Nunca Jamás. Foto: Enrique Huerfano

El pasado fin de semana, @forolando se convirtió en un templo sonoro. Desde temprano, el ambiente ya olía a expectativa, chela fría y rockagropecuario. Las botas resonaban en el suelo, los sombreros se acomodaban, y en el aire flotaba una sensación de que algo distinto estaba por pasar.

La apertura corrió a cargo de @fantoches_mx, banda orgullosamente toluqueña que encendió la mecha con un set potente y auténtico. Su presencia sobre el escenario no solo calentó motores, sino que conectó con el público desde la primera canción. Con riffs crudos, letras que raspan la garganta y una vibra que huele a calle, dejaron claro que la escena local está más viva que nunca.

Fantoches. Foto: Enrique Huerfano

Pero cuando las luces bajaron y sonó el primer acorde de @nuncajamasband, el lugar se transformó. El show no fue un concierto más; fue un punto de encuentro entre el poder del norte y la energía colectiva del público mexiquense. Con su concepto “La Orden Agroesotérica”, la banda ofreció un espectáculo cargado de fuerza, identidad y pasión.

Nunca Jamás. Foto: Enrique Huerfano

El vocalista, encendido como una antorcha, no solo cantó: conectó. Cada palabra fue un ancla con el público, cada gesto una chispa que mantenía viva la llama del momento. El bajista, con firmeza hipnótica, marcó el paso de la noche con un groove profundo y contagioso. Y el baterista —el motor tras bambalinas— golpeó con precisión quirúrgica, sosteniendo cada canción con la fuerza de quien sabe que el ritmo es el pulso de todo ritual.

Nunca Jamás. Foto: Enrique Huerfano

Nunca Jamás hizo del Foro Landó un espacio donde la música se vivió desde el cuerpo y se sintió en el alma. Y quienes estuvimos ahí, sabemos que fuimos parte de algo que dejó huella.

Nunca Jamás. Foto: Enrique Huerfano
Nunca Jamás. Foto: Enrique Huerfano
Nunca Jamás. Foto: Enrique Huerfano

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