino también internacional. Artistas contemporáneos estaban siendo contratados para crear altares en lugares como Dallas y el Queens Museum, lo cual nos llevó a preguntarnos qué estaba sucediendo. Para responder a esta pregunta, investigamos con la ayuda de antropólogos, historiadores, periodistas y fotógrafos.
¿Y qué descubrieron sobre los orígenes del Día de Muertos?
Déborah Holtz: Empezamos por el principio, (risas) preguntándonos si tenía alguna raíz en las tradiciones prehispánicas. Nos dimos cuenta de que, aunque no directamente, sí se relaciona con rituales prehispánicos sobre la muerte que se fusionaron con las prácticas traídas por los españoles, creando una fiesta sincrética. A lo largo de los siglos, figuras como José Guadalupe Posada le dieron un carácter distintivo que ha seguido evolucionando.
¿Cómo lograron capturar esta mezcla de tradiciones y modernidad en el libro?
Déborah Holtz: El libro es una oda al sincretismo. Por ejemplo, tenemos fotos que muestran tumbas decoradas con elementos prehispánicos como Mictlantecuhtli o Coyolxauhqui junto a cruces cristianas. Además, documentamos expresiones populares actuales, como vecinos en Tláhuac que aprovecharon un bache en la calle para crear una calaca. Esta riqueza cultural se refleja en el libro, desde la artesanía tradicional hasta las expresiones urbanas más modernas.
¿Cuál fue el mayor desafío al construir este libro?
Déborah Holtz: Completar la información y asegurarnos de que fuera precisa fue uno de los mayores desafíos. Queríamos que el libro fuera exhaustivo, lo cual implicó mucha investigación y coordinación. Tuvimos que seleccionar cuidadosamente las fotografías para evitar repeticiones y para mostrar una amplia variedad de expresiones del Día de Muertos en diferentes comunidades.
Háblanos sobre las visitas a las comunidades. ¿Cómo influyeron en el contenido del libro?
Déborah Holtz: Visitamos al menos 24 comunidades, y descubrimos que cada lugar tiene su propia manera de celebrar. Por ejemplo, en Malinalco, los vecinos representan lo que hacía el difunto en vida en la entrada de sus casas. En otros lugares, sacan los huesos del difunto para limpiarlos y ponerles mantillas nuevas. Estas experiencias nos permitieron capturar la diversidad y la riqueza de las tradiciones, haciendo que el libro sea muy entrañable y único.
¿Qué esperas que los lectores experimenten al leer el libro?
Déborah Holtz: Espero que los lectores sientan la misma fascinación que nosotros al descubrir estas tradiciones. Cada página está pensada para mantener su interés, como una buena novela o una película que te atrapa. Queremos que vean el libro no solo como una recopilación de información, sino como un viaje visual y cultural a través del tiempo y las diferentes formas de concebir la muerte en México.