Una cajita pintada con tinta japonesa
Nada lo mantenía en calma. Ni siquiera que le enviaran las compras a domicilio. Ni siquiera no salir a la calle. Ni siquiera permanentemente pasarse alcohol en las manos. Ni siquiera ventilar la casa....
Gentrificación: La historia de cuando a mi barrio lo volvieron bonito
Se acabaron los tenis colgados de los alambres desde que a mi barrio lo volvieron bonito. El montón de cables que había por las calles ahora ya no se ven, como tampoco se ven...
Un encuentro pendiente con Marguerite Yourcenar en Petite Plaisance
A mi hija Emilia, en libertad
Llego a Maine con retraso. Debo todavía atravesar la zona boscosa hasta llegar a su casa. Me esperaban después de almorzar, para que viera el jardín en todo su...
Tinta china
En la China hay dragones rojos que bailan alrededor de farolas encendidas. Los príncipes y las princesas obedecen los mandatos de sus padres, los emperadores, que siempre son anticuados, caprichosos y déspotas. Las mucamas...
Muecas de mano
Piedritas en la mano. Apretadas las piedritas. En mano las tenía. A las piedras las juntaba y apretaba. Curitas vendía. Estaban sucias, pude verlas. No le compré: nunca le compro a ninguna gitana. Pero...
Clase de teatro
-Una de las dos historias que hay que contar debe ser real y la otra inventada. Tienen diez minutos, mínimo. ¿Empezás?
“Bueno, primera historia:
-Se remonta a muchos años atrás. Yo estaba en la facultad y...
La corriente
Una anciana baja al pavimento y vuelve a subir a la vereda, sosteniéndose en un Ford Falcon bordó estacionado sobre J. A. Pacheco de Melo (y casi avenida Pueyrredón). El semáforo está descompuesto. Muchos...