El 5 de agosto de 1962 murió Marilyn Monroe, el gran icono femenino de Hollywood, la rubia fatal que cautivó al mundo. A los 36 años de edad, fue encontrada muerta en el dormitorio de su casa de California, por Eunice Murray, su empleada doméstica. En su declaración, esta mujer señaló que un día antes de su muerte, Robert Kennedy visitó a la actriz para pedirle su diario íntimo.
Después de las 4 de la mañana, hora de Los Ángeles, se daba aviso de que la diva yacía muerta en su cama. La causa fue atribuida a un suicidio por ingesta excesiva de barbitúricos y somníferos, medicamentos que tomaba a diario debido a su frágil estado mental. Las especulaciones sobre si su muerte fue un asesinato el trasfondo político han estado presentes desde entonces.
Lo cierto es que Marilyn es una de las grandes leyendas del cine y que su sórdida muerte no logró eclipsar a la imagen de belleza ideal que los reflectores forjaron. Les compartimos este poema del gran poeta nicaragüense Ernesto Cardenal.
Oración por Marilyn Monroe
Señor
recibe a esta muchacha conocida en toda la tierra
con el nombre de Marilyn Monroe
aunque ése no era su verdadero nombre
(pero Tú conoces su verdadero nombre,
el de la huerfanita violada a los 9 años
y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar)
y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje
sin su Agente de Prensa
sin fotógrafos y sin firmar autógrafos
sola como un astronauta frente a la noche espacial.
Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia
(según cuenta el Time)
ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo
y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas.
Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras.
Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno
pero también algo más que eso…
Las cabezas son los admiradores, es claro
(la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz).
Pero el templo no son los estudios de la 20th Century Fox.
El templo – de mármol y oro – es el templo de su cuerpo
en el que está el Hijo del Hombre con un látigo en la mano
expulsando a los mercaderes de la 20th Century Fox
que hicieron de Tu casa de oración una cueva de ladrones.
Señor
en este mundo contaminado de pecados y radiactividad
Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda.
Que como toda empleadita de tienda soñó ser estrella de cine.
Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).
Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos
– El de nuestras propias vidas – Y era un script absurdo.
Perdónale Señor y perdónanos a nosotros
por nuestra 20th Century
por esta Colosal Super-Producción en la que todos hemos trabajado.
Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes.
Para la tristeza de no ser santos se le recomendó el Psicoanálisis.
Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara
y el odio al maquillaje – insistiendo en maquillarse
en cada escena – y cómo se fue haciendo mayor el horror
y mayor la impuntualidad a los estudios.
Como toda empleadita de tienda
soñó ser estrella de cine.
Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra interpreta y archiva.
Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados
que cuando se abren los ojos
se descubre que fue bajo reflectores y apagan los reflectores!
y desmontan las dos paredes del aposento (era un set cinematográfico)
mientras el Director se aleja con su libreta porque la escena ya fue tomada.
O como un viaje en yate, un beso en Singapur, un
baile en Río la recepción en la mansión del Duque
y la Duquesa de Windsor
vistos en la salita del apartamento miserable.
La película terminó sin el beso final.
La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono.
Y los detectives no supieron a quién iba a llamar.
Fue como alguien que ha marcado el número de la única voz amiga
y oye tan sólo la voz de un disco que le dice: WRONG NUMBER
O como alguien que herido por los gangsters
alarga la mano a un teléfono desconectado.
Señor
quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar
y no llamó (y tal vez no era nadie
o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de Los Angeles)
contesta Tú el teléfono!
Ernesto Cardenal (1925) es un sacerdote católico, poeta, político y traductor nicaragüense. Durante su juventud, participó en el fallido golpe de estado en contra del militar Anastasio Somoza García; después de estudiar en México y en Nueva York, practicó la vida monástica hasta 1965, año en el cual tomó los votos sacerdotales. Fue colaborador de Frente Sandinista de Liberación Nacional, y al triunfar la revolución en 1979, fue nombrado Ministro de Cultura de su país.
En 1983, fue increpado por Juan Pablo II durante su visita a Nicaragua por participar en política y por ser seguidor de la Teología de la Liberación. En 1994, se separó del FSLN por diferencias ideológicas con su líder y actual presidente de su país, Daniel Ortega. Su trabajo literario ha sido reconocido con diversos premios internacionales y es uno de los escritores hispanohablantes que suenan cada año para el Premio Nobel de Literatura.