Chromatics, la banda norteamericana, originaria de Portland, Oregon, está conformada por Ruth Radelet, Adam Miller, Nat Walker y Johnny Jewel. Desde 2001, año de su formación, identificamos sonidos que los caracterizan bajo el espectro experimental, alimentado del post-punk y del synth-pop. La voz singular de Ruth Radelet, le imprime ese toque elegante y melancólico a cada una de sus interpretaciones. Una banda que si duda, resulta el complemento perfecto para una aventura nocturna como la que estoy a punto de contarles:

Chromatics

Es viernes por la noche, un par de cocteles y es más que suficiente, pues en realidad solo se trata de salir a distraerse, bailar un poco, compartir algo de tiempo con los amigos y tal vez conocer a nuevas personas. Con este ritmo relajado es posible poner mayor atención a los detalles y momentos del  entorno, entonces ¿por qué no dejarse llevar un poco?. Cual puesta en escena, en la pista de baile, una serie de atuendos y estilos parecen haber sido cuidados a detalle, pero ahora de lo que se trata es únicamente de las personas que estamos aquí, lo confirma una luz neón intermitente al fondo del lugar.

Es una gran noche que está a punto de pasar a la historia y aún hay lugar para algo más. Nos separarnos un poco del grupo que nos acompaña para hacer una llamada, estas que confirman que no tenemos la intención de terminar la noche solos o llegar pronto a casa, después de coquetear un  poco al teléfono, volvemos solo para despedirnos y pagar nuestra parte. De camino al auto de nuevo, volvemos a ver  las luces de neón, esta vez de los aparadores, mismas que capturan nuestra atención por un segundo. Tomamos  camino y solo unos minutos después reproducimos algo en el autoestéreo. ¡Qué momento tan  particular el de conducir de madrugada por la ciudad!. Poco a poco nos alejamos de la zona para la  vida nocturna, y nos preguntamos –¿acaso la ciudad de noche parece la escenografía de una obra teatral al momento de bajar el telón?  

Hacemos una escala breve en una tienda con un gran anuncio luminoso de servicio “24 hrs” para comprar un  poco de cerveza y continuar nuestro camino. Un par de semáforos en rojo, que en este momento no parecen tener sentido al menos para otros autos que los cruzan a gran velocidad, pero en nuestro caso no, tenemos buena música y estamos disfrutando el trayecto. Unos minutos más tarde ya  estamos en el departamento de quién nos espera, aparcamos el auto y de lo que inicio con una llamada, ya estamos timbrando a la puerta con bebidas en mano.  

Night drive, de Chromatics es un concepto puntual, muy bien realizado, con una armonía única en los detalles, tan destellantes y a la vez tan tenues como el espectro que rodea a la luz de neón en la oscuridad y la vida nocturna de la ciudad.