Ir a Casa con mis Monstruos de Guillermo del Toro, es una experiencia que todo amante de su obra cinematográfica debe hacer. La exposición abrió sus puertas al público el pasado 01 de junio del año en curso y con ello la oportunidad de acercarnos a la mente del cineasta, del artista, de un personaje tan peculiar como es Guillermo del Toro desde la experiencia propia de sus objetos.

La visita se prolonga alrededor de tres horas. Todo el espacio del Museo de las Artes MUSA, será la única sede que mostrará esta exposición donde se combinan objetos de todo tipo, objetos utilizados en su películas, cuadros, cómics y objetos personales, dibujos de insectos, ya que Guillermo tiene una fascinación por ellos y a lo largo de la exposición nos lo va revelando.

De las cosas  más llamativas que nos encontramos al ingresar a la primera sala, es a la que yo llamé «La muchacha guapa de don Guille». Una muñeca greñuda y con carita desquiciada, postrada en una vitrina. Muñeca de la que se hizo propietario Guillermo, ya que de pequeño lo asustó tanto que sabía que un objeto que marcó tanto su infancia debía estar entre sus objetos, entre sus monstruos.

El mundo que habita del Toro se asoma detrás de cada sala. Puedes pasar un rato ilimitado observando esos objetos pequeños y extraños, sus libros, el puesto de periódico con el letrerito clásico del “Occidental” donde de pequeño compraba sus cómics. Y que decir de la sala donde nos hace una representación del cuarto que tiene en casa donde el efecto de la lluvia está las 24 horas del día, los 7 días de la semana ya que una de las cosas que más extraña  de Guadalajara, es justamente la lluvia de la ciudad, misma que es de sus más grandes fuentes de inspiración.

La exposición estará hasta el 27 de octubre de este año. Es un sinfín de objetos por observar. Tiene un encanto partícular, propio del cineasta. Guillermo es un eslabón genuino dentro de la industria cinematográfica, sus películas nos ofrecen mundos fantásticos y la visita a la casa, su casa y su monstruos dan fe de ello.

Estando dentro, te olvidas de todo, sólo quieres seguir recorriendo, dialogar con los objetos e imaginar porqué es que la fascinan tanto las cosas que nos muestra. Pinta en cada una de la sala momentos específicos de su vida, como la infancia, sus pasiones, sus miedos, sus dibujos, su imaginario tan extenso que le acompaña.

Nos encontramos con los vestuarios, los utensilios, los objetos clave, las atmósferas propias de las películas como  «Cumbre Escarlata», «el laberinto del Fauno» o «La forma del agua», por nombrar algunas, pero en realidad nos encontramos piezas de todas sus películas a lo largo de todo el recorrido.

Esa cercanía que muestra Guillermo del Toro es lo que lo hace peculiar y así es que logra llegar a la mente de tantas personas que disfrutan de su cine y de su creatividad. Esta vez les dejaré esta pequeña muestra de lo que se encontrarán ahí dentro, de los más de 900 objetos que nos comparte.

La sala de espera, la mecánica para ingresar a la casa, la visita guiada hasta la médula, no son cosas que me encantaron, ni la espectacularidad montada alrededor de la exposición, sin embargo, esta vez no me detendré a hablarles de esto, porque si el objetivo de Guillermo del Toro es acercarnos a su mundo fantástico, lo logra como en cada película, como en las acciones que luego tiene y eso es lo que hay que aplaudirle al cineasta mexicano.