Pasado, presente & conclusión
Muebles
muebles no era algo que hubiera en mi cuarto
vivacidad no era algo que hubiera en mi rostro
técnicamente muerto
Me conquistó
“Me conquistó tu salud mental”
(litio, le dije)
y aquí me ves compartiendo pan y cama con alguien
fresas, plátanos y pasteles
alubias, habichuelas y chuletas de puerco
Vivaz
vivaz y amoblado:
regodeado
vivo
avivado
(técnicamente).
¡Ah, Buenos Aires!, en los ‘60, en los ‘70
Comprometo
las
comprometo
Las comprometo ante sus novios y sus maridos
ante sus hijos y sus padres
incluso las comprometo ante sus vecinos
ante sus furtivos amantes las comprometo
Abordándolas en las calles las comprometo
en todo tipo de espacios públicos las comprometo
Si no me retiro, las comprometo
¿Y si me retiro las descomprometo?
¿Aun retirándome sin exactamente
haberlas comprometido
las comprometo?
¿Retirarse y descomprometerlas
o no retirarse?
¿Retirarme apropiándome el compromiso
o insistir con la instilación del compromiso?
¿Retirarles mi voluntad de instilación?
No declaradas
Hijo de una madre no declarada
nieto de una abuela no declarada
hermano de una hermana no declarada
tuve una novia no declarada
tanto como, luego, una esposa
no declarada
y, aún más tarde, una amante
no declarada
Soy el justo envase
de las sustancias
inasumidas
Inasumida sustancia
yo
de aquellos primordiales y subsecuentes
justos
envases.
Hagamos como que excluimos
Excluyamos a los que se casan con alguien
por más o menos la única razón
de que los calienta
o de que los calienta advertir al contrayente
apetecido rabiosamente por otros
Excluyamos a los que se casan con alguien
por más o menos la única razón
de que el contrayente es lindo o simpático
o trabajador
o dispone de un buen pasar
en fin, etcétera
Excluyamos a los que se casan con alguien
por más o menos la única razón
de que no toleran la soledad, es decir, quedarse
en la horrorosa compañía que ellos
son para sí mismos
Si a todos éstos excluyéramos
¿cuántos quedarían?
Roberta dice:
Siempre tienen
siempre tienen otra
siempre
siempre tienen otra cosa
los varones
siempre los varones
los varones siempre tienen otra cosa
Los varones otra cosa
otra
los varones siempre
los varones tienen
siempre tienen
los varones
otra cosa.
Ñato oye
Fenomenales, sublimes
lo que vos quieras
técnicamente
mis cogidas con tu mujer
Pero quedate bien tranquilo:
lo que, por vos, Ñato
siente Eloísa
nadie te lo va a robar
Sin parangón
a vos y en exclusiva
te lo brinda
Fue sólo sexo, Ñato
rudo, sin trascendencia
acaso por lo torrencial
apoteósica
fornicación
pero sin una pizca
de algo más que el meneado
erotismo de barricada
Quedate bien tranquilo, Ñato:
ella, Eloísa, te pertenece.
Disculpame
¿Por qué insistir
en seguir haciéndolo
con ese?
Si no te queda nada
después de hacerlo
¿por qué seguís
dale que dale?
Disculpame que te pregunte:
¿¡Estás habituada!?
“El Arte de Amar”
Es, aunque Dios no lo quiera que te amo
o te necesito
Dios no lo querrá, pero sucede
Que te necesito (o te amo)
Y te sucede que, aunque Dios no lo quiera
-es verificable, ostensible, incordioso-
vos me amás
Me amás o te desborda el metejón
y te crispa que pudiera
yo
-en felicidad-
revolcarme con otras
O lo que te pasa
es lo que me pasa
y nos sobrepasa
y no es amor sino engrudo:
susceptibilidad sensorial
determinismo de la pulsión
regionalización de la libido
Y todo este entramado de imprecisiones
pero furiosas
y hasta imperiosas
es lo que le jode
-aunque él no lo quiera-
a Dios.
Cien de ellas
No hubieran cabido
todas
ni remotamente
en la platea
del Teatro de La Fábula
Si sólo hubiera dado
con cien de ellas
hubieran cabido
Y yo hubiese retornado
a ese escenario de tantos
éxitos y fracasos
para exitosamente fracasar
ante un auditorio
sensible
y auditor.
Vehículo público en movimiento
La dejé a mi rodilla
en contacto con tu vello púbico
El resto de vos, aparentemente
no estaba conmigo sino
con otro tipo:
apuesto, joven, aunque
no distinguido como yo
por el especialísimo contacto
En el sueño vos eras Salma Hayek
el otro tipo era cualquiera
un extra, un entretenimiento
con el que te abrazabas
Mi rodilla era la derecha
y lo más importante:
quien hacía de mí
era yo
En ese antiguo colectivo porteño
circulando en la noche por Barracas al Sur
vos no estabas desnuda
no lo estaba nadie, ningún pasajero
ni el chofer
Exceptuando a los beneficiados:
esa rodilla mía
y tu pubis.
No porque
No porque busque el halago fácil
soy fácil
ni porque sea complaciente
complazco
No porque sólo me tengas a mí
te tengo.
Yo también
Yo también he tenido 35 años
e incluso, menos
Yo también he lucido mis pectorales en la playa
e incluso mis abdominales
Yo también he seducido a Libertad Leblanc
e incluso la he complacido
Yo también me he frotado contra colegialas en los colectivos
e incluso contra profesoras
Yo también he reventado de envidia
e incluso he envidiado sin reventar
Yo también he sistematizado mis avances
a mujeres en la vía pública
e incluso mis avances a hombres en la vía privada
Yo también he sido sobreestimado
e incluso, sobreseído.
Acorde
Pagame
bastante
Acorde
a mi actitud
A la felicidad
que proporciono
a la ilusión.
‘Infamélica’ de Rolando Revagliatti. Editorial Leviatán, Buenos Aires, septiembre 2022, 98 páginas. Prólogo: Griselda García. Ilustración de tapa: Andrés Casciani.