Austin TV

Estoy seguro de que Emmanuel, uno de mis mejores amigos, aún no dimensiona el pedazo de regalo que me hizo el año pasado. En la vida nunca di crédito a que las personas se rieran leyendo. Desde la lavandería hasta la ventana de algún hotel he ido enmudeciendo a carcajadas, leo alrededor de cuatro o cinco páginas por ocasión, pues decidí hacerlo en soledad y total calma. La última vez que pude disfrutar de un par de páginas del “Canción de tumba” de Julián Herbert fue en los Estudios Noviembre de la Ciudad de México durante la grabación del nuevo álbum de Austin TV

Aunque al final de este día despertaré, comencé a deambular por la sala de instrumentos con la seguridad de un personaje ficticio en un sueño. Sorteando el cableado y descartando de mi mente preguntas intrascendentes, quede inmóvil y frente a mi, sobre el buró una de las cinco máscaras. Me predispuse a una sacudida hípnica la cual no sucedió y solo se limitó a un erizado de piel, desde luego no me atreví a tocarla, no como un acto de buena educación, sino por un miedo casi supersticioso porque de su poder estoy seguro pero solo en sentido figurado, no estaba listo para seguir provocando a la realidad, no un día así, tan alienante pero finalmente verídico. 

Llegué a escuchar a una guitarra hablar ¡lo juro! no propiamente en un tono fúnebre o fantasmagórico aunque el hecho de que sucediera si me lo pareció, fue más como un susurro amable que decía “por siempre” en la grabación de la melodía con nombre provisional “la 3”. Para recobrar un poco de cordura trate de recordar la respuesta a mi propia pregunta, Austin tv es poder platicar conmigo mismo. Mi relación con la música, es como la que se puede tener con un diario personal y parece ser así también para otras personas, pues cada uno de ellos, son capaces de compartir una historia de lo más personal y profunda escuchando esta música, es alucinante presenciarlo ¡lo juro! 

¡Comimos juntos! No siempre tengo la oportunidad de tomar mis alimentos con decencia y mucho menos decidir el agrado que me representan los acompañantes, no lo digo por ellos, sino por lo mucho que me apena cuidar mis modales en una mesa y es que realizar las actividades cotidianas conlleva un ligero grado de bestialidad, cada uno tiene una manera personal de hacer alguna cosa que al exponerse a la compañía de alguien más puede que no sea fácilmente sostenido con la razón, pero de alguna forma funciona al menos para el ejecutor. Tras una sobremesa donde se dibujan recuerdos y anécdotas que ninguna inteligencia artificial será capaz de plasmar, la música continuó. 

Aquel día que recuerdo como mi bien más valioso a heredar, obtuve varios regalos, entre ellos, uno que me sacude el alma y me hace brotar las lágrimas, y es que entendí que antes de ser artistas son personas y que ejercimos el único mecanismo que tenemos para tratar de nombrar con la voz lo que sentimos y pensamos, pudimos hablar. Con mis propios ojos vi en cámara lenta cómo después de tantos años juntos y un sin fin de historias alrededor de la música ahora su prioridad es el bienestar de cada uno de ellos y aunque vengan días difíciles también vendrán lluvias suaves. 

Entre alfombras, lámparas de noche e instrumentos únicos, se grabó el nuevo álbum de Austin TV, el pasado diciembre del año 2022 en los estudios noviembre en la Ciudad de México, mismo que refleja otro momento de la humanidad de cada uno de sus integrantes. Su música volvió y con ello la posibilidad para un momento de introspección, compartir sentimientos desde los afectos hasta los dolores, pero sobre todo para disfrutar la melodía al ritmo de la vida misma.