Imagen cortesía de Los Inadaptados

La Real Academia de la Lengua Española (RAE) nos indica que debemos de entender por inadaptado a alguien “que no se adapta o se amolda a las circunstancias”. Y aunque no sea un purista, mucho menos un amante de las instituciones que rigen el dominio del idioma español, considero que es una acepción que sí da cuenta del actuar una de las bandas más emblemáticas de la ciudad de Guadalajara.

Asimismo, he decidido hacer referencia al libro del inolvidable Rogelio Marcial, “Andamos cómo andamos porque somos como somos” (2008), no sólo porque hace un excelente juego de palabras y alude directamente al primer álbum de los Inadaptados, “¿por qué somos lo que somos?”, sino porque en ese texto, el cual se relaciona directamente con el estudio de las juventudes y la rebeldía, se alude como los jóvenes de la ciudad de Guadalajara, aunque heterogéneos en su accionar, deciden posicionarse de manera política y anti sistémica. Somos rebeldes e inadaptados porque el sistema y las condiciones así nos han hecho. Como diría la baladista Janette: soy rebelde (e inadaptado) porque el mundo me ha hecho así.

Los Inadaptados, imagen cortesía de la propia agrupación

Inadaptados es un gran nombre para una banda de ska-punk. El nombre lo comparten con la banda de oi! catalana Inadaptats, ese también es el título de uno de los mejores álbumes del legendario grupo de punk radical vasco Cicatriz. En términos semánticos siempre me ha llamado la atención el poderío de los nombres de las bandas de ska-punk de la ciudad (de lo cual hablaremos en su debido momento), y considero que el nombre Inadaptados no sólo describe a los integrantes de la banda, sino que también describe a los escuchas de este tipo de música. Siempre outsiders.

Por su parte, los recuerdos con Los Inadaptados (o I2 o Inadapta2) son muchos, algunos los tengo más claros que otros. Advierto que una columna como esta es incapaz de dar cuenta de 30 años de una de las bandas más emblemáticas del ska-punk nacional. Hablé con algunos de sus integrantes en los días previos a la publicación de esta columna y me dijeron que está en proceso de elaboración un documental sobre la historia de la banda. Material que sin duda también abonará a contar la historia de la música rebelde de la ciudad. ¿Se imaginan todo lo que nos tienen que decir?

El primer recuerdo que se me viene a la mente con Los Inadaptados es cuando el Piojo, vocalista de la banda (y a la postre vocalista de la Oveja Negra) me regaló su E.P. en El Fondo (un legendario bar que vio crecer la escena underground y que lamentablemente ya no existe), ese disco negro envuelto en celofán daba muestras de lo que una banda local de ska-punk podía dar, una grabación decente teniendo en cuenta el año de elaboración de dicho material, contenía estridentes guitarras cortesía del Kamello, metales poderosos por parte del Kui, el Burro y el Fer y las rapidísimas baterías del Ram, pero había algo que siempre me había llamado la atención: las líneas de bajo del Sega (a quien en lo personal considero el mejor bajista de la escena). Eso fue cuando No Hay Fianza aún no existía, es decir que les estoy hablando de hace más de 20 años de eso.

El siguiente recuerdo que se me viene a la mente es aquel mítico concierto que Los Discípulos de Otilia, banda que lamentablemente nunca se le ha dado el reconocimiento suficiente, dieron en el extinto Meridiano 62. Pese al majestuoso performance que brindó la banda de ska catalana, Los Inadaptados no se achicaron y dieron una muestra de lo que las bandas de Guadalajara podían dar, aunque los he visto en muchísimas ocasiones, esa presentación la tengo muy presente, primero por la calidad y la potencia con la que tocaron ese día, y segundo porque era impactante no ver al Piojo, Fer (trompetista de la banda) comenzaría sus labores como vocalista. Tal vez es la melancolía la que habla por mí, era bastante sorpresivo ver lo mucho que habían mejorado, pero era igual de impactante no verlos con su vocalista original.

A los meses vendría la presentación de su disco “No somos lo que quieres”. Y nosotros (No Hay Fianza) tuvimos la oportunidad de presentar nuestro primer disco “A contracorriente” ese mismo día junto a ellos. Aunque lejos de ser un lleno pletórico, fue un evento emotivo en el Bar Calipso, en el que también estuvieron amigos como los Nada Bueno, Tú La Traes y La Mugrosa Ska, compañeros musicales de los que, por supuesto, hablaré en su momento. Ahí comencé a tener más cercanía con algunos integrantes de la banda.

Espero no incomodar a nadie y si alguien se siente incomodado lo discutimos con calma al candor de unas cervezas. ¡“No somos lo que quieres” es el epítome del ska-punk en nuestro Estado! Y esto tiene puntos positivos y también puntos negativos. Hay discos que pudieron llegar al mainstream como “Tiempos Extras” de No Tiene la Vaca, hay discos que en lo personal me influyeron más políticamente como “Ska vs Racismo” de Oveja Negra, pero creo que desde “No somos lo que quieres” fue lanzado, pocos materiales de una banda de ska en Guadalajara han logrado consolidar un producto tan sólido. Un digipack que hasta la fecha se sigue viendo bastante bien, doce canciones bien tocadas, bien grabadas, una masterización más que decente. Un gran producto en general.

Luego hubo una etapa nebulosa, en la que podíamos ver a ver dos grupos de Inadaptados en el escenario. No soy quién para hablar sobre esa etapa, considero que esa parte de la historia son los que la vivieron quienes deben de dar cuenta de ella. Dentro de los puntos positivos de esa etapa era que podíamos ver de manera más frecuente a Los Inadaptados y que también fuimos testigos del surgimiento de Balas 94, banda conformada por Sega y Fer, más el Benjo y el Ceberro de Nada Bueno. Pese a todo, hace algunos años regresó una alineación que se acerca mucho a aquella que se presentaba en el Fondo o el Calipso. ¿Volveremos a ver la alineación de los dos miles? ¿Los volveremos a ver a todos juntos? Creo que solamente ellos lo saben. Por lo tanto, considero que es momento de seguir adelante, escuchar las nuevas canciones y seguir apoyando a esta nueva alineación.

El Kamello, el Piojo y el Sega son incansables. Abrieron la brecha por la que muchos transitamos años después y son una influencia a la que tampoco hemos podido poner en el lugar histórico que le pertenece. Seguro habrá bandas que reclamarán la paternidad del ska-punk en la ciudad y digan “nosotros lo hicimos antes”, habrá bandas más activas, habrá quien venda más discos o quienes hayan alcanzado otros estándares musicales, pero la historia de la escena de Guadalajara puede escribirse en un antes de Inadaptados y después de Inadaptados.

Felicidades por sus primeros 30 años, nos vemos en su aniversario para dejar en el slam lo poco queda de nuestras rodillas y gritar por enésima vez: “somos inadaptados y también los de colores, y gritaremos al sistema sus errores, y bailaremos en la tumba de los opresores”.