Trompifai

Entre ceja y ceja

yo

entusiasmado

por una damita a la que conturba

mi grandilocuencia

Protagonistas: ¡A mí!

Antagonistas: ¡Conmigo!

*

¡Ah!, pasionado

irrefrenable malo

el físico del rol

¿Brutus

alardea también desde los años

16 y 17?…

*

Me lo presentaste por el seudónimo

en mi tierna infancia

El tono de tu voz nombrándolo

conservo en un disco de pasta

Tu admiración por él

su imagen sin sonido

El humor tuyo y sus bravuconadas

en 1953

Ojo, que está furioso

Papi, rajemos con Carlitos.

*

Carlitos

El que acreditaba existir

antes de ser inventado

da lástima y risa

Empapela el bailarín

seduce el gastronómico

trasnocha el peluquero.

*

“PROOF”

Absorbidos por su cámara

los apuntados por su cámara

revelados

éramos descriptos

ya desligados de su cámara

Asediados por detalles

lucíamos como perros

flores y personas.



“PROOF” (“LA PRUEBA”) de Jocelyn Moorhouse.

*

“THE GOLD RUSH”

Quimera medida en clavitos que saben

a espinas de pejerrey al roquefort

La exploración

de una quimera

A un placer consagratorio

placeres adjuntos

La quimera de la satisfacción

la quimera de la satisfacción del hambre

oro y saciedad

La quimera del Trópico

Quimera medida en cordones de un zapato del Vagabundo

que saben a mostacholes bombásticos con salsa scarparo.

“THE GOLD RUSH” (“LA QUIMERA DEL ORO”) de Charles Chaplin.

*

Súper ocho

Acciones simples:

Robert Redford simula sostener una pared surcada por hormigas

José Wilker simula entrar por la puerta de calle

Toshiro Mifune simula saltar por una ventana ovalada

Lautaro Murúa simula esconderse debajo de una alfombra raída

Max Von Sydow simula probar los endebles sillones

Arturo de Córdoba simula espiar a través de una Trabex

Ugo Tognazzi simula silbar en la amplia cocina

Enrique Serrano simula condimentar zapallitos rellenos con arroz

Jean Paul Belmondo simula abrir cuidadosamente el botiquín

Ubaldo Martínez simula secar los deslucidos azulejos

Laurence Olivier simula barrer el garaje

José Sacristán simula rezar contrito en el jardín

Klaus María Brandawer simula dormir en la azotea

al concluir la larga morosa intrusiva última toma

de mi último moroso simulado más logrado filme de paso reducido.

*

“PASSIONE D’AMORE”

Amo a Fosca

amo esa magnitud

del amor de Fosca

por mí

Es un amor el mío

por Fosca

Es un amor el mío

de magnitud

por ese amor de Fosca

por mí. 

“PASSIONE D’AMORE” (“PASIÓN DE AMOR”) de Ettore Scola.

*

“MOROCCO”

Así es como abandona sus zapatos en las arenas del desierto

así es como esparce las perlas del solterón más codiciado

así es como aloja sus labios en público

en los de una casquivana mujercita

así es como desliza las llaves de su cuarto al legionario

así es como rompe una tarjeta o una copa

y como canta o fuma o vende sus manzanas

así es

y no de otro modo

como el deseo se apantalla.


“MOROCCO” (“MARRUECOS”) de Josef von Sternberg.

*

Sofía & Marcello

Marcello cabecea huevitos de codorniz

Sofía contempla con una lágrima los zapatos vacíos

y sortea sus besos presos cada fin de semana

Marcello la confunde con la cruda Parca

Sofía se rapa musitando unos nombres

Marcello putañero apostrofa en calabrés

dentro del suntuoso vestidor del piso de Sofía

Viuda sofocada

se carga Sofía

a un carabinero

Hurta y come Marcello las asimétricas croquetas

de las bandejas de un rey de mentirijillas

e insemina para la eternidad en millones de copias

a la cuantiosa Sofía de una única noche apasionada.

*

“LA MUJER DE BENJAMÍN”

No sé yo mucho, pero sé qué me pasa

Sé qué me pasa a solas, y con él

Es con él lo que me pasa a solas

Poco sé

pero sé que es un hombre

Sé más acaso ahora

que lo que siempre he sabido

y más

malignamente

Poco sé

pero sé que es un cura.


“LA MUJER DE BENJAMÍN” de Carlos Carrera.

*

“LES NUITS FAUVES”

Rondo los pechos y el sentido

último de la claudicación

cuando se ciernen debajo de los puentes

y fagocitan

los cascarudos astillados.

“LES NUITS FAUVES” (“NOCHES SALVAJES”) de Cyril Collard.

*

Mi corazón a las estrellas

Cuando Pola Negri me abandona en 1928

cuando Ava Gardner me patea en 1937

cuando Tilda Thamar y Ana María Pierángeli

después de jornadas tan intensas (y extensas)

me desestiman en 1949

cuando Leslie Caron me aleja (según insiste, por mi bien) en 1960

cuando Romy Schneider me repudia en 1972 acusándome

de competencia fortuita

cuando Isabelle Huppert y Hanna Schygulla me descuidan

en 1984

yo quedo resentido

una y otra vez no aprendo

nunca aprendo

tanto o más vulnerable que en 1903

cuando lo de Sarah Bernhardt

abierto mi corazón a las estrellas

crudo exponente porteño

asistiendo conturbado junto a Boris Karloff

fuera de foco y en función fantasmal

en el postrimero cinematógrafo de mi barrio

a la caída en la cascada de La novia de Frankenstein.

*

“CARAVAGGIO”

Recuerdo ojos

recuerdo también lo que en cuevas escondí:

ojos

tan bellos como

cuando vivían

Dementes cuidan signos de mi brusquedad

Poso con alas

y pene en puerto.

“CARAVAGGIO” (“CARAVAGGIO, UN PINTOR AMORAL”) de Derek Jarman.

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