La escena ska-punk de Guadalajara ha cumplido 30 años. En estas tres décadas han existido un considerable número de bandas, es imposible dar cuenta de todas ellas. Algunas de las bandas canónicas, aquellas que pusieron la piedra del sendero por el que transitamos, siguen tocando hasta la fecha, como la Oveja Negra o No Tiene La Vaca; algunos proyectos de segunda generación han parado o se han desintegrado, como Misterio A La Orden, The Donatellos, La Proleska o No Hay Fianza; sin embargo, y a razón de la verdad, a partir del año 2013 el número de bandas nuevas ha disminuido considerablemente. Claro que hay bandas nuevas como Más Allá Del Odio (M.A.D.O), Los Skara de Perro o la Congestión Alkoholika, de la cuales tendremos que hablar en su momento, pero la última banda que ha tenido repercusión en la escena local ha sido La Orkesta Etilika.
A tono irónico, he decidido poner como subtítulo a esta entrada “¡El futuro es hoy! ¿Oíste, viejo?”, esta una de las frases más características de la serie de televisión Malcolm el de en medio; después de un aguerrido partido de basketball entre Hal y sus tres hijos, estos al final logran derrotar a su padre y en un acto parricida, en término freudianos, Dewie grita esa frase a los cuatro vientos. La Orkesta Etilika grita lo mismo y nos dice a todos los que formamos parte de la escena que el momento de ellos ha llegado. La banda nos mira directamente a los viejos y nos dice: el momento es de nosotros.
Durante el 13avo Chemofest tuve la oportunidad de platicar con Cossío, vocalista y miembro fundador de la Orkesta Etilika. Él me contó del origen de la banda, me dijo como un día se reunió con el decano de la escena Renato Contreras (Fujimori) para hacer un nuevo grupo, dado que meses atrás No Somos Santos se había desintegrado. Originalmente habían planeado tocar surf, dado que era el ritmo que a Fuji más se le facilitaba, pero al final el río desembocó en el mar del ska-punk. En esa primera instancia estaban en la banda Dave Páramos en la guitarra (hoy en M.A.D.O.), Japo en el bajo (ex No Somos Santos), Chespi (Congestión Alkoholika), Elian (La Minerva), Sorpre en la voz, más los dos antes nombrados.

Poco a poco, la banda comenzó a llamar la atención, pasaron de tocar en fiestas y reuniones a formar parte medular de la escena de la ciudad. Así también fue imposible ignorar los cambios de integrantes que había al seno de la misma. Un día dejamos de ver a Fuji en los tambores, un accidente cardiovascular lo llevaría a un abrupto retiro, pero el nuevo fichaje tenía un palmarés similar al de comandante Renato Contreras, hablamos nada más y nada menos que Flaminio Monroy, ex baterista de Los Gargas. Un día ya no vimos a Dave Páramos con ellos en el escenario. El simpático corista conocido como el Sorpre dejó de hacer su característico performance y el Chuper, vocalista de la banda de surf los Golden Calavera, tomó su lugar. Tampoco estaba Elian, ahora la Vaquita en la trompeta y Ángel en el saxofón conformaban su sección de metales. Prácticamente era otra banda y su sonido se había reformulado. Si antes sonaban interesante, ahora sonaban a algo, habían encontrado una propuesta musical.
Vaquita: llegué porque el Cossío me mandó un mensaje invitándome a la Orkesta, yo vivía en Ciudad Guzmán porque me dediqué a la maternidad, (…) le comenté que no tenía mucho tiempo y que vivía fuera de Guadalajara, él me dijo que no había pedo y que me podía llevar a la niña, (…) y hasta ahorita voy a los ensayos con todo y la Nairobi [su hija]…
En ese mismo sentido, creo que La Orkesta Etilika tiene bien clara su propuesta discursiva. Aunque es una banda que no duda en tomar el escenario para hacer evidentes los problemas de la sociedad jalisciense, como el problema de la violencia o la crisis humanitaria en materia de personas desaparecidas, dicho por los propios integrantes de la banda, ahora el mensaje es mucho más abierto con la intención de llegar a un público mucho más amplio.
Cossío: Con la Orkesta decidimos abrirnos a más público, hablar menos de política, y que las canciones hablaran más de fiesta, diversión y cositas así, (…) así ha funcionado la cuestión con la banda, siempre quisimos tocar para familias y niños, y aunque seguimos tocando en eventos muy under, como cocheras y fiestas, también nos han invitado a conciertos organizados por el gobierno, (…) lo hemos visto como una cuestión más profesional.

He visto a la Orkesta Etilika muchas veces en los últimos meses, pero me gustaría quedarme con la presentación que ofrecieron en el 30 aniversario de los Inadaptados en el Foro Independencia. Las ventajas de un sonido bien ecualizado y una consensuada preparación fueron la mezcla perfecta para una excelente presentación. Aunando eso, nos brindaron uno de los momentos más emotivos de la noche cuando Jeovas, el legendario vocalista de Walking and Meando, se subió con ellos a cantar una canción. Cuando se bajaron los felicité por el gran concierto que habían dado.
Aunque existen experiencias de bandas que han contado con integrantes muy talentosos musicalmente, la primera experiencia de una súper banda en la ciudad de Guadalajara se tuvo con Balas 94, conformada por ex integrantes de Inadaptados y de Nada Bueno. Guardando las dimensiones, puedo decir que La Orkesta Etilika entra en la misma categoría, desde su origen ha contado con integrantes provenientes de diferentes agrupaciones de la ciudad. Y eso los introduce en un gran dilema, incluso paradójico, dado que la última gran banda de Guadalajara está integrada por participantes de la escena que han estado aquí cuando menos una década. Con diferencia el más chiquillo de todos sus integrantes y exintegrantes es Elian, quien era menor de edad cuando llegó a la banda. Entonces, si el futuro es hoy: ¿dónde están los jóvenes? ¿Dónde están los nuevos participantes que sostendrán la escena cuando la Orkesta Etilika ya no esté aquí? Cabrones, cuiden bien a la Orkesta Etilika, que cuando ellos decidan parar apagaremos las luces y cerraremos la puerta de la escena de eso que llaman escena ska-punk.
Imágenes compartidas por Oscar Ramón López Carrillo.