El Eco (2023) es el nuevo documental de Tatiana Huezo, que llega a los cines mexicanos el 30 de agosto. Formó parte del Festival Internacional De Cine De Morelia 2023, donde obtuvo premios en distintas categorías como: el Premio a Mejor Largometraje Documental Realizado por Una Mujer, el Premio del Público a Mejor Documental Mexicano y el Premio Ojo a Mejor Largometraje Documental Mexicano y este año compite en siete categorías de los Premios Ariel: Mejor Música Original, Mejor Sonido, Mejor Largometraje Documental, Mejor Fotografía, Mejor Edición, Mejor Dirección y Mejor Película.
Sinopsis: En un remoto pueblo fuera del tiempo llamado El Eco, los niños cuidan de las ovejas y de sus abuelos. Mientras el invierno y la sequía azotan el lugar, ellos aprenden con cada acto, palabra y silencio de sus padres a entender la muerte, el trabajo y el amor. Una historia sobre el eco de las cosas que se adhieren al alma, sobre la certeza del cobijo que podemos encontrar junto a los que nos rodean, sobre la rebeldía y el vértigo frente a la vida. Sobre crecer.
Crítica: El Eco es una ventana a la vida campesina, centrada en las infancias y su manera en que se forjan, crecen, viven y existien en él. A través de los paisajes hermosos de dicha comunidad, Tatiana nos muestra los lazos que se tejen dentro, con sus múltiples sensibilidades, conflictos, dinámicas, en donde la gente vive día a día, trabaja, entiende al campo y a la naturaleza de una forma distinta porque co-existen en ella. Bajo la mirada singular de Tatiana que mediante los detalles, los planos, las texturas, retrata la vida de esta comunidad, hay muchas cuestiones a resaltar; como la sinergía de mujeres y niñas que es de lo más importante que se teje en la narrativa, las inquietudes de los pequeños, sus sueños, sus luchas, sus problemas. Todo esto lo enuncia Tatiana en este película, donde nos hace ser participes de la rutina que establecen desde El Eco y en cada amanecer, al caer la tarde, la forma en que entienden el campo, su cercanía con los seres vivos que habitan ahí, la forma de subsistencia, la relación de la vejez y la infancia que es de los lazos más contundentes y cómo desde esa comunidad lejana entienden también el mundo, su imaginario sobre las ciudades, otros espacios, otros efectos que desde la lejanía intentan comprender.
En conferencia de prensa, le preguntamos a Tatiana, justamente sobre los personajes femeninos en El Eco, ya que la narrativa recae de forma importante en estas niñas y mujeres que habitan y luchan desde sus espacios, posibilidades y retratan ese universo femenino que también tiene conflictos internos y externos que se entretejen, a lo que Tatiana nos respondió:
«Para mí era súper importante el hecho de las infancias, el crecer, el cómo dejas de ser niño y cómo ese momento de la vida donde hay tanta magia también se viste de grises, donde te sientes frente a un abismo algunas veces… Estas eran unas directrices muy subjetivas, claro, pero fui buscando con la panza y con la intuición, cosas que le hablaran a esta idea desde la subjetividad del crecer y fue ahí donde me encontré personajes femeninos que terminaron enamorándome inevitablemente y eran los personajes menos estáticos. Pienso que estos personajes están llenos de rebeldía, que se atreven a cuestionar de alguna forma el rol, el lugar que están ocupando o que van a ocupar, en una comunidad muy conservadora, con una forma patriarcal muy vertical donde los niños y las niñas se preparan para esto también, entonces las niñas y mujeres fueron construyendo de alguna manera, una línea narrativa que era muy valiosa».
Nota de Tatiana Huezo sobre El Eco *
El Eco surgió de mi necesidad de seguir indagando en el territorio de la infancia, del deseo de encontrar una imagen, una sensación a través de los ojos de un niño, que me mostrara cómo empezamos a percibir esos primeros momentos en los que te sientes solo y perturbado frente a la rudeza de la vida.
Decidí explorar en un universo campesino, porque los niños se preparan para el mundo adulto demasiado pronto. Empecé a buscar a niños en escuelas rurales. Después de semanas de visitar distintas comunidades en México, llegué a “El Eco”, un pueblo diminuto en donde el clima, cada vez más extremo y las condiciones de vida, enmarcan la existencia de la gente y de los niños en un entorno severo y al mismo tiempo bello.
Desde que escuché el nombre del lugar, me cautivó. Nadie me supo decir por qué se llama así; cuando les pregunté si había algún lugar en donde se escuchara la voz del eco, solo una niña y una señora mayor, en susurros, como si estuviera prohibido compartir el secreto, me dijeron: “A veces las piedras nos hablan… el viento se lleva a pasear las voces de la gente por los cerros, por eso hay que cuidar lo que uno dice…”
De inmediato percibí fuertes elementos en el espacio físico y simbólico del lugar para construir la mirada pura y misteriosa de los niños que estaba buscando. Me emocionó imaginar las posibilidades visuales, sonoras y narrativas para contar esta historia, en donde “El Eco” además de ser el título de la película sería un elemento metafórico, para hablar de cómo es la vida en esta comunidad campesina y remota que posee profundos conocimientos ancestrales. Pienso que esta historia habla sobre el ECO de los padres en los hijos, esa voz que se va quedando durante la infancia adherida en el alma. Los niños aprenden, con cada acto, palabra y silencio de sus padres a entender el trabajo, la muerte, la enfermedad, el amor.
Fue en El Eco donde me enamoré de los rostros de estos pequeños de piel curtida como de adultos; y sus ojos hermosos, muy vivos, que guardan todas las cosas ocultas en las que alguna vez creí y en los que se intuye, a veces demasiado pronto, algo del dolor que está por venir. Esta historia está contada desde ahí, desde esos momentos que te hacen consciente de quién eres y cómo es el mundo en el que habitas. Esta película me planteó el reto de contar una historia donde podamos ver lo extraordinario de lo ordinario. Confío en el cine para dejar ver que un rostro es infinito, que los campos anodinos esconden unos cambios de luz maravillosos; y que la sensación sobre la aventura de lo que significa crecer pueda ser compartida.
Filmografía de la directora:
2023 El Eco / Documental / 105 min.
2021 Noche de Fuego / Ficción / 105 min.
2016 Tempestad / Documental / 105 min.
2015 Ausencias / Documental / 28 min.
2015 El aula vacía / Ficción / 100 min.
2011 El lugar más pequeño / Documental / 108 min.
2005 Retrato de Familia / Documental / 45 min.
2001 El Ombligo del Mundo / Ficción / 28 min.
1997 Tiempo Cáustico / Ficción / 10 min.
CARTEL
Ficha técnica:
Dirección: Tatiana Huezo
Guion: Tatiana Huezo
Fotografía: Ernesto Pardo
Sonido director: Martín de Torcy
Edición: Lucrecia Gutierrez (AMEE), Tatiana Huezo
Diseño sonoro: Lena Esquenazi
Música original: Leonardo Heiblum y Jacobo Lieberman
Mezcla de sonido: Jaime Baksht (CAS), Michelle Couttolenc (CAS)
Postproducción: Marco Hernández Calvo
Coproducción: Viola Fügen, Michael Weber, Doris Hepp
Producción ejecutiva: Maya Scherr-Willson
Producción: Tatiana Huezo, Dalia Reyes
Compañía productoras: Radiola Films, The Match Factory
Género: Documental
Duración: 102 min.
País: México
Años: 2023
TRAILER
*Fuente de nota e imágenes: Kit de prensa de Calouma Films.