Habitualmente se le da una connotación negativa a la distracción, ni hoy ni nunca ha  aspirado a ser un lujo, no hay tarea que no demande cierto nivel de concentración, pero estoy  seguro de que es difícil ignorar el paso del tiempo. Mi última desatención fue ocasionada  por un pestañeo, al desenfocar y mirar hacia arriba, me sentí extraviado por un segundo,  era como si no recordara en lo absoluto los pasos que me llevaron hasta ahí, más extraño  es decir que lejos de sentir desolación mi mente era un sosiego enmudecido.

Cual señalética en una puerta cerrada la única palabra que permanecía en el pensamiento era  la de “volver”. No dejé de preguntarme por varias horas, ¿volver a dónde? Al dar un par de  pasos hacia atrás parecían no ser suficientes, sin certeza comencé a separar algunas cosas  que más adelante se convertirían en equipaje, pero justo ahí entendí que no pretendía hacer  un viaje para desconectar en lo desconocido sino más bien tenía un sentimiento de  re-visitar lugares seguros (refugios).  

Pienso que cada uno ha construido de alguna manera y en algún lugar un tipo de ludoteca  personal, un espacio con algunos objetos simbólicos con los cuales al interactuar se es  capaz de entrar a un espacio casi metafísico único, donde repasamos nuestras ideas más  entrañables, no propiamente me refiero a un espacio en el hogar, sino que también hay  quien los ha encontrado a la intemperie.  

Palace

Levantar un amurallamiento temporal más parecido a un capullo que a un distanciamiento  me parece una facultad legítima en los momentos de perplejidad, pues pienso que en  situaciones así lo único que nos mantiene a flote y a salvo son nuestros propios motivos. Si  bien, Palace en este álbum interioriza casi a detalle los efectos de un duelo por ruptura  amorosa, que ni siquiera es propio de alguno de los integrantes, también es sumamente  interesante como sienta las bases de una próxima etapa de reflexión personal, donde  creemos que visitar nuestro gimnasio mental será más que necesario, igual que cuando nos  sentimos perdidos. Con este pensamiento compruebo que hay un sinfín de razones por las  cuales uno puede volver a sus refugios, pero indiscutiblemente puede que la más  importante sea la de vivir bien.  

A So long forever también lo acompaña una interesante propuesta de arte en la edición del  álbum, al igual que en sus trabajos anteriores, hay un concepto casi de galería, los cuales  me recordaron a la obra de Édouard Manet, jugando con los tonos de color para generar  ligeros cambios de luz. Con detalles como este no dudo que sea un deleite visitar el trabajo  de Palace, amurallarse un momento con su música, la cual contiene toda calidad en sus  ingredientes cual alimento gourmet, mientras se contemplan sus portadas, de esta manera  seguramente sea un álbum que queramos enmarcar para exhibición. 

Palace es una banda londinense de rock alternativa y blues rock conformada por Leo Wyndham, Rupert Turner, Will Dorey y Matt Hodges. Se conformó en el año 2012. Eps como Lost in the Night (2014) y Chase The Light (2015), despertaron el interés del público y así fue como luego llego el lanzamiento del álbum, So Long Forever en 2016. Esta banda tiene influencia y reminiscencias de agrupaciones como Foals, Fleet FoxesThe Maccabees.