No tengo ningún empacho en decir que Oveja Negra es la banda tapatía de ska-punk que más me ha influenciado. En sus canciones ellos decían lo que yo quería decir y tocaban como de más joven me hubiera gustado tocar. Discursivamente son implacables, tienen canciones contra el abuso policial, canciones de apoyo a las manifestaciones de los globalifóbicos, canciones de apoyo al zapatismo, en contra del racismo, contra la tauromaquia y contra los políticos profesionales. Tampoco tengo empacho en decir que fueron una gran influencia en la primera etapa de No Hay Fianza, de hecho, nosotros hicimos una canción que se llamaba “ska vs el racismo” influenciados en parte por ellos.
El Beto y el Nacho se han convertido en pilares de la escena más allá de lo estatal, he conocido gente de otros estados que cuando les preguntó sobre el ska-punk de Guadalajara reconocen inmediatamente a la Oveja Negra. Es probable que tengan el logotipo más reconocido de la escena y he llegado a ver camisas suyas hasta en el tianguis del Chopo de la Ciudad de México. Oveja Negra ha contado con la participación de muchos músicos importantes en sus diferentes alienaciones, un pequeño listado de algunos de los que han pasado por ahí: el Rober de No Más, el Toby de los Glotons, Milton Castellanos de Gritos de Rabia y los Garjagos (hoy los Gargas), el Piojo de Inadaptados (actual vocalista de la banda) y por supuesto el Rica (a quien recordaremos más adelante). Pido una disculpa si he dejado a alguien fuera de este listado.
Considero que vale la pena recordar la primera vez que entré en contacto con ellos. Para el año 2004, la concepción sobre el uso de las redes sociales no es como lo es ahora, no recuerdo cómo, ni por cuál vía, pero entré en contacto con ellos. Aún no existía No Hay Fianza, yo aún tocaba en los proyectos anteriores, pero decidí organizar un evento en el extinto Patio de Santa Mónica, en un trato que no se podía rechazar tendríamos a la Oveja Negra, pero también tocarían los Gargajos (aún no se cambiaban el nombre), un gran dos por uno.
Cuando llegaron los integrantes de Oveja Negra (ese día iban Beto, Nacho, Toby, Hugo y Miltón), me informaron que Los Gargajos no podrían tocar, pero que habían traído un grupo igual de chingón, y en otro gran dos por uno, ese día conocí a Milton Castellanos y a los Caminando y Meando. No es por exagerar, pero ese día habíamos metido más de 200 personas. A pesar de que hubo una pelea a la mitad del concierto, tanto el dueño del lugar, como las bandas quedaron satisfechas. Pronto comenzaríamos a tocar más seguido. Ese día fue mi ingreso formal a la escena ska-punk de la ciudad.
Ya con No Hay Fianza tuvieron detalles muy buenos con nosotros, nos invitaron a tocar en un festival que se llamó “Volaron las Botas”. Después de eso tocamos muchas veces juntos, ellos ya eran muy reconocidos y nosotros abríamos algunos de sus eventos. Veníamos de una generación que aspiraba a los lugares que ellos tenían en cartelera. Nunca tuvimos la oportunidad de llevarlos a nuestros aniversarios o de traerlos a Atemajac del Valle; con el paso del tiempo ya me los encontraba más en las fiestas que en los conciertos.
En sus más de 25 años, la Oveja Negra ha grabado tres materiales, y al momento de escribir esto ya estará en redes sociales algunas canciones que darán forma a su nuevo disco, entre ellas su primer sencillo: “Pésimo Circo”. El primero de estos materiales tengo entendido que se llamaba simplemente “Oveja Negra”, pero muchos lo conocíamos como “el casete” y algunas fuentes ponen al año 1999 como su año de publicación.
Cómo olvidar el ya clásico: “Si llaman a la puerta de su casa y le preguntan qué casete escucha, diga siempre la verdad, y si dice Oveja Negra, gracias por escucharnos”; así comenzaba el legendario primer material de la banda de ska-punk tapatía Oveja Negra. Ese material estaba compuesto por 11 canciones (incluida una versión de “Es un crimen” Eskorbuto) cortas, rapidísimas y crudas. Esa voz tan característica, aguda y simpática, era nada más y nada menos que del primer vocalista de la banda: el Rica.
Hablar del Rica es hablar de una leyenda de la escena. Rica falleció en el año 2019. Él era amable y humilde, lo podías ver en el concierto más under en la colonia más recóndita y siempre estaba sonriente, dispuesto a echar una buena plática. En estos 30 años de escena en Guadalajara es evidente que hay muchos personajes que son respetados por su trayectoria, pero considero que pocas personas han tenido el respeto unánime de la escena como el Rica. No conozco a alguien que tenga un mal recuerdo de él. Fue chingón haber coincidido con él.
Del Casete a su segundo material, la Oveja Negra musicalmente dio un salto enorme. Ska vs Racismo es un gran disco. Salió en el año 2007 y no miento cuando digo que es el disco de una banda local que más escucho, por lo menos una vez al día “Cirilo” o “La misma traición” salen en mis listados de Spotify.
A Ska vs Racismo lo pongo al nivel de otros grandes materiales ya no sólo de ska-punk, sino de la música rebelde del estado al nivel de “Dignidad y rebeldía” de Fallas del Sistema o “Legado familiar” de los Monjo. A diferencia del Casete, Ska vs Racismo contaba con una filosa sección de metales. Las canciones seguían siendo directas y rápidas, pero mucho mejor producidas y ejecutadas. No sólo pusieron una tendencia en la forma de tocar en Guadalajara, su influencia puede verse inmediatamente en bandas como la Minerva o No Hay Fianza, o en bandas más actuales como la Orkesta Etilika, sino que el propio estándar del diseño gráfico aumento (a la postre muchos de la escena queríamos trabajar con quien había hecho el diseño gráfico de su disco).
Los de Hoy se lanzó en el año 2015 y es el disco que menos he escuchado de ellos. No quiero que se malinterprete lo que digo, es un buen material, pero creo que la espera por un nuevo disco había sido tanta que considero no alcanzó a satisfacer las altas expectativas que muchos de sus escuchas esperábamos. Aquí ya no estaban los filosos esquemas sonoros de las trompetas y los arreglos volvían hacerse con la guitarra, como en el primer disco, pero mucho mejor producido. También hay una tendencia más al punk rock ibérico que al ska-punk que venían haciendo: we are the creatures, oi, oi, oi.
A modo de cierre, creo que nadie en la escena puede regatear la importancia de Oveja Negra para la escena ska-punk nacional. Por eso quiero terminar el libro, para que historias como estas puedan llevarse a otras latitudes y se reconozca la importancia de la escena de Guadalajara a nivel nacional e internacional. Asimismo, espero con ansias su nuevo material. No espero que repitan Ska vs Racismo, porque ellos han crecido como personas y músicos, pero escucharé con calma la nueva música; así también espero verlos pronto en los escenarios (de hecho, el otro día salió una propuesta de que para su próxima gira yo vaya con ellos para registrar de manera escrita la experiencia). Al Piojo, al Nacho y al Beto, les mando un fuerte abrazo. Ojalá sigan haciendo música rebelde por mucho más tiempo. Usted querido lector, recuerde esto: “Si llaman a la puerta de su casa y le preguntan qué columna lee, diga siempre la verdad, y si dice Música para la Resistencia, gracias por leernos”.
Imágenes compartidas por Oscar Ramón López Carrillo