Ennio Morricone, el compositor italiano que falleció el pasado lunes a los 91 años, ha pasado a la historia del cine como uno de los más grandes compositores, con más de 500 piezas musicales, donde muchas de estas se han convertido en unas de las bandas sonoras más aclamadas del séptimo arte.
Como muchos quizá ya han leído, el compositor dejó una conmovedora carta a modo de despedida en la que escribió:
«Yo, Ennio Morricone, he muerto. Lo anuncio así a todos los amigos que siempre me fueron cercanos y también a esos un poco lejanos que despido con gran afecto». El aclamado músico expresa su profundo agradecimiento a las personas que lo acompañaron durante su vida, tanto familiares y amigos, entre ellos, el director Giuseppe Tornatore, para quien trabajó en todas sus películas, y a su esposa, Roberta Pacetti. «Es imposible nombrarlos a todos… Solo hay una razón que me impulsa a saludar así a todos y a celebrar un funeral en privado: no quiero molestar«. (BBC, 2020)
Retomamos el recuento de Emilio Contreras sobre algunas de sus bandas sonoras más emblemáticas, acompañado de notas de diversos textos, entre los que destaca el de Juan Francisco Álvarez sobre el trabajo en común entre Morricone y Sergio de Leone.
Arrancamos con algunas que recordarán muy bien, en ese trabajo a dueto con Sergio de Leone, una dupla a la que los une una historia de vida desde la infancia, así como una influencia directa en su profesión por parte de sus padres.
«Barrio del Trastevere, Roma, Italia. Finales de los 30. Ennio Morricone, el hijo mayor del trompetista de jazz Mario Morricone y Lobera Ridolfi, juega en la calle con su amigo y compañero de clase Sergio Leone, hijo de Vincenzo Leone (director del cine mudo que utiliza el seudónimo de Roberto Roberti) y de Bice Valerian. Ambos nacidos en Roma con pocos días de diferencia, uno el 10 de noviembre de 1928 y el otro el 3 de enero de 1929″. (Álvarez, s/f)
1964: Por un puñado de dólares de Sergio Leone
En esta cinta, Morricone comienza a hacer uso de los toques musicales que le harán famoso. A partir de esta composición es que es que empieza a ser conocido como «el hombre del silbido», así como a recibir atención y múltiples ofertas de trabajo.
1965: Por unos dólares más de Sergio Leone
El éxito de Por un puñado de dólares permitió que Morricone y Leone comenzaran un nuevo proyecto que a modo de continuación se llamó La muerte tenía un precio. Junto con El bueno, el feo y el malo formarían parte de la primera trilogía de Leone, la denominada por muchos como la trilogía de los dólares.
«En esta segunda colaboración ya se puso en marcha la forma de trabajar que tantos comentarios ha creado al respecto y que consiste en que el maestro Morricone componía antes de que se empezase a rodar la película, más de dos tercios de la música que se iba a utilizar en el montaje de la misma. Ello permitía a Leone trabajar en el rodaje con la música que luego acompañaría a las imágenes, de fondo. Algo muy discutido durante mucho tiempo, pero que los resultados son bien visibles y productivos. Sin duda, el mayor mérito de esta forma de trabajar es del propio Morricone, quien desde entonces elabora unos temas segmentados que permiten así ser recortados o empalmados en función de la duración de las escenas y que encajan con tal precisión milimétrica que también le han valido a Morricone el apodo de “el hombre de la sincronización y el cronómetro”. En las sesiones de grabación Morricone cuida hasta la décima de segundo sus temas y su exigencia es tal que provoca las iras de los instrumentistas al verse obligados más de una vez a repetir los temas hasta cuadrarlos con las imágenes.
En esta película la música asume un papel narrativo y simbólico. Morricone asocia el sonido de diferentes instrumentos a los personajes del film. Así la flauta se asocia al Manco, el birimbao a Mortimer, el carillón de un reloj de bolsillo al Indio. También aparece en esta banda sonora la introducción de voces masculinas al unísono, además del birimbao ya comentado y de la guitarra clásica y la eléctrica. La música juega un papel muy importante en el film y está presente en casi todas las escenas. Cuenta con dos temas principales, Per qualche dollaro in piu y El ajuste de cuentas, así como de otros que merece destacar: El vicio de matar y Adiós coronel». (Álvarez, s/f)
1966: El bueno, el malo y el feo de Sergio Leone
«Con El bueno, el feo y el malo, Leone-Morricone cierran la trilogía de los dólares y lo hacen por todo lo alto. La cantidad de música compuesta para esta ocasión sigue siendo muy copiosa y ello hace que los temas sean de larga duración e incluso la música funcional de la película también es esta vez más abundante. El tema principal, del mismo título que el filme, de dos minutos y treinta y nueve segundos de duración, presenta una estructura segmentada que permite al compositor insertarlo en otras escenas con duraciones más cortas y otras veces con duraciones más largas.
Los instrumentos utilizados en esta tercera colaboración son más pobres: flauta dulce, ocarina, un instrumento de terracota que imita el sonido de una tórtola, voces masculinas, aullidos y nuevamente el silbido humano. Repite silbido humano como también repite la introducción de sonidos de la realidad que se ha filmado, así los disparos, sonidos de percusión metálica, etc. están presentes. Además del tema principal, el tema Il forte (más bien atmosférico) y el tema de El trielo, sobresale por encima de estos, L’extasi dell’oro con una inspiradísima Edda Dell’Orso que conduce al tema hacía una explosión musical apoteósica que incluso llega a estar muy por encima de las imágenes de Leone». (Álvarez, s/f)
1966: La batalla de Argel de Gillo Pontecorvo
1968: Teorema de Pier Paolo Pasolini
1968: Érase una vez en el Oeste (o Hasta que llegó su hora, en España) de Sergio Leone
En 1968 Morricone y Leone inician lo que a la postre sería una nueva trilogía, conocida esta vez como la trilogía de América, pues en las tres películas el denominador común es América en tres etapas bien distintas de su historia: Hasta que llegó su hora, ¡Agáchate maldito! y Érase una vez en América.
1969: El clan de los sicilianos de Henri Verneuil
1970: El pájaro de las plumas de cristal de Dario Argento
1971: ¡Agáchate, maldito! de Sergio Leone
1971: El Decamerón de Pier Paolo Pasolini
1971: La clase obrera va al paraíso de Elio Petri
1971: Sacco y Vanzetti de Guiliano Montaldo
1974: Pánico en la ciudad de Henri Verneuil
1975: Saló o los 120 días de Sodoma de Pier Paolo Pasolini
1976: Novecento de Bernardo Bertolucci
1978: Días del cielo de Terrence Malick
1978: La jaula de las locas de Edouard Molinaro
1981: El profesional de Georges Lautner
1984: Érase una vez en América de Sergio Leone
En esta ocasión Morricone utilizó música que compuso para una película de Zeffirelli y que finalmente se resolvió con otras colaboraciones. Además también se sirve de la canción Amapola de J. M. Lacalle y A. Gamse, que estaba de moda en los años 20 y que la introduce a nivel interno en el comentario musical. Este trabajo se convirtió en el más maduro y elaborado de todos los de la colaboración entre ambos. (Álvarez, s/f)
Este sería el último filme que realizarían en colaboración, pues la muerte de Sergio impediría que siguieran haciéndolo. Morricone le recordó con estas palabras que nosotros también queremos hacer nuestras como conclusión de este trabajo: ”Realizaba sus películas de una forma muy responsable y creativa. Mi mayor pesar es que no siga vivo. No sé hasta donde hubiera llegado. Es una gran perdida, no sólo para el cine italiano, sino para el cine mundial”.
1986: La misión de Roland Joffé
Una composición combina corales litúrgicas, tambores nativos y guitarras españolas, mostrando una riquísima diversidad en la misma pieza. Esta película fue dirigida en 1986 por Roland Joffé, con Robert de Niro y Jeremy Irons como protagonistas. Si hay que quedarse con un movimiento, Falls (Cascadas) es uno de los más impresionantes de toda la obra de Morricone. (Suárez, 2020)
1987: Los intocables de Brian de Palma
1987: Frenético de Roman Polanski
1989: Cinema Paradiso de Giuseppe Tornatore
A 30 años del estreno de Cinema Paradiso
El 17 de noviembre de 1988 se estrenó una película que en sí misma es un homenaje a la historia del cine: Cinema Paradiso. #CinemaParadiso #30aniversario
Posted by Vagabunda Mx on Saturday, November 17, 2018
Una de las cintas más emotivas sobre la historia del cine, donde a través de la vida de Toto, Tornatore retrata lo que durante años representó el cine para la sociedad: el eje sobre el que giraba la distracción que aglutinaba a todas las clases sociales. En esta banda sonora, Morricone transcribe a la perfección la sensación que el filme quiere realzar: la nostalgia. Como ya vimos en su carta de despedida, Morricone se despide con especial afecto de Giuseppe Tornatore, quien fuera uno de sus grandes amigos.
1989: ¡Átame! de Pedro Almodóvar
1989: Pecados de guerra de Brian de Palma
1991: Bugsy de Barry Levinson
1992: La ciudad de la alegría de Roland Joffé
1998: La leyenda del pianista en el océano de Giuseppe Tornatore
2000: Vatel de Roland Joffé
2000: Malena de Giuseppe Tornatore
«El momento en que Monica Bellucci llega al pueblo y los chavales contemplan boquiabiertos desde el malecón sus andares sensuales, es uno de los más brillantes de las últimas décadas del cine. Todo ello acompañado de la música de Morricone, claro. Cada vez que Malena sale a pasear en esta historia de Tornatore ambientaba en Sicilia en la Segunda Guerra Mundial, es un espectáculo digno de ver y oír. Por esta banda sonora, Morricone fue nominado al Oscar». (Suárez, 2020)
2000: Misión a Marte de Brian de Palma
2015: Los ocho más odiados de Quentin Tarantino
Bibliografía
Álvarez, J. (s/f). Ennio Morricone y Sergio de Leone.
BBC. (2020). Muere Ennio Morricone: la emotica carta que el compositor italianos dejó a modo de despedida.
Contreras, E. (2020). De Leone a Pasolini y de Tarantino a Bertolucci: las bandas sonoras que definieron a Ennio Morricone, en biobiochile.cl
Suárez, C. (2020). Mis diez momentos favoritos con Ennio Morricone, en Telva.