Francisco Toledo, nació en Juchitlán, Oaxaca en 1940. Fue un artista multifacético, convertido en un referente esencial en la historia del arte contemporáneo en México y en el mundo. Técnicas como la acuarela, el óleo, el fresco, la cerámica, el grabado, diseño de tapices, entre otros; donde buscó siempre innovar en dichas técnicas creado un estilo propio en el que fincó una escuela.
Más allá de su talento artístico, también se caracterizó por ser defensor de sus orígenes indígenas, activista y defensor del patrimonio artístico de su estado. Desde muy pequeño demostró su talento innato y su genuina habilidad para el dibujo. Toledo comenzó sus estudios superiores en la Ciudad de México, no obstante, se especializó, trabajando en el taller de Stanley Harter en París, donde vivió varios años y comenzó a adquirir fama internacional por su estilo particular.
Muchos son los premios y los lugares donde la obra de Francisco Toledo impactó y se proyectó a lo largo de los años. Murió el pasado 05 de Septiembre del presente año. Intentar hacer el recorrido por su estética es un viaje apasionante. Los colores que solía utilizar son una característica que trasciende el tiempo y el espacio y que mantienen en alto la peculiaridad de la naturaleza oaxaqueña, que es alucinante.
Cuando Toledo regresó a México, su influencia Europea era evidente, con artistas como Alberto Durero, Paul Klee y Marc Chagall, aunque su profunda influencia se sostiene desde los códices prehispánicos, depurando su técnica con la misma certeza con la que sus piezas se pasearon por el mundo entero, exponiendo su trabajo de norte a sur y de este a oeste, mundialmente.
En la ciudad de Oaxaca se volvió un pilar y un promotor cultural impulsando proyectos como el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca. También creo el taller de papel de materiales orgánicos que llamó ETLA, cerca de la capital Oaxaqueña. Esto dió empleo a muchas personas y familias del estado de Oaxaca. En la capital creó un cine club llamado El pochote, caracterizado por que sus muros están recubiertos de bajo relieve. Como activista logró recuperar espacios públicos, luchó por las reservas naturales, por mantener los códigos culturales autónomos de su ciudad, siendo una fuente de inspiranción para generaciones jóvenes inmersas en el mundo del arte en México. A unos días de su muerte, la obra de Francisco Toledo sigue generando inspiración y son un punto clave para entender la historia del arte mexicano contemporáneo.