Adrian Borda, fotógrafo rumano que se define como pintor y fotógrafo, y como «viajero interior que explora el misterioso y extremadamente complejo mundo del subconsciente». Creció rodeado de instrumentos, en Reghin, ciudad rumana productora de violines.
Su madre trabajó en una de las fábricas, de allí su curiosidad por el mundo interior que permite su música. Su obra nos lleva hasta el corazón de estos instrumentos.
Borda considera que las descripciones y las etiquetas menoscaban el arte: «La fuente del verdadero arte es el misterio», opina. En este caso, lograr estas fotografías fue un reto más artesanal que artístico, de modo que el misterio sigue intacto pese a ser fotografiado.