Ritchie Valens. Imagen obtenida de Conexión Migrante

Honor a quien honor merece. Ritchie Valens se mantiene al día de hoy, después de tantos años fallecido, como referente, precursor e ícono en la historia del rock and roll; así queda registrado en las escrituras del género.

La vida sólo le dio oportunidad de mostrar su talento al mundo con dos álbumes, Ritchie Valens y Ritchie, discos póstumos impresos en 1959. Nada mal para un joven de 17 años, guitarrista y cantautor cuyos éxitos, sesenta y cinco años después, aún resuenan y ponen a bailar a jóvenes y grandes.

Ritchie Valens fue la primera estrella de rock and roll latina reconocida en los Estados Unidos. Para la época, ya había actores y actrices mexicanas que destacaban en Hollywood, así como ídolos mexicanos entonando canciones rancheras y mariachis en ese país, sin embargo, no había un sólo héroe musical que diera rostro y voz a la población chicana, marginada del sueño americano y atrapada entre culturas y la sociedad, ávida de surgir desde el olvido.

Nacido y de padres mexico-estadounidenses, Valens abrigó sus raíces mexicanas sin reparo. Aunque no hablaba el español, su estilo musical y su raíz latina  atrapó a la audiencia. Su versión rock de la canción folklore La Bamba, originaria de Veracruz, México, logró consagrarse a la par de grandes temas del género musical. Su manager, Bob Keane, al grabar la canción decidió ponerla como un Lado B; “dado que estaba en español, pensé que nadie querría escucharla”.

La Bamba de inmediato fascinó a la juventud estadounidense y a los artistas del momento; además, y tal vez sin proponérselo, contribuyó a expandir la apertura multicultural en la nación norteamericana. La canción se disipó en el colectivo hasta que en el año 1987 el grupo Los Lobos la desterró hasta alcanzar prácticamente cada estación de radio en el país; cortesía de la película hollywoodense del mismo nombre; ahí resurgiría un segundo aire de la obra y vida de Ritchie Valens.

El repertorio y videoteca de Valens resultan escasos; ni siquiera cumplió la mayoría de edad; siendo tan joven, mostró una voz vigorosa, presencia escénica y una pasión musical innata. Su carrera musical duró solamente ocho meses, y en tan breve tiempo colocó un sinfin de éxitos: «Come On, Let’s Go”, «Donna”, «La Bamba”, “Ooh! My Head”, “We Belong Together», «Malagueña».

MICHAEL OCHS ARCHIVES/GETTY IMAGES

Lo que empezó mal, terminó mal. El 23 de enero de 1959 iniciaría una gira que llevó a Ritchie Valens junto con otros grandes del rock and roll como Buddy Holly y JP “The Big Bopper” Richardson, a una gira de tres semanas por Estados Unidos. Desde el inicio, el tour estaría plagado de problemas técnicos y logísticos (y climáticos). Después de un concierto improvisado en el calendario, en las primeras horas del 3 de febrero los músicos perderían la vida. La avioneta que los llevaría a la siguiente parada eligió otro destino.

Esta tragedia se acuñó como El Día que la Música Murió, frase de la canción American Pie, de Don McLean. Para alguna gente, preferimos referenciar que esa noche la música no murió, sino resurgió, renació de las cenizas para elevarse como el ave fénix. Su música se inmortalizó.

También puede resultar coincidente que, a raíz de la muerte de Valens, el movimiento chicano en los Estados Unidos se vigorizó y cobró fuerza, surgirían las grandes figuras de la lucha por la igualdad de los derechos civiles de la comunidad chicana (obreros y campesinos) a lo largo de la década de los sesenta-setentas, sobre todo en California y Texas. Su voz, al igual que la de Valens, se haría escuchar. Al hablarse de Ritchie Valens, se omite resaltar este componente generalmente desapercibido.

En 1990, Valens recibió una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y en 2001, fue incluido en el Salón de la Fama del Rock and Rolll. Ha recibido múltiples reconocimientos; una carretera en California tiene su nombre, ha sido impreso con un sello postal, inspiró negocios de café y salsa picante, entre otras cosas. Lamentablemente, no existe un mausoleo, museo, o centro cultural de vanguardia (a diferencia de Buddy Holly) que lleve su nombre.

Sin embargo, lo más importante de su historia, además de su música, es ser hasta el día de hoy, un eje, un puente conector entre México y los Estados Unidos, esto a pesar de los muros y los alambres de púas que buscan dividir a ambas naciones. Honor a quien honor merece. Come On, Let’s Go.

Fuentes consultadas para la elaboración del texto:

https://www.history-of-rock.com/winter_dance_party.htm

https://en.m.wikipedia.org/wiki/Ritchie_Valens

https://ritchievalens.com/

https://www.motortrend.com/features/1307-bob-morales-history/

 

 

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