Berlín no es en blanco en negro, no es tenebroso o tétrico; que pueden ser ideas o imágenes que se nos vienen a la mente al escuchar el nombre de la capital alemana porque el cine hollywoodense ha marcado los imaginarios occidentales tras la Segunda Guerra Mundial. Berlín también es verde. Ahora que estamos con los ojos puestos en la 74 edición del Festival Internacional de Cine de Berlín (no se pierdan nuestra cobertura en redes y en nuestro sitio), pensamos que vendría bien un respiro de cine en medio de los bosques berlineses. Y así, retomamos nuestras crónicas viajeras.
Sabemos que tras la Segunda Guerra, Berlín quedó en ruinas debido a los bombardeos. A la ciudad le costó años reconstruirse. Incluso, para la primera Berlinale la ciudad aún estaba más en ruinas que reconstruida. Si visitas hoy Berlín, por ejemplo, observas los rastros de esa historia inmensa que le es propia. Esas secuelas las ves en la cantidad de edificios construidos después de los 50, o en esos amplios espacios al aire libre que adivinas quedaron hechos parques o amplias losas de asfalto porque no era posible reconstruir una ciudad inmensa y por completo bombardeada. Es más, adivinas que se decidió no hacerlo, tanto por quienes triunfaron, pero creo también por quienes perdieron. Hay heridas que se vuelven mapa.
Además de visitar el Muro de Berlín, bueno, los restos de, o la Puerta de Brandemburgo o la Iglesia rota, que en realidad se llama Iglesia evangélica luterana Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche (coloquialmente conocida como Gedächtniskirche, y que se halla en la plaza Breitscheidplatz, junto a la avenida de Kurfürstendamm en Charlottenburg-Berlín) o la Alexanderplatz, que son algunos de los lugares emblemáticos de Berlín; también es un lujo perderse en sus socorridos parques (cuando es verano) o por sus fascinantes bosques. Nosotros te invitamos a recorrer Grunewald.
Bosque de Grunewald
Grunewald es un bosque ubicado al oeste de Berlín. Tiene una extensión de 3.000 ha (7.400 acres), es la zona más verde de la capital germana. Una pequeña parte se ubica por el sur de Westend y Nikolassee; y Zehlendorf y Dahlem al norte y noroeste. Se encuentra también en las cercanías de Wannsee (lago) y al este del río Havel, además de colindar con otros barrios de la capital.
En la zona del río se encuentran dos pequeñas islas (Lindwerder y Schwanenwerder), una pequeña península (Schildhorn) y las famosas colinas de Teufelsberg y Drachenberg. También está cerca de la Torre de radio de Berlín y el Messe Berlin (el palacio de congresos de la ciudad).
Teufelsberg, traducido al español como “Montaña del Diablo”, es uno de los lugares más intrigantes de Berlín. No solo por su procedencia, sino también por el uso que se le dio en su momento. Teufelsberg es una montaña de 120 metros donde se encuentra una antigua torre de escucha y espionaje de Estados Unidos utilizada durante la Guerra Fría. Esta montaña no existía hasta la llegada al poder de los nazis en Alemania. Fue creada a partir de los escombros que la II Guerra Mundial dejó en la capital. Dichos escombros fueron llevados en gran parte por mujeres, ya que eran muchas más las mujeres que los hombres quienes sobrevivieron a la guerra.
En las zonas cercanas a la montaña, a mediados del siglo XX se construyó una pista de esquí con telearrastre, salto de esquí y pista de trineo. En 1999 se demolió toda la infraestructura. Compartimos este video de este extraordinario repositorio que invitamos a visitar. Ningún otro archivo en el mundo ha documentado tan exhaustivamente la agitada historia de la antigua ciudad amurallada como el Footage Berlin. En Footage Berlin están representados el archivo de televisión de Rundfunk Berlin-Brandenburg (rbb) y el archivo de radiodifusión alemán (DRA, televisión de la RDA).
Aquí era la pista de esquí. Ahora se ve así. Claro, nosotros fuimos en junio, así que ni un copo.
«Más tarde, durante la Guerra Fría, fue cuando empezó a usarse como torre de espionaje estadounidense. Esto duró hasta 1989, cuando el gobierno comenzó a usarlo para el control del tráfico aéreo. En 1999, el gobierno lo vendió y, desde entonces, ha habido muchos proyectos para este lugar, pero ninguno ha resultado muy fructífero. Es por eso que hoy en día se usa como museo con visita guiada y como un lugar en el que los artistas pueden plasmar su arte y que otros lo vean.
Además de todo esto, Teufelsberg se ha convertido no solo en un lugar donde expresarse y conocer la historia del espionaje de Berlín, sino también donde disfrutar de un buen día de senderismo o de paseo en bicicleta por sus alrededores (Grunewald). Sus visitantes también suelen practicar parapente desde aquí, ya que es una de las montañas más altas de la región, o ir a disfrutar de un día de lago en el Teufelsee. Tenemos que destacar que este es un lago FKK, que en alemán significa que se permite el nudismo en él (una práctica habitual y normalizada en muchos lagos y parques de la ciudad)». (Doicheliving, s/f)
Cómo llegar a Teufelsberg: Toma el metro hasta la estación de S-Bahn Heerstraße y, desde ahí, hay un sendero de unos 2 km que te llevará a la cima en unos 30 minutos. En el caso de que vengas en transporte privado, el lugar también tiene un aparcamiento que se encuentra a unos 10 minutos andando del recinto. El coste de éste es de 5 €. Horarios: de miércoles a domingo, de 11:00 a 16:00 horas. última entrada: 15:00 horas. Costo de entrada: 5 a 8 €.
Nuestras postales de Grunewald
