Foto: Lucía Ges

Este miércoles 01 de diciembre, dentro del marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la uruguaya Fernanda Trías recibió el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz, mismo que es un reconocimiento al trabajo literario de las mujeres en el mundo hispano instituido en 1993, que premia a la autora por su novela «Mugre Rosa».

 Ave Banera es la encargada de leer  el acta  que otorga el  premio  Sor Juana Inés de la Cruz. En un segundo momento, Andrea Jeffanovic  lee una semblanza sobre  Fernanda Trías en la que recupera  a los grandes representantes  de las letras Uruguayas. También señaló que, «Mugre Rosa» se adelantó  a lo que nos trajo la pandemia, la precariedad el encierro.

En el momento en que habla Trías, lo primero  que haces tras agradecer a todos , es narrar cómo es que  que recibe la noticia del premio en una sala de aeropuerto, mientras comía un sandwich. Señala la tranquilidad con que se reciben las grandes noticias.  Ella ya había tenido la premonición de que recibiría el premio.  Su discurso tornó bajo estas líneas:

«Me han llamado Bruja por predecir la pandemia en mi Mugre Rosa. Si cada generación narra su propio apocalipsis, yo pertenezco al que anuncia el fin por el cambio climático. Hemos llegado a donde el clima de la historia y la historia del clima convergen. Las playa están llenas de contaminantes donde nadamos en vacaciones, sin pensar que cómo somos nosotros los peces mutantes. La pandemia parece dejar claro que la máquina del consumo no puede dejar de detenerse. La pesadilla kafkiana del siglo XXI es la del consumismo voraz que no puede detenerse. El cuerpo hambriento, de comida, de ambición puede llegar a devorarse a sí mismo».

Con Mugre rosa yo quería abordar personajes anónimos, subproducto del consumismo depredador. los personajes de los cuales preferiría no ver.  Los parias que la gente prefería que no existieran, los marginales que los gobiernos y los ciudadanos comunes quisieran que no existieran.  El exterior como amenaza.

Muchos notarán que en todo este discurso no he apelado a mi condición de mujer, que es por lo que me han invitado a esta mesa a hablar de ello, «El boom de escritoras latinoamericanas».  Pero la propia historia del premio Sor Juana comprueba que  siempre hemos estado allí.  Muchas de mis colegas hemos levantado la voz para que no nos purguen, para que no nos saquen de un gueto para vernos en otro, aunque más cómodo, más bonito, con muebles de mejor calidad. Hoy quise usar mi discurso para hablar de lo que nos pertenece a todos, lo que nos ocurre en el mundo más allá de si somos mujeres.

Finalizó dando las gracias a México, por abrir siempre las puertas a su país a lo largo de la historia.

Fotos: Lucía Ges