La colección «Caja Privada» de la Biblioteca Británica ha sido digitalizada. Se trata de una serie de obras de carácter erótico que estuvo bajo llave por un par de siglos.
Los libros de Merryland, como son conocidas esta obras, fueron publicados en 1740, eran escritos por distintos autores y casi todos ellos describen la anatomía femenina con la metáfora de una tierra madura para la explotación.
«Junto a un directorio del siglo XVIII en que figuran trabajadoras sexuales del área de Covent Garden, en Londres, y la obra violentamente erótica del Marqués de Sade, los libros de Merryland se encuentran entre los 2.500 volúmenes (más otra cantidad similar de documentos) de la colección “Caja Privada” de la Biblioteca Británica. Esos títulos fueron digitalizados y publicados online por el editor Gale: ahora forman parte de un archivo para la investigación académica sobre sexualidad y género». (Clarín, 2018)
La colección ha estado disponible para el público desde la década de los 60 como parte de una sección de libros raros dentro de la Biblioteca, lo que se agrega ahora es su digitalización, lo que hará que lleguen a un público amplio y diverso.
«La colección empieza en 1658, con el libro Raras verdades: el gabinete de Venus abierto, y sus secretos revelados. El doble sentido era deliberado, según Smith. Además, la colección incluye 40 copias de la novela del siglo XVIII Fanny Hill o de una mujer de placer, de John Cleland, considerada la primera novela pornográfica escrita en inglés; un relato de las aventuras sexuales de un caballero llamado Walter en la Inglaterra victoriana, Mi vida secreta, y Memorias de Dolly Morton, novela de 1899 sobre las aventuras eróticas de una mujer cuákera en el sur de Estados Unidos, antes de la guerra civil». (Clarín, 2018)
Es significativo que las obras sean escritas en su totalidad por hombres y para hombres, menciona Maddy Smith, curadora de las colecciones impresas. Esto es acorde a la dinámica de la época y de la historia de esta literatura en particular, pues aunque siempre han existido mujeres que han escrito este tipo de narrativa, su número siempre ha sido mucho menor que el de autores que escriben para un público masculino.
Por ello, Adrian Edwars, director del patrimonio de la Biblioteca considera que es relevante que este corpus tenga una visibilidad mayor, pues esto pondrá en perspectiva casi tres siglos de literatura erótica con sus cánones y estereotipos, lo que posibilita el análisis de las transformaciones en la historia de la concepción erótica humana.
Fuente
Clarín, (2018). «La Biblioteca Británica sube a internet sus libros prohibidos: un millón de páginas de sexo.» Disponible en digital: https://www.clarin.com/cultura/biblioteca-britanica-sube-internet-libros-prohibidos-millon-paginas-sexo_0_LysyRoq82.html?fbclid=IwAR2LpXgqwgCsmDf3F12pUeKgcljkl92ibMPOJCP7B3q1-bWtu5M8GCg8yoc