En punto de las diez de la noche y los ingleses de Hot Chip no se hicieron esperar. Al ser primero de noviembre, todos los integrantes salieron al escenario con sus rostros maquillados de calaveritas. Una fusión entre la tradición mexicana y los colores presentados en la portada de su nuevo disco. Desde ahí prometían una noche divertida y de baile sin parar.

El lugar no estuvo lleno a reventar, sin embargo, el público que estaba ahí, era el que tenía que estar, porque sus seguidores se hicieron notar con cada canción a lo largo del concierto porque se habían dado cita ahí, entonces la atmósfera se percibía totalmente agradable, el disfrute iba de lado a lado en el BMLS Showcenter.

Foto: Lucía Ges

Los ingleses no dejaron de bailar, reflejaban ese disfrute y esa química con la gente en conexión total. Se sentía que el público tapatío extrañaba a la banda, pues ya era mucho el tiempo que tenían sin visitar nuestras tierras. La gente no dejó de bailar, levantaban las manos, cantando una a una todas las rolas. Desde los viejos éxitos que se dieron lugar esa noche hasta la agradable sorpresa que es su nuevo disco, tan fresco, tan divertido, tan Hot Chip.

Foto: Lucía Ges

Sin duda fue una noche eufórica, las luces al ritmo de la música transformaron el salón y la banda no dejó de sonreír, de bailar. Hot Chip sedujo con su concepto, con tanta frescura, se ve que disfrutan lo que hacen y la conexión que mantienen con el público se convierte en una firma que los hace ser una banda única.

Foto: Lucía Ges

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