Brandon López, Karen Martínez, Justin Lerner y César Díaz. Foto: Lucía Ges

La película Cadejo Blanco (2021) ha tenido su estreno mundial durante el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, y tuvimos la oportunidad de entrevistar a su director Justin Lerner y a los actores Karen Martínez (La Jaula de Oro) y Brandon López (La Jaula de Oro).

Sinopsis: La película nos cuenta cómo una noche después de una fiesta, la hermana de Sarita desaparece. Convencida de que Andrés, el peligroso ex novio de su hermana, tiene algo que ver, Sarita se convierte en su amiga y se infiltra en su pandilla. Con una determinación inquebrantable por descubrir la verdad, Sarita se involucra cada vez más con Andrés y el mundo implacable de su pandilla. En nuestro texto, Cadejo Blanco: Una película que muestra el eterno retorno a la violencia, está completa nuestra reseña crítica de la película.

La entrevista

Comenzaremos preguntándote Justin, sobre la leyenda de Cadejo blanco a la que alude el título de tu película, ¿nos podrías hablar más sobre este símbolo que en determinado momento guía a Sara?

Justin Lerner: Sí, yo escribí un guion antes de elegir un título, y cuando le di a leer mi guión a un amigo guatemalteco -porque yo viajo y permanezco largas temporadas en Guatemala- él me comentó que parecía que hubiera algo o alguien protegiéndola a la protagonista de la muerte en su viaje, así que me recomendó investigar sobre la leyenda de Cadejo blanco, que es este ser que forma parte del folklore guatemalteco, y que habla de la presencia de un perro blanco, callejero, que es como un espíritu que guía o da apoyo a las personas que están en peligro, como en este caso, el viaje de Sarita cuando parte en busca de su hermana Bea o cuando intenta unirse a la mara.

Y por ejemplo, también se cree que cuando alguien muere o desaparece su espítirtu te protege, así que esta metáfora me gustó mucho porque está muy conectada a la cultura guatemalteca, y adquiere un nivel distinto de significación después de ver la película.

La figura femenina es la gran protagonista de la historia, la mujer-amante, la mujer desaparecida, la mujer que busca y traspasa clases sociales, la que resuelve por sus propios medios, ¿cuál es la razón por la que decides apostar por esta perspectiva de la figura femenina como eje central?

Justin Lerner: Hay dos razones, la primera es que cuando llegué a barrios para comenzar mi investigación, hice más de cien entrevistas a jóvenes que tienen actividad con las maras, las clicas, aprendí que hay muchas chicas que están involucradas en ellas, y eso no es normal en su mundo. Eso me lleva al segundo punto, pues me di cuenta que casi siempre que se abordan este tipo de temáticas se hace desde el lado de los chicos fuertes o personajes masculinos, pero este grupo que elegí narrar, incluye a chicas en su grupo. Yo entrevisté a chicas que habían vivido cosas muy fuertes y quería tratar eso en la película.

¿Había otros finales o tramas pensados para Cadejo Blanco o siempre tuviste claro que deseabas reflejar esta violencia a modo de eterno retorno?

Justin Lerner: Sabía que necesitaba terminar la película con tres actos de violencia para transformar al personaje femenino, que comienza siendo tímida, tranquila, y pasa a ser una «marera». Pienso que la venganza que ella lleva a cabo no es el destino de su personaje, sino que quería plasmar a una chica que descubre que tiene la habilidad de hacer esto y volver a su vida, por ello necesitaba estos tres actos de violencia que ella comete, para que el proceso de su transformación fuera visible paulatinamente. También quería dejar este final abierto en donde ella regresa a su vida cotidiana y no sabemos cómo resolverá el conflicto con su padre, ahora que ella ya sabe que tiene el poder de saber de lo que es capaz.

Ahora la pregunta es para Karen, ¿qué significó para ti encarnar un personaje que construye su empoderamiento orillada por la realidad brutal que le toca vivir?

Karen Martínez (Sara)

Karen Martínez: digamos que el proceso de la construcción de mi personaje fue el dolor que de alguna manera todos compartimos cuando estás en una situación tan fuerte como la que vive Sarita. Creo que todas las personas sentimos una necesidad de hacer algo por nosotros mismos. Sé que no es común que todo mundo esté involucrado en cosas de maras, pero Sara tampoco estaba metida allí, se encontró con esta circunstancia y tuvo q decidir a partir de ello. Eso como primera cosa, cómo el dolor te motiva a iniciar la búsqueda. Y por otro lado, está la parte de la violencia en donde hay una cosa muy extraña, y es que pienso que hay personas que viven en un contexto que hace que las opciones que tienen solo se definan a través de violencia también, o es matar o que te maten, o hacer cosas que no están bien, pero que no hay otra opción para ellos, y seguramente entre esas, van a elegir la mejor. Eso lo que hace este personaje. Traté de verlo de esta manera, sin pensarlo desde esta visión moral. Imaginé, yo Karen Martínez qué haría. Pues sí, iría a la policía, investigaría un poquito, sentirme frustrada, llorar y quedarme ahí hasta aprender a vivir con mi dolor. Entonces, el no juzgar esas acciones y entender la motivación de la búsqueda fue algo que me ayudó mucho en la construcción del personaje. Y también porque a la larga el personaje va haciéndose de un posicionamiento, a la par que se va ganando un respeto, lo que la va ayudando a sentirse bien, encontrar un reconocimiento que no esperaba, pero también que la hace sentirse feliz de salvar su vida y aportar al grupo en el que está, porque obviamente quitar a alguien del camino no solo significaba salvarse ella, sino también a estas personas por la que va sintiendo una especie de cariño.

En tu caso Brandon, tu personaje tiene un reto actoral muy particular, pues es «uno más», no busca generar empatía en el espectador, algo que, por ejemplo, conforme avanza la trama, sí consigue lograr el personaje de Andrés, ¿cómo libraste dicho reto?

Brandon López: Sí, fue un reto para mí porque trabajamos en muchos aspectos de los personajes. Por ejemplo, había algunas palabras que yo no las hablaba normalmente y que tuvimos que ir metiéndolas ahí, trabajando con los demás actores para poder darles un significado creíble. Además, también tenía que crear esta aura de liderazgo entre los demás jóvenes. entonces sí fue un proceso complejo, en donde me guiaba mucho por lo que Justin me pedía, y que me ayudaban a vivir más fuerte a mi personaje.

Esta pregunta es para ambos. desde el excelente trabajo que vimos en La Jaula de Oro, y que repiten aquí en Cadejo Blanco, ¿qué nuevo retos les significó este trabajo a la luz del tiempo que ha pasado desde La Jaula de Oro?

Karen Martínez: Creo que el reto más grande siempre está en el inicio cuando estás decidiendo cómo abordar el proyecto, tanto con tus demás compañeros como en ti como actor, por lo que la manera que yo encontré para iniciar fue la parte de la empatía y la comunicación, tratar de pensar en cómo en ese primer película yo no tenía tanta experiencia y cómo ahora podía ayudar a mis otros compañeros, sin necesidad de herirnos o de que ellos se sintieran incómodos. Porque a veces eso pasa, cuando no tienes experiencia hay ocasiones en que te causa incomodidad una escena y no sabes por qué, no lo dices, entonces nadie te lo explica, pero también es muy difícil porque al no expresarlo, el director o la directora no lo van a saber. La experiencia es algo que te ayuda para que digas las cosas de manera puntual, tanto a nivel personal como del personaje, y fue algo que Justin desde un inicio dejó claro, lo que sea que se les ocurra o que sientan que les pase, díganme y vemos cómo aclararlo o resolverlo, pero eso solo va ocurrir hablándolo. Así que eso es lo que yo he observado ahora, la importancia de la comunicación.

Esta última pregunta es para quien desee responderla. ¿Cómo perciben la fuerte visibilidad que está teniendo el cine guatemalteco?

César Díaz (productor ejecutivo): Lo que creo es que había o hay una acumulación de historias en Guatemala y lo que ha sucedido es que estas películas son como válvulas de escape, como una avalancha, pues Guatemala es un país en donde hay muchas historias, mucha gente con necesidad de contarlas, y tenemos muchas cosas por decir, y como el cine es una manera de confrontarnos con nosotros mismos, siento que al ser una sociedad que ha vivido desde el silencio, que ha vivido con un pasado tan pesado, violento y doloroso, el cine nos permite vernos y debatir sobre estos temas importantes para nosotros y para el país, mediante la pantalla. Así que habrá cine guatemalteco para mucho rato.

Les recomendamos seguirle la pista a esta película, tan bien trabajada a nivel actoral y cinematográfico, y que aborda la descomposición social desde una complejidad propia de las sociedades latinoamericanas actuales.

Aquí una escena de Cadejo Blanco: