Sinopsis
Jalisco, México, 1930. Emilia, una adolescente, huye de su hogar buscando a su padre biológico. Teniendo que vestirse de arriero y enfrentando los desafíos que se le atraviesan en su paso por la sierra de Jalisco camino al mar, descubrirá un mundo que le hará reconocer su manera de amar y cambiará su destino.
Isabel Cristina Fregoso y su visión como directora
Egresada de la Escuela Nacional de ArtesCinematográficas, y de Comunicación del ITESO. Es miembro de la AMACC. Como directora y escritora, ha participado en varios laboratorios como Cine Qua Non, Fundación Toscano & Sundance Film Institute para escritores y Bolivia Lab. Sus obras: Chenalhó, el corazón de los Altos, El Aliento de Dios, Cristeros y Federales, La Polveada y Cultiva Ciudad se pueden ver en Nuestro CineMx plataforma cinematográfica del IMCINE.
Quise contar lo que suele permanecer en la sombra: esas experiencias que, aunque reales y comunes, se viven en silencio. Crecer de niña y convertirse en mujer es un proceso lleno de incertidumbre, deseos y contradicciones. Las decisiones que tomamos no solo nos definen, sino también aquellas que nos vemos forzadas a postergar o evitar. En ese tránsito, tuve que confrontar expectativas impuestas, normas que repetidamente me decían cómo debía ser y qué camino debía seguir.
De esa tensión nace esta historia: La lucha interna entre lo que siento y lo que se espera de mí. Es íntima porque expone emociones que muchas veces guardé por miedo o vergüenza, pero que son universales. Y revela lo doloroso que puede ser resistir un molde que no nos pertenece, o soportar la presión de encajar en un mundo que, a menudo, no deja espacio para el «soy» y el «quiero ser».

La Entrevista
La Arriera aborda temas de resistencia y lucha por los sueños en un contexto rural. ¿Cómo fue el proceso de investigación para retratar con autenticidad esta realidad femenina?
Isabel: Fue un proceso bastante arduo. Realicé investigaciones antropológicas sobre las mujeres en el ámbito rural, sobre todo enfocadas en Jalisco. Consulté archivos fotográficos de época con imágenes de Mascota y otros pueblos jaliscienses, donde encontré registros sorprendentes: bandas de música, desfiles, carros alegóricos… mucho arte. También investigué historias de mujeres que robaban en esos tiempos, notas rojas muy duras que revelaban otras aristas de la vida femenina. Además, vimos muchas películas western, porque me interesa esa idea del viaje, de la búsqueda, del personaje melancólico que se encuentra a sí mismo en el camino. Todo esto se complementó con un diplomado que tomé sobre historia de las mujeres del siglo XX.
Para Andrea y Alejandra, ¿cómo fue interpretar a mujeres rurales de otra época siendo ustedes jóvenes y, como mencionan, de ciudad?
Alejandra: Fue un proceso muy interesante porque implicó voltear hacia atrás. Hablé con mi mamá, mi abuela y especialmente con mi bisabuela, que vivió en esa época. Buscamos fotos antiguas, platicamos con tías, todo eso nos ayudó mucho. También la música, las películas que vimos y, claro, mucha investigación. Aunque soy de ciudad, no me costó tanto adentrarme porque me encanta la naturaleza. Estuvimos dos semanas antes de filmar aprendiendo actividades del campo: ordeñar, recoger huevos al amanecer, montar a caballo. Hicimos hasta una meditación con los caballos, técnica de Isabel, donde les contábamos las escenas. Son muy sensibles y perciben la energía. Fue un proceso muy enriquecedor.
Andrea: Sí, las dos somos tapatías. Internarnos en la vida rural fue un cambio radical. Aprendimos a convivir con animales, a vivir en un rancho. La comunidad de Mascota fue clave: nos ayudaron con los modismos, con ese cantadito que se habla en la Sierra de Las Peñas, Puerto Vallarta, donde filmamos. Todo eso nutrió mucho a los personajes.

La película tiene una fuerte carga simbólica en torno al rol de las mujeres. ¿Qué mensaje les gustaría que dejara en el público?
Alejandra: Me encanta que se muestren mujeres fuertes y valientes. Es importante recordar que siempre hemos resistido, desde hace mucho. La historia se sitúa hace cien años, pero sigue siendo actual. Los números siguen siendo alarmantes en cuanto a feminicidios y violencia de género.La Arriera muestra a mujeres que desafían las normas impuestas, que se rebelan. Ojalá que eso nos invite a reflexionar como sociedad: ¿realmente hemos cambiado?
Isabel, uno de los elementos más destacados de la película es la fotografía y el entorno natural. ¿Cómo trabajaron para que la naturaleza fuera también un personaje?
Isabel :Desde el principio lo tuve claro: no podíamos contar esta historia sin que la naturaleza tuviera un rol protagónico. No somos independientes del entorno, especialmente en el campo. Ahí, la relación con la naturaleza es profunda, constante. Tengo formación como documentalista, y eso te da una visión más multidimensional de lo que sucede. La naturaleza es un espejo emocional: si la observamos con atención, podemos leernos a nosotros mismos en ella. Quería que eso se viera reflejado en la película. No es solo un paisaje bonito, es un ente que acompaña, que influye en los personajes.
La película llegó pronto a salas comerciales, algo poco común en el cine independiente. ¿Cómo se sienten respecto a esto?
Isabel, Andrea y Alejandra (con entusiasmo):¡Felices! No siempre pasa que en un año una película ya esté lista para estrenarse comercialmente. Hemos pasado por varios festivales, y ahora verla en salas es un sueño cumplido. Estamos muy agradecidas.
