El pasado 26 de abril, el Algoritmo Fest reunió a cuatro bandas que están redefiniendo la escena: Efímeros, Nevada, Oregon Black y Fármacos. Cada uno con su propio estilo, pero compartiendo una misma misión: demostrar que la música no sigue fórmulas, sino emociones.


Desde el primer acorde, el festival se sintió eléctrico. Efímeros abrió la noche con su sonido introspectivo y melancólico, creando una atmósfera que atrapó a la audiencia desde el primer instante. Luego, Neváda irrumpió con su energía desenfrenada, logrando que el público sintiera cada nota en la piel.


Pero la verdadera sorpresa llegó con Oregon Black, cuando Diego Ridolfi (Fármacos) se unió al escenario para una colaboración inesperada y explosiva. No estaban solos: junto a ellos, Pepe Ungaray, Alan Muciño y Emanuel Valdez elevaron el momento a otro nivel, con una interpretación que dejó huella en cada rincón del recinto.


Con un aforo sold out, el público no dejó de vibrar. Las guitarras honestas, las letras que tocaban fibras profundas y la entrega total de los artistas hicieron que la noche se sintiera más como un ritual que como un concierto. La conexión entre bandas y audiencia fue absoluta.

