Sinopsis: México, 1982. Emiliano Escamilla, un estafador de múltiples personalidades, echa a andar su plan para vengar a su madre, encarcelada injustamente por las estafas que cometió su padre, el  ladrón más famoso y buscado en los años 50: “El Mantequilla”.  Elena Robles, la primera mujer detective en su división, y Pablo Garduño, un joven y hambriento  reportero, intentarán desenmascarar sus estafas, descubrir quién es este nuevo Mantequilla y cómo frenarlo. Pero Emiliano, Elena y Pablo descubrirán que las cosas no son como parecen, y en su búsqueda por  dejar su huella en el mundo, se darán cuenta de que ese mundo al que tanto ansían demostrar su  valía ;ene dientes afilados y listos para destruirlos o moldearlos a su corrupta imagen. Con una mezcla de humor negro, acción y drama, “El Mantequilla: Maestro de la Estada”, es una  clásica historia de estafas y planes imposibles, donde nada es lo que parece. 

El Mantequilla: Maestro de la estafa es una mezcla de comedia, crimen y acción que acaba de estrenarse en Star+. La serie presenta un ritmo ágil que te lleva directo a engancharte con los personajes y la época en que está ambientada, los ex cercanos, ahora lejanos, 80. El trabajo de sus protagonistas, Alberto Guerra y Mayra Batalla, generan una empatía directa que te lleva a interesarte desde el primer momento por sus historias. Cierto que hay cierta tónica que se intuye conocida en la trama, pero lo interesante la serie es cómo construye personajes creíbles dentro de hechos inverosímiles como de fondo son todas las estafas.

Conversamos con Olfa Masmoudi, escritora y head writer de la serie, y con Felipe Martínez, director y showrunner, y lo que nos compartieron hace aún más antojable ver esta historia.

La entrevista

¿Cómo fue el proceso de creación a nivel de guión con un personaje que tiene múltiples personalidades, cómo se convierte esto en un beneficio creativo lejos de los clichés?

Olfa Masmoudi: La verdad ha sido un gusto escribir este personaje, pues como bien lo apuntas está lejos de los clichés intencionalmente, se creó un personaje diferente que pudiera tener complejidad, que pudiera tener historia, contexto, objetivos, y que sea una historia que se cuente a través de otros objetivos que los comunes, que no sea una historia basada en el amor o de narcos, que tuviera este toque de tratarse de un estafador, pero desde el ingenio, desde el engaño, que allí radicara la exploración creativa, y que se traduce en lo que los espectadores verán como producto.

PRODU | Descubriendo cómo podemos seguir contando historias fantásticas a  partir de escenarios más limitados: Olfa Masmoudi, escritora francesa
Olfa Masmoudi (Fuente de imagen: Produ)

Retomando justo lo que señalaba Olfa sobre el contexto en el que se sitúa la historia, vemos que nos encontramos en los años 80, y que ese «presente» de la serie, alude también a la década de los 50, cuando se habla del padre de Emiliano como el ladrón más famoso y buscado de aquellos años. Todo esto nos remite la tradición cinematográfica mexicana donde la figura de ladrón ha tenido una larga data, que incluso nos recuerda a ladrones famosos de la vida real como El Carrizos, quien habla de cómo antes incluso se tenían otros códigos. Así que si nos pudieras contar, Felipe, sobre los referentes que tomaron para crear la trama.

Felipe Martínez: Claro, en principio había esta idea de ver esta historia, que de hecho hay una película que se llama El el más buscado, con Tenoch Huerta, que es una historia sobre un ladrón de bancos que entraba con metralleta y tal y después vendía discos de mariachi, esa era su particularidad. Así que ese personaje fue como un poco nuestra idea de qué pasa si él es el papá del protagonista, es decir, partimos de esa base, aunque al final esa idea se se borró y digamos que ya no había ninguna relación entre el verdadero Mantequilla y este hombre más buscado, pero sí era como un referente para nosotros. El hecho de que un estafador que no era un tipo que simplemente quería dinero, sino que usaba su dinero para hacer otra; eso nos llamaba la atención.

Por otro lado, nos parecía que eran le daba como un norte a nuestra historia el hecho de que nuestro protagonista quisiera encontrar a su papá, pero no solo encontrarlo, sino que quería estafar al mejor estafador del mundo, al menos de México. Y todo esto porque quería demostrarle a su papá que él valía. Eso nos parecía muy importante, esa vinculación con los móviles o motivaciones familiares. Eso es una cosa que terminamos replicando en los tres personajes principales: esa necesidad de los personajes de buscar una aprobación de sus familiares, mostrar así su valor. Esto se volvió un norte para nosotros, pensar en ello como la forma de generar empatía entre los personajes y nosotros como espectadores, y también ir diseñando los arcos de los personajes, porque si te das cuenta cada personaje va como mutando un poco. Elena, por ejemplo, cae en cuenta que no es totalmente correcta u honesta. Empieza dándose cuenta que su papá es el más chueco del mundo y que ella también se ve arrastrado por esa corrupción. Lo mismo pasa con Pablo, empieza siendo un personaje negativo, un estafador, pero terminas teniendo compasión de él al darte cuenta de lo mal que lo ha tratado la vida, y de cómo lo han usado. Así que, queríamos mostrar complejidad en nuestros personajes, acompañando esto de la época en que se ambienta la serie.

Felipe Martínez Amador - SensaCine.com.mx
Felipe Martínez (Fuente de imagen: SensaCine)

Y en el caso de la protagonista femenina, que es un gusto ver a Mayra Batalla dando vida a Elena Robles, este personaje de la primera mujer detective, ¿cómo se construye un personaje femenino en ese medio tan profundamente masculino, tanto en la realidad como en los imaginarios sociales?

Olfa: Sí, creo que tú y yo como mujeres en un mundo generalmente masculino sabemos bien cuáles son estas dificultades, así que solo nos podemos imaginar que las que llegaron antes y que tuvieron que abrir brecha todavía tuvieron aún más dificultades, y más en un medio como es el policiaco y siendo la primera mujer detective, es decir, hay una responsabilidad grande cuando eres la primera mujer en hacer cualquier cosa, porque si fallas pues entonces fallas con todas y con todo, y demuestras exactamente de lo que te están mostrando y lo que están apuntando que creen que no puedes hacer. Y creo que el personaje un poco refleja eso también. Como lo que mencionaba ahorita Felipe de la figura paterna, esta figura que permea sobre ella, sobre lo que es, o quién debe ser o la estima que le puedan tener sus pares en relación a quien es su papá, pero al mismo tiempo también sus ganas de demostrar su propia valía, su propia hambre de ser una persona importante y demostrar que tiene las herramientas para resolver un caso. En la serie esto se irá mostrando, Elena tendrá que tomar decisiones sobre su camino y lo que ella quiere ser por esta muy pequeña ventana que se le abrió y esta posibilidad al ser la primera mujer detective, y al mismo tiempo, tendrá que enfrentar sus valores, su moral, su vida personal, es decir, empezará a poner en la balanza todo.

Creo que eso es algo muy valioso, no el hecho de poner a las mujeres como todas súper heroínas, porque ahora queremos redimir a la mujer porque el patriarcado nos ha hecho tanto daño que todos los personajes femeninos van a ser súper buenos e increíbles. Que está muy bien ponerlo así, pero también existe la otra parte de estas primeras mujeres que tienen fallas, que toman riesgos y se equivocan, y donde todo esto se da en esos sistemas que han sido y siguen siendo extremadamente agresivos como el medio policiaco. Además, es un personaje que nos equilibra muy bien la serie con el personaje de El mantequilla, porque nos da como un umbral donde los personajes también tienen vicios de carácter y que son complejos, tienen necesidades y necesitan reafirmarse en la sociedad.

Por estas razones, agradezco mucho poder escribir personajes femeninos así, creo que le da un espectro un poco más amplio a las de las historias que queremos, que no siempre es como la misma protagonista con las mismas problemáticas que hemos visto hasta el cansancio.

Felipe: Y quisiera agregar una cosa que también me parece importante, y es que una de nuestras metas es que el objetivo de la protagonista no fuera conseguir al protagonista masculino a nivel amoroso. Como que eso es una cosa que es novedosa también en la historia, porque digamos, lo hemos visto mucho, por poner un ejemplo, en La Casa de Papel está este tipo que es el duro, es el estafador y la mujer policía termina enamorándose de él. Nosotros no queríamos correr ese peligro, no queríamos que en algún punto nos propusieran (y sí nos lo propusieron) que su objetivo fuera encontrar un hombre, encontrar el amor. Queríamos que por lo menos no fuera con el personaje masculino y eso me parece que también es novedoso, y que también es importante, porque usualmente las mujeres en las en las historias están relegadas a hacer el interés amoroso del protagonista, y aquí no, ella es la protagonista de su propia línea, y como decía Olfa, tiene sus propios vicios, sus propios problemas, sus propias densidades a lo a lo largo de la historia.

Elena termina confrontándose con ella misma, y eso nos interesaba, no queríamos que la historia se nos fuera a ensuciar con una línea romántica, y creo que al haber quitado el melodrama de la historia de amor hace que sea muy original, porque es raro que una serie latinoamericana no tenga melodrama.

Olfa: Sí, es que sí nos lo pidieron en algún momento, y sí dije me rehuso categóricamente a hacer esto. Y de hecho es verdad, creo que si pasamos esta serie por el test de Bechdel (no la había pensado), este test que se hizo para medir la brecha de género dentro de las películas o series, de cualquier obra de ficción, pues revisa si las mujeres hablan de cosas que realmente tienen que ver con ellas, y es aberrante que cuando pasas este tipo de test por muchísimas de las obras clásicas te das cuenta que todo el mundo falla en eso. Así que el que Elena tenga una línea propia es muy positivo.

Sí, es que es lo que más se necesita, contar historias de manera independiente. Ahora, respecto del humor negro y el género policial, que también una tradición literaria ya larga y que en las producciones audiovisuales se ha reflejado muy bien, ¿qué ofrecerá El mantequilla respecto de esta triada: humor-sátira-acción.

Felipe: No me imagino una trama policíaca en Latinoamérica que no tenga humor, como que eso va de la mano. Me acuerdo de cuando hice mi primera película se llama Bluff, y es de este mismo género, me acuerdo que yo la estaba escribiendo en Madrid y luego volví a Colombia a vivir, y cuando empecé a meterla en Colombia ya como que el personaje del detective cambió, yo dije, este detective ya no puede ser honesto, serio, ya no puede ser profesional. Hay una serie de cosas que me tiraban la película a un sitio de comedia negra. Y es que hacer sátira y burlarnos de cosas que realmente nos duelen en nuestros países latinoamericanos creo que es parte de nuestra identidad. Aquí nos pasó un poco lo mismo, está en el momento en que entendimos que Elena iba a llevar este caso que nadie quiere, y se va a ir complejizando, y en algún punto va a tener como un poquito de comedia, no va a meter en algún momento al humor, porque si no no sería creíble.

El humor nos permite hablar de cosas mucho más profundas, es un poco de lo que estábamos hablando antes, de sin hacer un drama hablar de cosas que hablarían en un drama, ¿no? Como eso de las relaciones de las familias, o de la corrupción en un país está totalmente lleno cosas que se mueven por lo bajo, como el hecho de la prensa compra o vende noticias falsas, o que la policía no hace investigación sino manipula hechos. Entonces, estas cosas nos parecía que con el humor se podían hablar de una manera mucho más efectiva, y sin sonar como panfletario o como regañando o siendo como extremadamente insoportables, entonces creíamos que era la mejor el mejor camino que podíamos encontrar.

La última pregunta está relacionada con el trabajo de ambos en largometrajes y en en series, que es extenso y diverso. Como creadores, ¿cómo perciben el auge de distintas plataformas de streaming es real que esto da mayor posibilidad de llevar a la pantalla narrativas alternas como lo están planteando, refrescantes incluso críticas o en realidad es más un espejismo de cantidad más que de calidad?

Felipe: Uy yo creo que es más lo segundo, lastimosamente por las cosas que nos piden a la hora de escribir, cuando estamos desarrollando nuevos proyectos siempre hay como una especie de peticiones de «no es que lo que la gente quiere es tal cosa». Siento que lo que es como si la tele abierta se pasó al streaming, o sea, como que habíamos logrado separar el streaming de la tele abierta y ahora de repente la tele abierta se montó en el streaming y empezó a sacar todo lo que fuera un contenido que no fuera masivo. Y eso creo que es un problema.

Ahora, siento que esta serie y el hecho de que hagamos esto, que nos lo hayan dejado hacer también pues es como un movimiento revolucionario, un poco de hay que cambiar el algoritmo, para que veamos otra cosa, porque si no vamos a ser castigados una y otra vez con ver el mismo tipo de contenidos, que es lo que los ejecutivos y las plataformas que simplemente miran números creen. Y entonces argumentan que «lo que pasa es que la gente solo quiere telenovelas, o en Latinoamérica la gente quiere series largas, o es que lo que pasa es que no quieren hablar de temas serios porque la gente llega muy cansada del trabajo y solo quieren desengancharse». Entonces, esos discursos que los he escuchado una y otra vez en la televisión abierta, ahora otra vez los vuelvo a escuchar al trabajar con las plataformas. Por ello creo que se está generando mucho contenido, pero creo que se genera mucho más de lo mismo, con mucho miedo a probar, incluso con mucho más miedo a probar que antes. Y es que al principio como no se sabía nada, pues no había con qué compararse, así que se arriesgaban más. Cuando yo hacía televisión por cable de verdad hacíamos unas cosas como muy libres, digamos, cuando dice Kdabra, Cumbia Ninja, eran cosas que tenían unas metas de narración bien diferentes porque no había con qué compararlas, porque en ese momento yo trabajaba para Fox y Fox no comparaba con ningún otro canal, no importaba que tuviera rating, así que eso te daba una libertad que ahora no es posible, porque ahora ya pueden medir todo. Nos ha terminado como jugando en contra eso.

Olfa: Yo sí creo que es algo que nos ha está dando la vuelta. Las plataformas solían tener diferenciadores, su objetivo era hacer contenido diferente, y ahora que ya tienen el público más bien lo que hacen es contenido para las masas, siguiendo lo que les dicta el algoritmo con tal de mantener sus suscriptores. Obviamente, esto es una generalización, por supuesto que siempre van a existir un par de proyectos un poco más atrevidos, pero sabemos que en la media lo que piden pues sí está muy segmentado. «En Latinoamérica solo le gusta ver terror y melodrama y comedias ligeras», así que ni se te ocurra hacer thrillers porque no lo van a ver en español, y tú, bueno si no lo haces cómo lo puedes medir. Y es que también se trata de empezar a generar consumidores de historias, de personas que quieran ver reflejadas historias que tengan más que ver con una aspiración de un entretenimiento creativo, y no solo por el mero consumismo del trabajo en masa, con fórmulas bastantes repetidas. Y eso no quiere decir que esté mal, porque también hay cosas hacen de fórmula y que funcionan muy bien. Al final, agradezco también que exista eso porque a veces eso es lo que te da de comer, pero es una realidad que para mí el tema no es precisamente la cantidad de las cosas sino la variedad de lo que se va a empezar a generar, porque entonces para ti como creador se vuelve más complicado encontrar ventanas para hablar de historias diferentes cuando ya las decisiones no las toman humanos sino que las toman algoritmos.

Que justo es la pelea que está sucediendo allí en Estados Unidos. Pero sí, desgraciadamente yo también creo que es más oportuno hablar de la segunda opción de tu pregunta. Creo que el streaming está ahorita en un momento delicado donde se hace mucho contenido y, no sé, tal vez no se atreven tanto a salirse del molde porque ahora hay como este miedo a perder lo que ya se ganó, porque en la tele abierta la competencia era muy clara: si tenías un canal lo tenías que llenar, aquí el problema es que si la gente ya no paga tu suscripción, ya fue. En la tele abierta solo necesitabas una tele realmente, y lo que pagaban eran los comerciales, entonces, como son diferentes modelos de negocio estamos llegando donde también nosotros como creadores y productores debemos pensar en qué proponer, pero también hay que estar muy atentos a las cosas que se están viendo, y hay que seguir luchando para hacer contenidos diferentes, para que al final seamos todos los que podamos decidir qué queremos ver, y poder llamar a diferentes tipos de artistas y creadores a crear otros tipos de historias.

Felipe Martínez: Director, guionista y productor colombo-español con formación en dirección de cine y televisión. 

Ha dirigido más de 60 capítulos de series de TV, tales como “Cumbia ninja”, “Kdabra”, “Tiempo final”  y “2091” para Fox. También ha dirigido capítulos de las serie “Sin tetas no hay paraíso” (Telecinco),  “Mentes en shock” (Fox) y “Karabudjan” (Antena 3) para el mercado español, y los telefilmes “El  gran robo” y “Una anomalía perfecta”, además del documental “El mexicano” para el canal RCN en  Colombia. 

“Bluff”, su primer largometraje, se convirtió en la película colombiana más vista de ese año, ganando el premio del público en el Festival de Cine de Miami y en el Festival Latino de Toronto, además de  haber sido presentada en el Festival de Cannes. 

Dirige para Dynamo, la película “Malcriados” y gana el Estímulo integral del FDC con su película  “Doble”, la cual dirigió, coescribió, y coprodujo en el 2016, y fue estrenada en octubre de 2018. Ese  mismo año dirige el piloto de la serie “La Justiciera” para Telemundo, y rueda la serie “Historia de  un crimen: Colmenares” para Netflix. 

En el 2019 finalizó el rodaje de la serie “La muchacha que limpia” para Turner / HBO en México con  la productora BTF y la película “Igualita a mi” para Tondero en Perú. Desde enero de 2020 trabaja  como showrunner de la productora BTF, con quienes produjo y co-dirigió la serie de Disney+ “El  Repatriado”; actualmente dirige el cuarto de escritores de dos series para HBO y desarrolla varios  proyectos de largometraje y serie con su productora Proyectil. 

Olfa Masmoudi: Escritora y actriz, franco-tunecina-mexicana, políglota y multicultural. 

Habla y escribe perfectamente español, francés e inglés, además de hablar portugués. Tiene un  background diverso, nació en París, y estudió en Boston (Emmerson college y Harvard) y en México  (Escuela Nacional de Arte Dramático); ha vivido en Europa, América Central y México. 

«Paquita la del Barrio», su primera serie como guionista, le valió una nominación al EMMY 2018. A  la fecha ha participado en varias series con múltiples nominaciones y premios como : “De brutas,  nada”; “Promesas de campaña”, nominada a mejor comedia al EMMY 2018, “Manual para galanes”,  «El Mantequilla», «Contra las Cuerdas» y «Cecilia», distinguida con el premio de Plata al Mejor Guión  2022. Como escritora y head writer, sigue participando en el desarrollo de varias series internacionales y  películas. Se maneja muy bien con varios géneros: comedia, thriller, psicodramas, sci-fi e incluso  biopics musicales. En mayo de 2022 estrenó su serie podcast original, «Parábola», un thriller  distópico, creada y escrita por ella en inglés, producida por Sonoro y Telemundo, y disponible en  todas las plataformas. Su trabajo se puede encontrar en Netflix, Prime video, Paramount+, Starz,  Claro Video. Actualmente está liderando el room de una serie de comedia negra para Disney y  desarrollando otras dos series para Netflix.