Dragonkeeper o también la Guardiana de dragones es una película animada coproducida por España y China, dirigida por Salvador Simó y Li Jianping, con la que se inauguró la 27 edición del Festival de Málaga de cine español, el pasado 1 de marzo.

La película es una adaptación cinematográfica de la novela del mismo nombre de la escritora australiana Carole Wilkins, es la primera parte de una trilogía y se estrenará en los cines españoles este 19 de abril. Existe la clara intención de ser distribuida a gran escala en EE. UU. y en China. Y muchos dicen que puede ser la animación española más importante del año, a pesar de que no vamos ni a la mitad.

En principio podría causar sorpresa que una “caricatura” (animación en mexicano) tipo Disney, fuese la pieza elegida para abrir un Festival de Cine europeo, ya después cuando nos enteramos de que el festival europeo que inaugura es el Festival de Málaga de cine español y que se trata de una ambiciosa “super-producción” de 24 millones de euros que planea inundar y conquistar el mercado estadounidense, además de tener claras, obvias, intensiones de llegar al mercado más grande del mundo (el chino); todo va encontrando más sentido.

Guardiana de dragones nos habla de una niña china pobre, Ping, que vive en una recóndita villa en las montañas chinas, con la anciana que la ha criado como su abuela, ambas sirven como criadas del cacique del pueblo. Una serie de accidentes llevan a la niña a conocer a una pareja de viejos dragones que se encuentran presos en una montaña cerca de la villa. Los dragones hablan con la niña y le dicen que ella es la elegida para salvar a los dragones y mejorar sus relaciones con los humanos. Parece que en algún lado está así escrito.

Muy poco después, la vieja dragona muere y Ping se entera, además de la muerte de la dragona, de que el viejo dragón será llevado muy lejos con el emperador, con lo que su vida corre peligro. La niña trata de salvarlo y el viejo dragón le entrega el último huevo de dragón, con lo que la supervivencia de los dragones queda en sus manos. Ping, tiene que llevar el huevo a unas aguas especiales donde podrá empollar o emdragonar o dejémoslo en incubar el huevo.

Pero un malvado hechicero roba el huevo, ya que se le atribuyen poderes extraordinarios. La niña y el viejo dragón unen fuerzas para tratar de recuperar el último huevo de dragón. A partir de allí una serie de aventuras llenarán la pantalla de emociones y seguramente los niños serán los más agradecidos con ello.

Durante el Festival de Málaga 2024. Foto: Eduardo Aragón

Aunque se trata, claramente, de una obra, principalmente, dirigida al público infantil, la película lleva por debajo un contexto filosófico interesante a analizar. Y digo “aunque” porque los niños difícilmente tendrán las herramientas epistemológicas para este análisis filosófico, que quedará a cargo de los padres, que a lo mejor tampoco tendrán dichas capacidades, en estos tiempos donde la gente cree que la filosofía no sirve para nada y los gobiernos quieren sacarlas de los planes escolares. El sistema de la superficialidad y el consumo venció al amor por el conocimiento, desde hace ya varias décadas, sino es que siglos:

“Es lo que somos, no puedes cambiar el destino…” le dice la anciana que cría a Ping a Ping, cuando ésta le reclama por qué tienen que servir al amo. Y allí empieza el debate filosófico que se atravesará a cada momento en la película. Lo que Ping no sabe todavía es que su destino no era de servidumbre, sino de guardiana de dragones.

¿Existe el destino? ¿Nuestras acciones responden a un plan determinado y no tenemos nada que hacer ante ello o, por el contrario, somos los dueños de nuestro futuro y de nuestro ser? Esas son las preguntas que envuelven a la trama de la Guardiana de dragones.

El desarrollo del filme parece, sólo parece, no estoy del todo seguro de que lo sea, contradictorio, lo que vuelve más interesante el análisis: Al parecer Ping es una elegida, una de las pocas elegidas para ser guardiana de dragones por su corazón puro —ósea que no todos tenemos el corazón puro de nacimiento—, no todos podemos ser guardianes de dragones. De entrada, la película parte de un determinismo absoluto. Alguien o algo ha decidido quién será y quién no será guardián de dragón y ya no hay nada que hacer y lo que es peor, el corazón ya nos viene contaminadito de nacimiento.

Pero conforme avanza la película Ping empieza a luchar no con su destino en particular, es decir, no con su condición de guardiana de dragones que nunca acepta, pero lleva a cabo a cabalidad (siguiendo su destino); sino con otras cosas que parecieran ya estar determinadas —y que no vamos a decir para no hacer revelaciones innecesarias—.

Durante el Festival de Málaga 2024. Foto: Eduardo Aragón

Así nace en Ping la angustia a la que se refiere de pequeño Sartre, y que todos llevamos o deberíamos llevar dentro de ese corazón aparentemente contaminado desde nacimiento, y empieza la lucha con el en-sí para logra un para-si, quizás no de ella, sino de lo otros o para los otros, y gracias a ello, todo parece indicar que el final de esta primera entrega de Dragonkeeper no corresponderá con lo que el destino de los personajes ya tenía marcado. Aunque no queda claro, habrá que esperar a la segunda entrega para saberlo.

Después de ver la película, nadie podrá negar que hay un camino previamente determinado en la vida de los personajes, empezando porque son sólo algunos los elegidos para ser guardianes de dragones, es decir, que la película no niega la existencia de un destino, que convenientemente es la base de la trama, determinismo sin el que no habría película.

Pero, por otro lado, pareciera que las películas se desarrollarán en esta lucha entre el en-si y el para-si, entre la esencia y la existencia, entre el destino y la libertad, para tratar de romper la predeterminación de nuestras vidas y mantener la esperanza de que tenemos o podemos alcanzar, si luchamos por ello, la libertad de conducir las riendas de nuestras vidas (a pesar de nuestros corazones puercos).

Durante el Festival de Málaga 2024. Foto: Eduardo Aragón

La película está muy bien realizada, el arte gráfico y el arte en general es estupendo, la ambientación ha sido por demás cuidada y al parecer los realizadores se preocuparon por tratar de reflejar con mucha fidelidad la china imperial en la que se desarrolla la historia, esto tiene su razón de ser, y es que para que la película pueda exhibirse en China, tiene que reflejar exactamente la cultura e historia de aquel país, sin interpretaciones fuera de lugar muy propias del hombre blanco en su arraigo cultural —como dice Onfray—, de lo contrario sería censurada y parece que de allí la necesidad también de tener un codirector chino.

La única circunstancia que podría se negativa y lo digo no porque no considere a los niños, sino porque dudo que exista un mínimo porcentaje de lectores infantiles en estos textos que escribo, y en ese sentido me debo a mis lectores, es que la película, al ser infantil, pueda no resultar del todo entretenida para los adultos, a pesar de la circunstancia filosófica antes comentada. Pero, si los padres se someten a tortuosas sesiones de Pepa Pig o Dora la exploradora o cualquier cosa que estén viendo los chamacos en estos días, estoy convencido que superarán y hasta saldrán con una sonrisa después de ver Dragonkeeper, que seguramente no tardará mucho en llegar a México.

Epílogo

En la rueda de prensa, al finalizar la función, hice las siguientes preguntas a los realizadores de la Guardiana de dragones, a las que acompaño sus respectivas respuestas:

Yo: La película tiene una carga filosófica notable, ¿esto se tomó en cuenta para hacer la película o es digamos algo secundario, es decir,  hubo algún cuidado para ver la parte filosófica y tratar de entregar algún mensaje a la audiencia o simplemente es la historia y la emoción y la aventura, es eso en lo que más se tendría que concentrar la audiencia?

Rueda de prensa durante el Festival de Málaga 2024. Foto: Eduardo Aragón

Salvador Simó: Nosotros lo que intentamos con la historia, que, como decía antes, es la adaptación a la novela de Carole Wilkinson, pero sobre todo yo creo que cuando cuentas una historia, no solamente tienes que contar una peripecia, tienes que contar algo y en este caso los personajes que hacen ese viaje emocional durante toda la película son los que nos cuentan esa filosofía, yo creo que la película a fin de cuentas lo que cuenta es que todos podemos escribir nuestro destino y que está en nuestras manos elegir cómo lo queremos hacer; y este es el viaje un poco que hace Ping y que de alguna manera también está en el libro. Nosotros lo que hicimos era un poco destilar todo eso y plasmarlo a la pantalla ¿no? Y me alegra que me hagas la pregunta porque significa que a lo mejor algo ha llegado ¿no?

Yo: Pareciera que queda abierta la puerta para una segunda parte, ¿están pensando ustedes en hacer una segunda parte?

Larry Levene (productor): Efectivamente, Dragonkeeper es la primera de una trilogía. Nosotros adquirimos, en su momento, los derechos de Dragonkeeper, y opciones a la segunda y la tercera novela de Carole Wilkinson, donde se sigue desarrollando la historia. Con Dragonkeeper habéis asistido a como nace el último dragón imperial; la segunda película es la niña criando y creciendo el dragón y la tercera película es devolviendo el dragón imperial a la libertad de los dragones salvajes. Ahí se resume la trilogía y esperamos después de la primera película poder empezar, no dentro de mucho, ha preparar la segunda película y luego la tercera.

TRAILER

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