Es una realidad que el Festival de Sevilla creó cierta expectación con la película Robot Dreams, tratando de ponerla en el centro de la atención con algunos detalles relevantes como establecer una exhibición del arte de la película en el marco del festival, además de una charla con Pablo Berger y otra con José Luis Ágreda, director de arte de la película. Pero también es cierto que la película ha recorrido con éxito algunos de los festivales más importantes como Cannes y Annecy por méritos propios.

Pablo Berger y José Luis Ágreda. Foto: Eduardo Aragón

Lo anterior, quizás se debe a que Manuel Cristóbal coordinador general del festival provenga y haya incursionado con mucho éxito por el mundo de la animación. Nadie niega la cruz de su parroquia. Una animación española, con un director de arte sevillano y encima reconocida, cumplía con todos los requisitos objetivos necesarios para ocupar el centro de atención del Festival de cine europeo de Sevilla, aunque al final, no estoy seguro de que los esfuerzos hayan rendido muchos frutos.

Robot Dreams es la adaptación de la novela gráfica del mismo nombre de Sara Varon. Una película que narra la historia de un perro solitario que encuentra una solución a esa circunstancia, para algunos dolorosa, en la compra de un robot, con quien finca una entrañable relación de amistad.

Robot Dreams es una historia de amistad, de perdida, de perdón y de reconstrucción (segundas oportunidades). Fue parte de la Sección Oficial del Festival de cine europeo de Sevilla, donde se presentó con gran éxito con todas las entradas agotadas, al menos en la primera función.

El arte de la película, a cargo del sevillano José Luis Ágreda, es relevante, muy bueno. Se recrea con mucho realismo el Nueva York de los años ochenta con un nivel de detalle importante. La película es muda pero la verdad es que, ante la calidad de las expresiones de los personajes y el recurso de la música magistralmente administrado por Berger, no se extraña la voz de los estos.

Aun así, a mi parecer, la película no supera la expectativa creada por el propio festival. Entre sueño y sueño de Robot y vivencia y vivencia de Perro la atención por la trama se va perdiendo. El atractivo o interés se recupera hacía el final de la película.

Pablo Berger. Foto: Eduardo Aragón

Un final que rescata lo perdido y del que no hablaremos para no revelar nada y puedan disfrutar plenamente de la película, pero que resulta harto interesante y le da relevancia a la integridad de la historia. Contrario a lo que muchas veces sucede, en donde los creadores no saben cómo terminar sus obras, Robot Dreams saca fuerzas de grandeza de su final y recupera lo perdido en el camino recorrido, ese camino que por momentos parece largo, para llegar a él.

Pablo Berger comentó que después de la compra de los derechos de la película, esto durante su paso por el Festival de Cannes, por parte de la distribuidora estadounidense Neon. El panorama cambió y la película se posicionó de mejor manera. Con este hecho es muy probable que la película se pueda ver en todo el mundo, al menos el occidental —que aunque para los europeos es todo el mundo, pues no, realmente no lo es— y es un buen augurio o señal de que la película va en buen camino para la nominación al Óscar.

Pablo Berger y José Luis Ágreda. Foto: Eduardo Aragón

El poder de las distribuidoras en el cine, ese lado oscuro y a veces retorcido de la industria cinematográfica, que controla lo que uno puede o no ver en los cines, en base a criterios meramente de mercado y no artísticos. Con ello no quiero decir que Robot Dreams no responda a necesidades y calidades artísticas, ni mucho menos.

Pablo Berger habló de la importancia que él le da a la música en sus películas y nos dice que: “Todas mis películas de una forma o de otra son musicales…”. Y Robot Dreams no es la excepción, independientemente de la cuidadosa y acertada selección de piezas musicales, la música en Robot Dreams juega un papel que transciende la mera sonorización o ambientación de la película, convirtiéndose en un elemento fundamental en el desarrollo de la trama. La música como un recurso dramático, eso es lo que sucede en Robot Dreams.

Berger dice que su deseo es que el espectador se involucre de manera completa en la película, de tal forma que la haga suya que se traslade al lugar del Robot, sienta y sueñe como él, para maximizar la experiencia.

En mucho ayudó a la realización de la película, las diversas estancias que su director ha tenido en Nueva York. Él empezó a visitar aquella ciudad —que por extrañas razones, las siempre extrañas razones del capital, se convirtió en la capital del arte y la cultura, incluso de artes y culturas que no son endémicas de aquella ciudad— en los años setenta, y noventas de manera más frecuente. Pero que la consolidación de su relación con aquella ciudad fue cuando tuvo la oportunidad de estudiar un máster de Dirección en la Universidad de Nueva York.

Robot Dreams se estrena en cines en España el 6 de diciembre y parece segura su exhibición en México, aunque todavía no hay una fecha concreta, cualquier día que esto suceda, merece la pena ir a verla.

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CARTEL

Cartel español - Cartel de Robot Dreams (2023) - eCartelera