Rita Guerrero (1964-2011) fue la voz de la banda Santa Sabina, muchos de nosotros la reconocemos por ello. Muchos de sus seguidores la reconocen como la gurú que a través de su voz y su música marcó el camino para experimentar emociones y comprometerse artística y socialmente, pues también fue activista. Lo cierto es que, como tantas veces, detrás de ese personaje aguarda una historia de vida digna de contarse.

Y eso es lo que hace Rita, el documental, film dirigido por Arturo Díaz Santana, donde la vida de Rita Guerrero es presentada a través de las voces de familiares, amigos y colegas, al son de algunas de sus canciones más emblemáticas. La idea surgió cuando Santana y Aldo Max Rodríguez, integrante de la banda y compañero sentimental de Rita, decidieron homenajearla a través de una entrega cinematográfica.

El documental es excelente, no sólo por la manera ágil de llevar las casi dos horas de contenido, sino por el rastreo exhaustivo de material de archivo que se hizo. Santana menciona que se consultó una cantidad de material impresionante para tratar de no dejar nada fuera, se recopilaron 26 testimonios de 68 fuentes institucionales y personales.

Hay un acercamiento intimista que reúne la voz de su mamá, quien a sus 95 años todavía se enoja cuando recuerda que su hija se escapó de casa con rumbo a la Ciudad de México, así como la de sus hermanas, de su sobrina Belén Ruiz Guerrero, quien estudió música antigua inspirada por su tía, y entrevistas con los integrantes de Santa Sabina, además de amigos y colegas que conocieron a Rita de manera cercana, lo que nos ofrece el retrato de una Rita en su dimensión humana y no sólo artística.

Asimismo, «la selección musical del documental es uno de los recursos narrativos más importantes de la pieza. Aldo Max Rodríguez arregló las pistas para que contaran de forma cronológica lo que iba sucediendo, contribuyendo a la comunicación de esta historia. “Es cronológico el documental, así que de alguna manera se van presentando piezas representativas de las distintas épocas. Primero de Santa Sabina, después del Ensamble Galileo, luego salen piezas del coro, entonces como dentro de estos bloques de música que ella hizo, que cantó, los fuimos seleccionando de acuerdo un poco a la narrativa del documental”, explica Rodríguez en la reseña que la revista Gatopardo realiza sobre el filme.

El proceso de elaboración llevó más de cuatro años, donde se sortearon problemas de todo tipo, desde legales hasta económicos. Arturo señala que tan sólo en conseguir los derechos de autor de mucho del material utilizado fue algo que llevó más de dos años. El financiamiento también fue un problema, como suele serlo en México para producir cine si no perteneces a las grandes ligas.

Por supuesto hubo apoyo gubernamental, nos dice el director, pero no fue suficiente. Así que muchos de los que colaboraron no cobraron, se puso dinero de bolsillos propios, así como de una fondeadora que logró reunir más de quinientos mil pesos para poder terminarlo, pues «un recorte en el presupuesto y un asalto a mano armada nos ponen en riesgo. El documental está editado, nos faltan recursos para postproducción y distribución.» Indicó Santana en la petición.

El resultado es un homenaje a una mujer que representó parte del movimiento contracultural de toda una generación, con una garra que hizo honor a su apellido hasta el final, cuando la batalla contra el cáncer de mama puso fin a su vida a los 46 años. 

El documental ha sido presentado en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara en su edición 33. La respuesta del público ha sido muy buena, llenando los lugares en que se ha sido proyectado, como la función al aire libre en La Rambla Cataluña o en Casa Guadalupe Zuno como parte de DocumentArte (espacio abierto al público todos los jueves donde se proyectan documentales). Los fans preguntaron por su llegada a las salas de cine, a lo que Santana respondió que apenas viene la etapa de distribución, que esperan no lleve tanto tiempo y corran con suerte. Por lo pronto estará presente en distintos festivales.