A mediados del siglo XIX surgió el fenómeno denominado como la fiebre del oro, tras el descubrimiento de unas pepitas del preciado metal en los ríos cercanos a la aldea de Coloma, California.
Lo anterior llevó a muchas personas a poblar esas zonas con la idea de conseguir fortuna. De allí que surgieran pueblos como Bodie, dentro del distrito de minero de Mono Country, que se creó en 1860. Se encuentra al este de la Sierra Nevada y de Yosemite.
Lo que inició con unos 20 mineros, creció hasta llegar a tener casi 3.000 personas en 1880. La prosperidad de Bodie durante de la década de 1870 fue tal, que se abrieron salones, salas de juego, cervecerías, e incluso tuvo un barrio rojo, conocido como el “Callejón de la Virgen”. Para entonces, la ciudad de Bodie era un hervidero que mezclaba familias que querían prosperar, con ladrones, pistoleros y prostitutas. Era una práctica habitual entre los mineros, que al acabar sus duras jornadas acudieran a bares, salones y burdeles del barrio rojo a gastar sus rápidos ingresos. De tal manera que hubo un momento en el que se habían abierto en el pueblo 65 salones. (Viaje Costa Oeste, s/f)
La bonanza duró poco y para fines del siglo XIX Bodie estaba en problemas. La gente se había marchado, dejando medio vacío el pueblo. La caída fue imparable y el pueblo quedó convertido en un eco fantasma de tiempo mejores.
Lo que queda hoy en día de «Bodie» se encuentra en estado de «decadencia detenida», ya que es parte de la política de los parque estatales de California, quien se hizo cargo del poblado en 1962 para convertirlo en un Parque Histórico Estatal.