Nuevamente les transmitimos la cobertura de Vagabunda del 47 Festival Internacional Cervantino (FIC) desde la ciudad de Guanajuato capital. En este ocasión la temática del Festival gira en torno al tema de las migraciones y tiene como estados invitados a Canadá y el Estado de Guerrero. A continuación extiendo una breve reflexión del FIC en el contexto de la migración, la cultura del Estado de Guanajuato y la historia del Festival.
Brevísima historia del Festival Cervantino
Como es ya un lugar común el Festival Cervantino surgió a partir del Teatro Universitario de la Universidad de Guanajuato (UG) desde la década de los años cincuenta a cargo del maestro Enrique Ruelas Espinoza. De la puesta en escena de los Entremeses de Miguel de Cervantes en una de las plazas públicas de la ciudad de Guanajuato llamada San Roque se escaló el proyecto hasta construir un festival cultural que a la fecha es uno de los más grandes y conocidos de América Latina.
En la década de los años se le presentó el proyecto del primer Festival Cervantino a Carmen Romano de Portillo que, como es del dominio público, gustaba de entrometerse en las políticas culturales del Estado mexicano amparada por el nepotismo del que gozaba al ser su marido el primer magistrado de la nación. A partir de ese doloroso nacimiento en 1972 el festival comenzó sus andanzas atravesando cuatro décadas, casi cinco, en las que se han presentado artistas de talla internacional entre los que se destacan orquestas filarmónicas de diferentes países, el Ballet Bolshoi de Moscú, muchos otros artistas. A título personal he tenido la fortuna de apreciar eventos de Peter Greenaway, Laurie Andersen, Philip Glass, Yamato Drumers, Café Tacuba y Molotov.
Durante 47 años el Festival ha reunido en sus posibilidades y medios lo más selecto e interesante del arte y la cultura global sobreviviendo a crisis, problemas sociales, y administraciones federales, estatales y municipales. En este 2019 y ante los recortes a la cultura celebremos que el Festival Internacional Cervantino sigue vivo.
Cervantino, industrial cultural y sociedad
No obstante, el FIC (el Cervantino como se le dice coloquialmente) también tuvo otro motivación más allá del fomento a la cultura y que como nos comenta Isauro Rionda, antiguo cronista de la ciudad de Guanajuato, consistió en darle vida –literalmente- a la ciudad; hay que señalar que la ciudad cuna del Cervantino históricamente ha vivido de la minería y ha sufrido por y con el agua.
Estos dos factores (agua y minería) contribuyeron a que a mediados del siglo XX la ciudad de Guanajuato llegase a estar casi desierta. El FIC fue pensado desde sus orígenes como una herramienta de promoción turística y en ese sentido una de sus caras negativas es el fomento la sobreoferta turística, las hordas de visitantes que se alcoholizan y finalmente la gentrificación que en los últimos años se ha intensificado.
A riesgo de parecer contradictorio es preciso señalar que otra faceta que el FIC ha mostrado es el de socializar la cultura y el arte. Pese a que varios de sus eventos presentan precios privativos para los ciudadanos el Cervantino siempre ha ofrecido eventos públicos –conciertos, teatro de calle, exposiciones artísticas e históricas- con un carácter gratuito. Este aspecto ha generado que el festival sea parte del tejido social de los guanajuatenses y en consecuencia se podría decir que el público de esta ciudad se ha formado, crecido y madurado junto con el FIC.
En los últimos años el Festival Cervantino ha desarrollado el proyecto FIC social con el que ha intentado difundir a un público más amplio parte de la programación en diversas ciudades de la República y del Estado de Guanajuato, le recomiendo al lector que visité la página del FIC y averigüe si en su localidad se presentará alguno de estos espectáculos.
Es posible decir muchas cosas más del Festival Internacional Cervantino pero lo importantes es vivirlo y experimentarlo para aquél que gusta del arte y la cultura.