Foto tomada de las redes sociales de la artista

Tzintzuni Varela es cantante y músico multiinstrumentista, autogestiva, compositora que juega con diferentes estilos musicales. Comenzó su carrera desde muy pequeña, cantando con el coro infantil de la UdG en el Teatro Degollado, luego siguió por la línea del jazz, música brasileira, punk, blues, rock progresivo, experimental, metal, música tradicional, electrónica y lo que se dejara mezclar para poder hacerle tributo a la música. Ha colaborado con proyectos muy diversos, como Sussie 4, Odin Parada, Afro Brothers, Mexitano Soundsystem, Pneumus, Duke y Lex Matrón entre muchos otros. 

Ha tocado en múltiples foros tapatíos como el Teatro Degollado, el Teatro Experimental, el Teatro del IMSS, el Auditorio Telmex, C3 Rooftop, Palíndromo, Foro Independencia, Centro Cultural Bretón, Casa Musa, Primer Piso, Haus Der Kunst, Rojo Café entre muchos otros. Ha cantado en festivales como el Festival Extremo (con Afro Brothers), en el Rock por la Vida (con Odin Parada), en el Roxy Fest con un coro, en Fevinos en varias ocasiones y en el Festival de la cerveza.

En el país se ha presentado en diversos clubes de jazz, como el Dada Club en San Cristobal de las Casas, Chiapas; en el Jazz Foundation de Pto. Vallarta, Jalisco; en el Pizza Jazz en CDMX. Ha participado en 2017 y 2019 en el Jalisco Jazz Festival de Tónica. Haciendo música infantil, tanto con Pajaretes como con Pneumáticos Cromáticos se ha presentado en FIL niños (en 2016 y 2017 respectivamente), en el Trompo Mágico, en el 25 aniversario del programa Solo Jazz de Radio UdG, y en diversos foros de la ciudad.

Participó en 2015 en Cuenta Cuentos GDL, al lado de artistas como Jessi Cortés, Leiden Gomis y Marcela Mota. Desde adolescente tocó 2 veces al lado de sus papás Nacho Varela y Cristina Martínez en ediciones de Papirolas. Actualmente está como voluntaria en MiiM, una escuela que está en el barrio de Analco donde da el taller de experimentos a niños en situación extrema y de bajos recursos.

La Entrevista

Cuéntame sobre la música, que desde muy pequeña, siempre te ha acompañado…

Tzintzuni: Mis papás son músicos, entonces desde ahí hubo una conexión a muy temprana edad, en la Universidad de Guadalajara, en el coro, y en el Teatro Degollado, Porque por ejemplo, cuando mi mamá se enfermaba, a mi me tocaba suplirla y desde ahí estaba metida en este mundo musical, ya conforme fui creciendo, me puse a tocar la guitarra, el bajo, luego estuve en bandas de punk, de metal pero luego me empecé a inclinar más hacia el rock. En realidad nunca me dejó de gustar el jazz, el bossa nova, Brasil para mi es una fuente inagotable de música increíble. El ritmo, las letras, la musicalidad, todo me ha aportado muchísimo en cuanto a armonía, melodía, etc.

¿Hay algún momento donde decides irte por un solo camino para crear tu música, una vez que tienes influencias musicales tan diversas?

Tzinzuni: Fue difícil, muy difícil, una especie de lucha interna porque por un lado no quería ponerme fronteras pero también es cierto que cada canción es un mundo, entonces, cada canción puede tener su propia alma, hay canciones que te exigen otro tipo de instrumentalización. Me di cuenta que mientras más profundizaba en los instrumentos, era totalmente distinto el resultado. Cada que componía, dependiendo el instrumento, cada uno era un punto y a parte. Con el bajo compongo cosas que suenan un poco más pesadas, más rítmicas, con el piano compongo cosas que tienen más armonía, más lindas, por decirlo de alguna manera. Entonces ha sido todo un proceso de exploración en la música que no termino de agotar y por eso es que de alguna manera se vuelve un poco multifacético.

Como artista independiente, ¿Cómo ha sido el camino?

Tzintuni: Como artista independiente no ha sido nada fácil, por todo lo que conlleva, los procesos de producción muchas veces se complican, si lo haces con amigos, también algunas veces sólo se queda ahí, incluso se graba pero se puede quedar guardado años y no termina de hacerse. Tengo muchas cosas que se han quedado ahí guardadas, que no salieron a la luz. Yo siempre estoy creado y el chiste es ese, no quedarte estática porque ahí es como surgen posibilidades, nuevas oportunidades y proyectos, como ahora la presentación en el Conjunto Santander, es un ejemplo, pero se trata de todo el tiempo estar alerta, atenta a las oportunidades, no dejar de crear, porque de todos los intentos, algo sale, resulta.

La creatividad como constante en tu vida también, ¿qué otros proyectos hay en puerta para lo que resta del año?

Tzintzuni: Sí, hay varios planes. Ahora el proyecto de TzwiCh que lo hago con mi esposo, ahí pues le queremos dar salida en distintos espacios a este proyecto, porque lo que hacemos juntos tiene un giro un poco más electrónico y experimental. Y a mi en lo personal, me gustaría explorar más con cuestiones audiovisuales, generar juegos en los conciertos con algo de mapping, juego de luces y que esto también me llevara a experimentar con un laboratorio sensorial, que pueda mezlcarlo en mis presentaciones pero que también genere nuevas experiencias para otras audiencias, un espacio de creación y experimentación para otro tipo de público, incluidos niños, entonces la idea es también comenzar a gestar esto y la música, nuevos materiales y demás pues no soltarlo, claro, sino más bien combinarlo.