El largometraje Finlandia (2021), del director Horacio Alcalá, se encuentra en la Competencia Oficial del Premio Maguey y Hecho en Jalisco en el marco del Festival Internacional de Cine en Guadalajara. Noé Hernández, Cuauhtli Jiménez, Andrea Guasch, Erick Israel Consuelo, Ángeles Cruz, Leonardo Alonso y Estrella Vázquez forman parte del elenco.
Un seísmo real que hará que las muxes desafíen y acaben sanando su alma una película de producción México/España CDMX, septiembre, 2021: La cinta dirigida por Horacio Alcalá y protagonizada por Noé Hernández, Cuauhtli Jiménez, Andrea Guasch y Erik Israel Consuelo se presentará en Competencia Oficial del Premio Maguey y Hecho en Jalisco en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara que se celebra del 1 al 9 de octubre de 2021. Finlandia narra la lucha de las Muxes por el reconocimiento de su género como un tipo más en la sociedad, a la misma vez que combaten sus propias pasiones, traumas y sentimientos escondidos.
Delirio es el líder que guiará a esta comunidad hacia el descubrimiento de sí mismos. Mariano y Amaranta se encuentran bajo un alud negro de sufrimiento que les nubla la salida a la libertad. El temblor que acosa a Oaxaca desde años atrás terminará en un seísmo real que hará que las muxes desafíen su destino y acaben sanando su alma. Un viaje que transforma la vida de una diseñadora. Su forma de apreciar la realidad que le rodea y la visión interna de sí misma cambia cuando comienza a convivir con los habitantes de esta parte de la sociedad consiguiendo descubrir el origen de su tormento.
La película de producción México / Española retrata a una comunidad Oaxaqueña que no tiene miedo a desafiar los conceptos de identidad y género llegando a lo más hondo de sus pasiones a través del contacto con la tierra que cuidan: las muxes. No son ni hombres ni mujeres. Son una comunidad unida bajo la vibración de la tierra que sienten atracción por las vibraciones humanas sin importar el género, y suelen desarrollar tareas tradicionalmente femeninas como la cocina, la artesanía o la costura.
Entrevistamos al director, Horacio Alcalá así como a parte del elenco; Cuauhtli Jiménez, Said García, y al creador del tema original «Chula», el artista Nathanael Lorenzo Hernández quien también es director del Instituto Intercultural Calmecac en Oaxaca.
¿Cuál fue tu experiencia al formar parte de este proyecto?
Said García: La película es poética, sin duda, sobre todo por la manera en que quiere mostrar todo lo que ahí sucede, no solo desde el plano visual o audiovisual sino el trasfondo de la historia que tiene que ver con la realidad de las muxes y que va más allá de la sexualidad, entonces esto de ponerle una lupa, un reflector al dolor de la gente y como muchas veces todo lo que pasa en nuestro propio contexto nos impide ser felices y creo que las muxes son un claro ejemplo de eso.
Mi personaje aparece de forma breve en la película, pero si te fijas bien, es el único muxe feliz que sale en la película. Y es que es muy complicado, porque la sociedad en sí rechaza a la comunidad, no pueden vivir una vida plena, están castrados física y psicológicamente. Es muy fuerte y por ello todo se vuelve liberador al momento de ver la película y lo que propone. La experiencia más enriquecedora para mi ha sido conocer a las muxes, aprender de ellas muchas cosas, me enseñaron desde como maquillarme, pintarme las uñas, pero también conocer su vida, aproximarme a su cotidianidad, costumbres y lo más importante que la película y todo el detrás de, nos volvimos una comunidad.
¿Cómo fue tu proceso y la experiencia al darle vida a tu personaje?
Cuauhtli Jiménez: El proceso fue muy rápido, yo me integré dos meses antes de que iniciara el rodaje de la película, entonces Horacio estando en España me hizo una videollamada, porque alguien me recomendó, entonces platicamos, yo pensé que me pediría preparar una escena o algo, pero terminamos la llamada y me dijo que era yo el indicado para el personaje. En ese momento yo tenía unos llamados de una serie y también estaba en teatro. Por lo que me puse a documentarme, viajé a Juchitán, entré en contacto con Estrella Vázquez, una chica muxe que ya era parte de la producción de la película pero también fue actriz así como asesora en zapoteco y en vestuario. Ahí empezamos, yo traté de construir el personaje desde la forma también, porque mido 1.80, son grandote y las muxes en realidad no son tan altas o cuestiones así, por lo que yo aposté por trabajar en un timbre de voz particular, una forma delicada de moverme, ahí empecé a construirme y fuimos rebotando esta construcción entre Noé Hernández, Israel y yo. Todo el tiempo estuve estudiando, creado una escaleta que me ayudara a dimensionar ciertas cosas, nunca de una manera fija, porque en el cine se modifican de si o si, de hecho esto sucedió mucho en la película, nos fuimos adecuando también a lo que iba saliendo siempre con esa apertura a modificaciones para mejorar lo que estábamos trabajando de lo que por supuesto Horacio es muy abierto a propuestas y puntos de vista de todo el equipo.
Y bueno todo el proceso fue muy bello, fueron seis semanas de rodaje en Oaxaca y sus alrededores, con un equipo al cual yo admiro mucho, trabajar con actores que admiro desde hace mucho tiempo como Ángeles Cruz o Noé Hernández fue un honor. Yo me he desarrollado más en la televisión y el teatro, no tanto en cine entonces a Horacio le debo que por primera vez tenga más de dos diálogos en una película (risas). Y muy feliz de hacer este personaje, que es bello y doloroso al mismo tiempo, ojalá resuene en toda la gente que lo vea.
¿Cuál es tu visión sobre los muxes una vez que realizas esta película?
Mira, cuando fui a visitar el Itsmo, se habla mucho de este paraíso muxe, de la diversidad, donde son aceptadas y pueden expresarse; y si, existe ade alguna manera esto, tienen grupos, hacen comunidad pero no tal cual un paraíso de la diversidad como se piensa y me di cuenta de esto caminado con Estrella el primer día por las calles, por el centro de Juchitán, y comencé a identificar las miradas porque ella iba tomándome del brazo y parecíamos pareja que iba paseando por ahí. Entonces desde una impresión muy personal te comparto que existe una licencia, un permiso que se acaba en el momento que se toca el tema de una pareja; por lo que muchas de las relaciones que ellas sostienen se dan en la clandestinidad, no son tan abiertas y ahí para mi es donde está la deuda hacia la comunidad muxe donde existe mucha discriminación. Desde las propias familias, hay muchos padres que rechazan a sus hijos, que los juzgan, que los violentan desde que son pequeños, porque en vez de darles o generarles confianza, amor y seguridad, se vuelve todo lo contrario, el enfrentarse con la mirada que no te reconoce, no te acepta y que le generas incluso desagrado; ahí es donde comienza la violencia, con una mirada.
¿De dónde y cómo surge la idea de hacer esta película?
Horacio Alcalá: Mira, yo no conocía la historia de las muxes, un amigo cercano que tengo en Madrid me las presentó, me decía que porqué no hacía una historia relacionada con la moda y me las puso de ejemplo y nos metimos a verlas a internet, a conocer por medio de imágenes e información, esa noche no dormí, me quedé clavado en todo este universo y al día siguiente inicié la investigación para desarrollar el proyecto, hablé con el productor y a los seis meses ya estábamos en Juchitán. Definitivamente es un tema que tenía que hacer y como cineasta tienes que tratar este tema con mucha responsabilidad y respeto.
¿Cuáles fueron los desafíos que presentó para ti hacer este largometraje?
Horacio Alcalá: Ha sido buscar el financiamiento, porque era tan difícil explicar la visión y la apuesta de hacer una película sobre las muxes, porque la idea que se tiene o que muchas personas tienen es sesgada o incluso juzgada por lo poco que se conoce en algunos casos, entonces el explicar y que se quedara claro el punto de vista que queríamos desarrollar fue de las cosas más complejas. Nadie lo entendía y cada vez que lo contaba, me daba cuenta que de la manera en que iba a ser entendido a profundidad era viendo la película.
La película tiene un rollo documental, yo soy documentalista pero en este caso es mi primera ópera prima como ficción pero incluso ahí algunas cuestiones rozan en el documental porque son situaciones que hablan desde su forma de vida, el hecho de informar a la gente lo que ellas son a la vez de la historia que se va conociendo a través de la película. Lo importante era dejar claro que no son personajes inventados, la historia como tal es ficticia pero ellos son reales y el contexto en el que se desarrollan, toda esta situación multicultural, social, emocional, todo esto es real y es la vida de las muxes. La película más que tratar solo un tema LGBTTTIQ+ es un tema de antropología, es mucho más complejo.
Desde la parte musical, con la pieza «Chula», Nathanael Lorenzo nos comparte:
La cuestión musical, esta surge o está basada en el guión, yo me dedico a la música tradicional, tengo una escuela donde trabajo desde hace 14 años, por lo que me involucré de forma muy puntual y profunda en el proceso, estudiando de apoco todo lo que desde el guión me apuntaba para el momento de convertirlo en una pieza sonora. Estoy muy emocionado de formar parte de este proyecto, de que me permitieron experimentar y crear desde lo que yo hago y como podía mezclarse y construirse para el sentido propuesto por la película y porque detrás de esta composición está todo un trabajo en equipo con los profesores de la escuela que nos sumamos entre todos para sacar la pieza. Yo soy un músico educado desde mi comunidad, desde ahí me comunico, trabajo, ejecuto y hay gente que forma parte del equipo para que todo esto sea posible. Para mi, definitivamente ha sido una experiencia maravillosa, formar parte de esto es muy importante para mi.