Ya no puedo darte el corazón;

Perdí mi apuesta por el rock and roll.

Enrique Bunbury

Culturalmente las fiestas de XV años tienen varias funciones. Antropológicamente es un ritual de presentación, sociológicamente es una festividad que indica que alguien está preparado para pasar de la niñez a la juventud. Es el paso de una etapa a otra. Sin embargo, que tu banda cumpla quince años puede ser psíquicamente pesado. La Poronga Ska hace mucho que ya es uno de los proyectos más sólidos de la escena ska de Guadalajara; hace mucho que dejaron de ser unos entusiastas del género para convertirse en unos promotores del mismo. Bajo la lógica del hazlo tú mismo y rescatando el espíritu de que si las puertas no se abren habrá que tumbarlas, La Poronga Ska ha llevado su carrera de esta manera por quince largos años.

El Alan Poronga (guitarrista) lo trae mucho más claro que yo; algunas veces hemos hablado de cuando se cruzaron nuestros caminos por primera vez; en el segundo lustro del siglo XXI, con No Hay Fianza invitábamos a muchas bandas a tocar al barrio de Atemajac del Valle, ellos llegaron a caer algún par de veces por acá, eso era cuando ellos comenzaban. Como a todas las bandas, hubo una temporada que les tocó abrir, ser los primeros, tocar ante poca gente, aguantaron; años después nos tocó a nosotros tocar antes que ellos, me dio un gusto tremendo ver lo mucho que habían evolucionado y aunque habían cambiado algunos integrantes (o crecieron tal vez) seguían teniendo esa energía que les caracterizaba. Ahora en las carteleras sólo se encuentran debajo de la banda estelar, se han convertido en una de las bandas más consistentes de la escena. Un abrazo a mis carnalitos Erick Ruvalcaba y Juan Carlos Doñate.

La Poronga Ska cuenta con dos materiales discográficos, si Spotify no miente, el primero de ellos “Y Seguimos Siendo” data del año 2017 y en él se encuentra una de las canciones que más les piden en sus conciertos “No me digas que no” un cover de la Sonora Kaliente. Su segundo disco fue puesto en plataformas digitales en el año 2020, se titula “El festín va a comenzar”, contiene su éxito “El Diablo” y como adenda cultural una de sus canciones contiene un fragmento del poema de “Los Nadie” de Eduardo Galeano (claro que entendí la referencia, estos sí son hombres de cultura). Ambos discos cruzan los límites del ska con otros estilos como el punk, el reggae, la cumbia e incluso la música disco; pero algo que es bastante notorio es la evolución musical entre su primer y segundo disco.

La puesta en escena de la Poronga Ska me gusta; una bandera de Palestina colgada entre las bases de los micrófonos, una lona del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en un monitor, el Alan con una gorra que lo hace ver como la versión región 4 de Tom Morello (guitarrista de Rage Againts The Machine) y un cover de “Bienvenida a Tijuana” de Manu Chao se contraponen a una serie de canciones que no tienen empacho en cantar sobre el amor y el desamor. Narrativamente La Poronga Ska es valiente, claro que hay posicionamientos contra la desigualdad y la injusticia, pero considero que se necesita ser valiente para cantar sobre el amor en una escena que si bien es antifascista muchas veces cae en lo monotemático. Hay algo en ellos, una vibra que me recuerda a mis grandes amigos de The Donatellos. No sabría explicar qué es, pero hay algo.

Miren yo ya tengo 38 años, más de la mitad de mi vida la he pasado en esto que llaman escena ska-punk. Durante este tiempo, me ha tocado ver nacer y morir muchas bandas, hay proyectos que se forman y que prometen revolucionar la escena; algunos de estos proyectos perecen a los meses de haberse formado, algunos otros duran años, muy pocos se mantienen y solamente unos cuantos pueden convertirse en una empresa, La Poronga Ska entra en este último segmento. Considero que en Guadalajara pocas bandas tienen tanta claridad de lo que quieren hacer con su producto, con su marca.

La Poronga Ska, mediante su brazo organizativo Producciones Tatevarí, se ha convertido en una de las bandas que más apuestan por el ska de la ciudad. Algunas veces han acertado y han conseguido pletóricos llenos y conciertos memorables, otras veces las condiciones no se han dado y no se ha llegado a la meta; cuando apuestas por algo, puedes perder; sin embargo, siempre estaré agradecido con alguien que apuesta su capital, sus ganas y su tiempo en pos de un movimiento.

En una escena que siempre ha padecido en cuanto a niveles de producción, el Poronga Fest es un espacio para que el público pueda escuchar-ver a bandas internacionalmente conocidas; hace poco le dije a Alán (guitarrista de la banda), que ellos se graduaron como organizadores cuando trajeron a la respetadísima banda italiana de ska-punk Talco. Por su parte, otras bandas que han llegado a tocar en los eventos que ellos organizan son la St Petersburg Ska Jazz Review y Lolly Pop Lorry de Rusia, The Toasters de los Estados Unidos de Norteamérica, Sonora de Llegar de Chile, Staya Staya de Argentina, Out of Control Army de la Ciudad de México y Skapital Sound de Nuevo León. Muchos de estos conciertos han podido ser realizados gracias a la buena relación que tienen con otros promotores como el Deals o el Padrino Arriaga (saxofonista de Inspector).

La semana pasada tuve la oportunidad de asistir a la posada de La Poronga Ska; me acompañaron mi comadre Lorena y mi ahijado Killian. Sin duda, una postal para la posteridad. Nos pasamos una gran noche bailando con Staya Staya y con las rolas que el Padrino Arriaga puso en su DJ set. Por su parte, La Poronga Ska ganó un fan con mi ahijado, él tiene 11 años, eso quiere decir que cuando Killian nació La Poronga Ska tenía cuatro años de haberse formado. Quince años se dicen fácil, pero es toda una vida. ¡Larga vida, carnales!

Estoy convencido de que los integrantes de La Poronga Ska pueden voltear a ver atrás y estar orgullosos de lo que han hecho y cómo lo han hecho; asimismo, estoy seguro que la escena del ska-punk de la ciudad de Guadalajara hará justicia con ellos y los pondrá en el lugar que se han ganado tras estos quince años. Estoy convencido de que ganarán esta apuesta que hicieron por el ska de la ciudad. Tarde que temprano. Tiempo al tiempo. ¡Guarden mis palabras!

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